Las frutas son alimentos esenciales en nuestra dieta diaria por la multitud de beneficios que aportan a nuestro cuerpo. Estos beneficios se multiplican cuando hablamos de niños que están en pleno crecimiento, que necesitan altas dosis de energía y nutrientes para crecer sanos. Para muchos padres, el hecho de que sus hijos coman fruta se ha convertido en una tarea muy complicada, a veces misión imposible.
Resulta difícil que los niños comprendan la necesidad de comer fruta diariamente, más cuando aún no tienen percepción del riesgo, de la vulnerabilidad del ser humano o no pueden comprender totalmente los aspectos positivos que aporta su consumo sobre la salud. La fruta se ha convertido en un elemento preventivo natural de muchas enfermedades y es preciso que conozcamos sus beneficios más detenidamente.
Componentes de las frutas
El 90% de la fruta es agua, lo que supone un excelente hidratante para nuestro cuerpo. El 10% restante aglutina hidratos de carbono (fructosa), vitaminas (A, B, C), ácidos orgánicos, fibra y sales minerales. El contenido en grasa es muy bajo.
Las vitaminas A ayudan a asimilar el hierro, el calcio y el fósforo, mejora el sistema inmunitario, previene problemas de visión, combate las infecciones respiratorias, facilita la cicatrización de la piel y ayuda al crecimiento. Entre las frutas ricas en vitamina A se encuentran: el melocotón, la mandarina, la naranja, el melón, los plátanos, la ciruela y los nísperos.
Las vitaminas B contribuyen al buen funcionamiento del corazón, los músculos, el sistema nervioso y el sistema digestivo. Favorecen el crecimiento y la producción de glóbulos rojos, entre otras funciones. La podemos encontrar en plátanos, frambuesas, peras, limones, naranjas, mangos, pomelos, piñas, kiwi y sandía.
Las vitaminas C, al igual que las vitaminas A, ayudan a la absorción de minerales. Esta vitamina previene la debilidad, la anemia, los dolores en las articulaciones, la irritabilidad y ayuda a combatir los virus de la gripe. Podemos encontrarla en el pomelo, el limón, el melón, la piña, el albaricoque, el melocotón, los plátanos y las manzanas, entre otras.
Se recomienda, en la medida de lo posible, que la fruta sea ingerida con piel porque la absorción de vitaminas será mayor.
Razones para que los niños coman fruta
No hay duda de que la fruta es beneficiosa, pero estas 10 razones deberían animarte a fomentar este tipo de alimento en la dieta de tus pequeños y pequeñas:
1. Debido a su alto contenido en agua, nos mantienen hidratados.
2. Tienen alto contenido en fibra, lo que permite regular el tránsito intestinal y prevenir situaciones de estreñimiento.
3. Contienen muchos antioxidantes y nos previenen de muchas enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares (diabetes, colesterol alto, etc.) y enfermedades neurodegenerativas, enfermedades gastrointestinales.
4. Contribuyen al crecimiento y al desarrollo.
5. Fortalecen nuestro sistema inmunitario, debido a su alto contenido en vitaminas.
6. Ayudan a eliminar líquidos, sobre todo, debido a su alto contenido en agua, sodio y potasio.
7. Ayudan a prevenir y tratar trastornos como la hipercolesterolemia, la diabetes, la obesidad...
8. Permiten el control del peso previniendo la obesidad y las consecuencias que se derivan de la misma: además de ser grandes nutrientes, tienen bajo contenido en grasa, por lo que son un alimento ideal para sustituir los bocadillos, las golosinas, los dulces...
9. Es un alimento de fácil acceso, presentes todo el año y relativamente adaptado a todos los bolsillo. La gran variedad de frutas que hay en el mercado o que se pueden cultivar permite que el niño pueda consumir aquellas que más le gusta (dulces, ácidas...). Además puede ser consumido en cualquier momento del día y en cualquier lugar.
10. Son alimentos ricos en nutrientes, lo que contribuye a compensar un déficit en la dieta.
Qué frutas y cuándo incorporarlas en la dieta de los niños
La incorporación de las frutas a la dieta del niño, debe hacerse progresiva en función de su capacidad de masticación, deglución, preferencias, etc. Si bien, debe ser un hábito que la familia y la escuela deben fomentar desde edades tempranas.
Algunas recomendaciones orientativas sobre qué tipo de frutas y cuándo incorporarlas a la dieta, son las siguientes:
- A partir de los 6 meses: manzana, pera y plátano
- A partir de los 7 meses: durazno y damasco a partir.
- Entre los 8 y los 9 meses: ciruelas, sandía sin semillas, uvas sin piel ni semillas, cereza sin carozo, papaya.
- Entre los 9 y los 12 meses: cítricos (primero en jugos, después en trozos pequeños), mango y ananá
- A partir del año: se agregan kiwi, frutilla, frambuesas, moras, melón, y ya puede consumir toda la variedad de frutas.
Cómo conseguir que los niños coman fruta
Los hábitos dietéticos se inician a los 3 o 4 años y se establecen a partir de los 11. En casa y en la escuela, debe introducirse el hábito de consumir fruta diariamente. ¿Cómo hacer esto?
- Ten paciencia cuanto intentes introducir la fruta en la dieta del niño. Seguramente el niño la rechazará pero no dejes de insistir. Además, varía con colores, texturas, sabores...Es más, puedes formar una carita en el plato con varias piezas de fruta y jugar a comer la nariz, los ojos...
- Los niños son esponjas, expertos imitadores, por ello trata de dar ejemplo : es importante que el niño vea ese consumo habitual en casa.
- Trata de explicarle los beneficios que conlleva su consumo: existen multitud de recursos en internet de fácil acceso (fichas, cuentos, vídeos cortos...) que pueden ayudarte en esa labor.
- Enséñale a preparar la fruta: a pelarla, formas de consumirla...
- Que el niño sienta que forma parte de la toma de decisiones sobre los menús diarios. Consúltale qué frutas le gustaría que compraras, cuándo las vais a consumir...
- Pon las frutas a la vista del niño: un frutero en la mesa, en la nevera a la vista, etc. trata de evitar comprar otros productos ricos en grasas saturadas (bollería industrial, etc.).
- Apunta al niño a clases de cocina: además de aprender recetas y hábitos de higiene, en estas clases se inculcan valores nutricionales y hábitos saludables de consumo
- Trabaja este hábito a través de juegos y dinámicas. Puedes encontrar multitud en internet. Además, pasaréis juntos un rato divertido.
- Prepara con el niño recetas con frutas: tartas, batidos, zumos, etc. Esta acción acercará al niño a las frutas y a su manipulación. Además, le apetecerá probarlo, puesto que ha sido algo preparado por él mismo.
- No se recomienda ofrecer un premio al niño por haber comido fruta, puesto que creará un mal hábito. Sin embargo, es importante que refuerces al niño cuando consuma fruta con frases tales como: "¡qué bien que has comido un plátano, ahora tendrás energía todo el día!", o "¡estoy muy contento/a de que probaras tal fruta, ya sabes que comiendo fruta te pondrás malito menos veces!"