La neuroeducación es una disciplina que integra la neurología y las ciencias de la educación, donde la psicología educativa juega un papel fundamental. En otras palabras más sencillas, la neuroeducación es descubrir cómo el cerebro aprende, es enseñar a los individuos a identificar qué tipo de emoción están sintiendo para no reaccionar de una forma impulsiva y poder dar una respuesta más acertada. Así pues, la gestión de las emociones tiene que ser útil para garantizar el aprendizaje. Esta disciplina sirve para explorar las huellas que los procesos educativos dejan en nuestro cerebro y así crear relaciones entre esos datos y el modo en el que se comporta el individuo.
El fundamento de la neuroeducación es un concepto llamado plasticidad cerebral, es decir, la capacidad que tiene el cerebro a la hora de cambiar físicamente para adaptarse a los hábitos y a los estímulos de manera útil para la persona. En cada ocasión en la que se consolida una forma de aprendizaje, dicho aprendizaje deja un rastro en el modo en el que las neuronas del cerebro se conectan entre sí.
La neuroeducación aporta un conocimiento clave, y es que somos seres emocionales antes que seres racionales. Es cierto que los estímulos del entorno más cercano son captados por nuestros sentidos, pero es nuestro cerebro emocional el que etiqueta esos estímulos como agradables o desagradables, buenos o malos... antes de que nuestro cerebro racional los procese. Debido a esto, solo se puede aprender aquello que nos causa sensaciones gratificantes.
11 principios de la neuroeducación para educar a niños felices
Debido a la gran cantidad de estímulos que perciben los niños en su entorno social, se ha vuelto muy complicado que presten atención sin más. Para que un niño te haga caso tienes que evocar esa atención, justo lo que la Neurociencia investiga para saber qué áreas del cerebro se activan cuando se despierta la curiosidad y cuánto puede durar su atención, siempre en función de las diferencias cronológicas, madurativas e individuales, pues obviamente no se activa de igual manera la atención en todos los niños.
Teniendo en cuenta los 11 principios de la neuroeducación, los educadores y docentes pueden llevar a cabo experiencias de gran aprendizaje que tengan un gran impacto a nivel cerebral con el fin de potenciar el aprendizaje de todos y cada uno de los niños para que así puedan llegar a ser niños felices en su vida. Y es que la neurociencia supone una transformación en la manera de aprender dentro del aula, una mejora a nivel educativo y un cambio en la forma de ver como se debe de enseñar a los alumnos.
- El cerebro es un sistema de adaptación complejo. Una de las características más importantes a tener en cuenta del cerebro es la capacidad que tiene de funcionar y adaptarse a muchos niveles y de forma simultánea. De forma continua e interactiva, en el cerebro trabajan cosas como pensamientos, emociones, fisiología, imaginación y predisposiciones.
- El cerebro es social. En los primeros años de vida de una persona, en los cuales las neuronas se multiplican a gran velocidad, el cerebro está en su estado más receptivo y flexible, es decir, se modela a medida que interactuamos con las personas y el entorno. El aprendizaje que ocurre en el cerebro está influido en gran medida por la naturaleza de las relaciones sociales.
- La búsqueda de significado es innata y natural. Buscar el significado a las cosas es encontrar sentido a nuestras experiencias. Esta búsqueda se focaliza en la supervivencia y está dirigida por nuestros valores y nuestras metas. Además, es algo básico para el cerebro y va desde la necesidad de alimentarnos y encontrar seguridad, hasta la búsqueda de nuestro potencial.
- La búsqueda de significado sigue unas pautas. Las pautas son categorías innatas y adquiridas, además de mapas esquemáticos. Nuestro cerebro necesita y guarda de manera automática lo que nos resulta familiar, mientras que, al mismo tiempo, busca y da respuesta a nuevos estímulos. A medida que se van dando las pautas, el cerebro intenta entenderlas y diferenciarlas, además de darle forma a nuevas pautas que son propias y únicas. También, nuestro cerebro se opone a que le impongan cosas que no tengan significado ni importancia para para quien está aprendiendo. Así pues, en una buena educación se debe dar a los alumnos la oportunidad de que sus cerebros desarrollen sus propias pautas de entendimiento para conseguir que puedan ser niños felices.
- Las emociones son vitales para la creación de pautas.Las emociones y otros elementos mentales que implican autoestima, interacción social, expectativas o prejuicios, influyen y organizan todo lo que aprendemos, es decir, las emociones se molduran unas a otras y no se separan. Todo esto desemboca en un clima emocional apropiado que es vital para el aprendizaje.
- El aprendizaje comprende dos tipos de atención. En una persona sana, los dos hemisferios cerebrales trabajan en cada actividad. Los dos tipos de atención que comprende el aprendizaje son la localizada y la periférica. El cerebro se impregna de información de lo que es consciente y de lo que está más allá de su foco de atención inmediato. Así pues, es esencial que se preste atención a todos los factores de un entorno educativo.
- El aprendizaje requiere de procesos conscientes e inconscientes. La mayor parte del aprendizaje se da de una manera inconsciente, es decir, comprender muchas cosas puede llevar horas, semanas o meses después de una clase. Por ello, es fundamental que las personas que educan y enseñan faciliten ese pensamiento inconsciente que llega de forma tardía, convirtiéndolo así en algo visible.
- Hay, al menos, dos formas de organizar la memoria. Una de las formas de organizar la memoria es una memoria espacial o autobiográfica que no necesita ensayo y error y da la posibilidad de que el recuerdo dé experiencias. La segunda forma es un conjunto de sistemas que permiten recordar información relativamente no relacionada, pero motivada por un premio y un castigo. La verdadera forma de aprender se da cuando se combinan y mezclan ambas maneras de organización de la memoria.
- El aprendizaje es un proceso de desarrollo. El cerebro es plástico, es decir, está adaptado a la experiencia de la persona. Posee una capacidad extraordinaria para conocer y experimentar, pues es como un libro en blanco, abierto y dispuesto a recibir todo tipo de estímulos en virtud de los cuales se van construyendo las redes neuronales. Aún así, esta potencial capacidad ilimitada que posee nuestro cerebro se va ajustando con los conocimientos y el aprendizaje que se adquieren en el contexto geográfico, sociocultural, emocional, etc. en que la persona se encuentra y se desenvuelve. Al ser un proceso, el ser humano siempre es capaz de aprender más, pues las neuronas siguen haciendo y reforzando conexiones neuronales a lo largo de toda la vida.
- El aprendizaje aumenta por el desafío y disminuye por la amenaza. El cerebro aprende de manera excelente cuando es desafiado en un entorno que estimula el hecho de asumir riesgos. Sin embargo, ante una amenaza, el aprendizaje se frena y se aleja. Es por ello por lo que hay que mantener un ambiente relajado con mínimas amenazas y grandes desafíos.
- Cada cerebro está organizado de manera única. Todos tenemos el mismo sistema cerebral, pero todos tenemos diferencias que son consecuencia de una herencia genética o, en algunas ocasiones, del entorno. Esas diferencias se expresan en términos de estilos de aprendizaje, talentos e inteligencias.
Beneficios de los principios de la neuroeducación
Los principios de la neurociencia han ayudado a la comprensión del cerebro y su funcionamiento. Son varios los beneficios que aportan los principios de esta disciplina para educar a los niños felices. Por ejemplo, gracias a estos principios es mucho más fácil gestionar las emociones. Otro beneficio es que es mucho más sencillo identificar las causas neurológicas que se pueden relacionar con el fracaso escolar, pues la dislexia y otros trastornos de aprendizaje dificultan la evolución del aprendizaje de los alumnos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no siempre es fácil aplicar la neuroeducación en las escuelas, y que por ello se trata de un proceso lento. La empatía es primordial para educar desde el entendimiento y la comprensión. Los educadores deben conseguir crear climas emocionales positivos que ayuden al aprendizaje y a la seguridad de los alumnos, de esos niños felices, mostrando respeto, interesándose y escuchando, pero no solo en lo que a los aspectos académicos se refiere. Para despertar la chispa emocional del aprendizaje y mantener la llama del proceso, es muy útil aludir al interés del alumnado uniendo la enseñanza al mundo real, generar estrategias en el aula que conviertan al estudiante en un protagonista activo del aprendizaje, utilizar la evaluación formativa y fomentar la cooperación.
En definitiva, saber qué es y en qué consiste esta disciplina ayuda a mejorar las estrategias del desarrollo educativo y los procesos de enseñanzaestableciendo un puente entre la neurología y las disciplinas que engloban a la educación. La neuroeducación no es más que intentar configurar un aprendizaje de la forma que mejor encaje en el desarrollo de nuestro cerebro, porque éste enlaza el pensar, el sentir y el actuar en un todo indivisible. Y es que la gran plasticidad de nuestro cerebro nos permite aprender durante toda la vida, lo que constituye un elemento de motivación indispensable y una esperanza que indica que debemos esperar la mejora de todos los estudiantes sin ninguna excepción. Así pues, la mente humana no es solo un músculo, sino un órgano que guarda y aprovecha todo lo que descubre y experimenta.