Es una pregunta que quizá nos planteamos de manera habitual en estos tiempos que corren. ¿Dan los tatuajes una imagen peyorativa a quien los lleva? ¿Nos hace peores en nuestro trabajo?
Desde hace unos años los tatuajes se han ido convirtiendo en un accesorio más de moda, un signo de identidad o incluso una expresión artística personal. También se han normalizado y se ha mejorado en la técnica, así que el resultado sobre la piel también es visualmente más bonito que antaño y marca la diferencia con el aspecto desdeñado que podía proyectar en el pasado.
No. Por supuesto que no nos hace peores padres o madres. Puede que las personas más tradicionales juzguen a las que están cubiertas de tatuajes porque puede causarles un choque generacional, puede incluso que se juzgue a la persona tatuada solo por el hecho de llevar tinta en la piel, como si eso definiera el tipo de persona o el valor que tiene como persona y padres o madre. Y sí, es cierto que llevar tatuajes te define como un tipo de persona con unas afinidades específicas, con tendencias artísticas y con un sentido desarrollado de la estética personal.
Pero la cantidad de tatuajes que lleves no hace disminuir o aumentartu calidad como padre o madre. De hecho, hay algunos puntos positivos, que enumeraremos a continuación, a la hora de ser padre o madre y educar a tus hijos de forma que valoren ciertos aspectos de la vida que están relacionados con los tatuajes:
1. Tus hijos aprenderán la importancia de ser un individuo
Y es que los tatuajes, por supuesto, aportan una identidad personal e intransferible a quien los porta. Tener una identidad propia y aprender a diferenciarte del resto son conceptos muy importantes para muchas personas, sobre todo si quieres destacar. Así, los tatuajes, siendo una marca totalmente personal, enseñará a los niños que cada uno debe tomar sus propias decisiones a la hora de ser la persona que quiere llegar a ser, y que esas decisiones te definirán y te moldearán a lo largo de la vida.
2. Tendrán en cuenta la importancia del arte desde pequeños
Si el eres un padre o una madre con tatuajes, se entiende que valoras la importancia que tiene el arte o, de alguna forma, estás relacionado con este tipo de cultura, o al menos la aprecias.
3. Valorarán el hecho de ser diferente
Ser diferente no es malo, al contrario. Por un lado, marcar la diferencia puede suponer que te escojan a ti en alguna ocasión, y muchas veces esta decisión está marcada por la identidad personal, la actitud y la confianza en ti mismo o misma, así como en cómo te proyectes estéticamente. Tus hijos aprenderán a tomar decisiones que les definirán como persona, ya no solo internamente, si no exteriormente, posiblemente aprendan a darse cuenta de su propia imagen antes que otros niños. Pero, mucho más importante, es aprender a que no debemos de intentar seguir ciertas reglas normativas por miedo a ser rechazados. En la diversidad está la riqueza.
4. Les enseñará la importancia de tomar decisiones a largo plazo
La decisión de hacerse un tatuaje es, por supuesto, definitiva. Es verdad que existen tratamientos láser para hacer desaparecer la tinta, pero son extremadamente caros y agresivos, en muchos lugares ni siquiera nos encontramos establecimientos que oferten este servicio. Por ello, es una decisión premeditada, pensada con cuidado y con mucho tiempo. Quizá incluso diseñada por ti mismo. Esto les enseñará a tus hijos la importancia de tomarse su tiempo para valorar hasta qué punto de verdad quieren o no hacer algo, hasta qué punto quieren caminar por ese sendero que pueden elegir o prefieren tomar el otro camino. La importancia de valorar con cautela tus posibilidades y escoger la que mejor se adapte a ti es una lección de vida importante, y es algo de lo que, sin duda, se encargarán de explicar tus tatuajes.
5. Serán capaces de juzgar a las personas por su interior y no solo por su aspecto físico
Está claro que, al relacionarnos con otros, la primera información que les llega de nosotros es nuestro aspecto físico y es innegable que nos hacemos una idea de con quién estamos hablando por lo que estamos viendo delante. La presencia y el aspecto pueden hacer que estemos cómodos relacionándonos con una persona o que, por el contrario, nos mantengamos tensos. Sin embargo, muchas veces estas sensaciones son un mero producto de lo que nos ha ido enseñando la sociedad y de lo que hemos ido estandarizando. Pensamos que una forma de vestirse, o de llevar piercings o tatuajes puede definir completamente el tipo de persona con la que estamos tratando, y nada más lejos de la realidad, l o único que hacemos es prejuzgar, normalmente de manera errónea, a quien solo utiliza estos accesorios porque le gusta la imagen que dan y les gusta el estilo que les aporta, simplemente haciendo de ello un rasgo más de su personalidad.
Así que, tu hijo o hija, que estará acostumbrada a verte a ti, su madre o su padre, con tatuajes, sabrá que no se puede juzgar a la gente solo por su aspecto y su imagen externa.No se sentirá coartado por la apariencia que pueda tener alguien y sabrá que lo que de verdad importa está debajo de la piel.
6. Les invita a experimentar y analizar su propio cuerpo
Puede que no nos demos cuenta, pero cuando decidimos hacernos un tatuaje, casi nos cuesta más pensar el lugar del cuerpo donde lo vamos a hacer que el propio tatuaje. Así, le damos el valor que tiene a la experimentación propia, analizamos cada centímetro de nuestra piel hasta encontrar el lugar perfecto y, se quiera o no, nos conocemos más íntimamente, haciendo de nuestro cuerpo un mapa en el que se pueden encontrar tesoros. Puedes enseñarle a tu hija o a tu hijo la importancia de quererse a sí misma tal y como es, puedes mostrarle que cada cuerpo es diferente y naturalizar el hecho de experimentar consigo mismo.
Es importante ser consciente de uno misma y uno mismo, tanto psicológica como físicamente, y estar tatuada o tatuado cuando tenemos hijos hará que estos los considere un atractivo que quieran ver y tocar, haciendo del cuerpo algo totalmente natural.