La toxoplasmosis es una enfermedad que se contrae cuando se entra en contacto con el parásito toxoplasma gondii. Cuando una persona en condiciones normales desarrolla la infección ésta produce síntomas parecidos a los de una gripe que se eliminan siguiendo un sencillo tratamiento. A pesar de que es una enfermedad que está en boca de todos cuando se habla de embarazo, lo cierto es que es una infección con una incidencia mundial muy baja, aproximadamente del 30%.
El contagio se suele producir a través de la ingesta de carne infectada con este protozoo, por contacto con heces de gato que tengan toxoplasmosis o bien por vía transplacentaria desde la madre hasta el feto. Y es que aunque el contagio no se puede producir entre persona y persona, las cosas cambian cuando el paciente es una mujer embarazada. En caso de que el parásito atraviese la barrera placentaria y llegue al feto, éste puede desarrollar una toxoplasmosis congénita.
Es por eso que a las embarazadas se les aconseja no tomar determinados alimentos durante el periodo de gestación para evitar cualquier riesgo de contagio, riesgo que es mayor durante el primer trimestre de embarazo y que va disminuyendo conforme avanzan los meses. La toxoplasmosis es una infección que debe tenerse muy encuentra durante el embarazo, pero algunos profesionales comentan que muchas mujeres embarazadas se alarman en exceso en lo que se refiere a esta infección. Y es que tan sólo siguiendo unas sencillas pautas, el riesgo de desarrollar una toxoplasmosis desciende drásticamente. Por eso, desde Bekia Padres queremos desmontar algunos mitos populares acerca de esta enfermedad durante el embarazo.
5 mitos y 1 verdad
Mito 1: Hay que deshacerse de la mascota cuando ésta es un gato
Cuando la buena noticia de un embarazo llega a una familia con gato pronto surgen las alarmas y las dudas sobre qué hacer con la mascota. Y es que muchas madres consideran que el gato puede ser una amenaza para su futuro bebé, pero esto no es así. Aunque es cierto que una de las vías de infección es el contacto con heces de gatos, no todos los mininos están infectados con el parásito.
Por eso lo más aconsejable es acudir a un veterinario para hacer un análisis al gato para comprobar si éste ha contraído la infección. En caso de dar positivo no hay que tomar la decisión radical de deshacerse de él, sino que tan sólo habrá que tener precaución a la hora de manejar sus heces y lavarse las manos de forma asidua. Y es que todos los años se abandona a un número considerable de gatos por la falsa creencia de que son un peligro para el embarazo.
Mito 2: Los gatos domésticos no pueden contraer la enfermedad
Sí que es cierto que los gatos callejeros son más propensos a padecer toxoplasmosis, por lo que hay que tomar mucha precaución si durante los meses de gestación se decide adoptar a un gato abandonado o recogido en una perrera.
Esto no quiere decir que dejes de hacerlo, sino que lo más recomendable es que sometas a la nueva mascota a un test y que, en caso de que éste de positivo, tomes las precauciones básicas que apuntábamos anteriormente como es manejar las heces del gato con cuidado y lavarse las manos después. Sin embargo, la infección también puede encontrarse en gatos que han sido criados en casa. Los únicos que tendrían menos posibilidades de contraer el parásito toxoplasma gondii serían aquellas mascotas que han sido alimentadas exclusivamente con comida deshidratada o de lata, que no han tenido ningún tipo de contacto con otros felinos y que carecen de la posibilidad de alimentarse de roedores o aves que se puedan encontrar en la casa o en el jardín.
Mito 3: Una persona se puede contagiar de toxoplasmosis cuando acaricia el pelo de un gato infectado
La única forma de que un gato enfermo de toxoplasmosis transmita la enfermedad a un humano es a través del contacto directo con sus heces. Ni a través del pelo o la saliva puede transmitirse la infección, por lo que no hay ningún problema a la hora de tocar a un gato. Lo cierto es que hay más probabilidades de infectarse de toxoplamosis a través de carne cruda o de verduras lavadas con agua contaminada que por estar en contacto con un gato.
Mito 4: Los perros son inmunes a la toxoplasmosis
Sí que es cierto que a la hora de hablar de esta enfermedad suele relacionarse con los gatos, pero los perros también pueden contraerla y contagiar a sus amos. Éstos pueden infectarse a través del contacto con las heces de gato que contengan ooquistes de toxoplasmosis gondii, a través de una superficie infectada o por la ingesta de carne cruda que tenga el parásito. Pero es muy importante saber que el contagio de toxoplasmosis de un perro a un humano no es posible. El ciclo intestinal a través del cual se hace posible el contagio entre animal y humano tan sólo se da en los gatos.
Mito 5: Cuando una mujer contrae la enfermedad no podrá quedarse embarazada en un futuro
Este es un falso mito menos conocido que los anteriores, pero existe. La toxoplasmosis es una enfermedad que, exceptuando el caso de las mujeres embarazadas, suele mostrar unos síntomas muy similares a los de un catarro o una gripe y que se puede revertir sin complicaciones siguiendo un sencillo tratamiento. Incluso hay personas que han contraído la enfermedad pero nunca presentan síntomas. Lo único que los expertos aconsejan es que si una mujer ha contraído la enfermedad es mejor que espere aproximadamente 6 meses desde la completa desaparición de la infección para intentar quedarse embarazada.
Verdad: Mucho cuidado con los alimentos que se consumen durante el embarazo.
Como has podido comprobar, infectarse de toxoplasmosis es bastante complicado si se siguen las normas básicas de higiene. Sin embargo, sí que es cierto que durante los meses de gestación hay que poner especial atención en los alimentos que se consumen. Los especialistas aconsejan evitar los alimentos crudos como los embutidos, la leche o los huevos. También apuntan que las frutas y las verduras deben lavarse con abundante agua y que todos los alimentos deben estar perfectamente cocinados antes de consumirlos. Y es que el parásito de la toxoplasmosis se muere cuando las temperaturas sobrepasan los 72°C. También es importante que los alimentos se congelen unos días antes de su consumición.