Cuando se tiene un hijo, la vida de los padres cambia por completo. Además de ser una gran alegría, también es una gran responsabilidad. Cada instante que vayan a vivir juntos será una nueva aventura, probablemente porque los progenitores tampoco habrán podido pasar por esa experiencia nueva y deberán aprender a comprenderse y a tener el mejor comportamiento en cada momento por el bien de su hijo y con tal de poder darle la educación y los cuidados que precisa.
Sin embargo, habrá situaciones en las que los padres no sepan cómo reaccionar, ya bien sea porque no tienen las herramientas y el conocimiento necesario como para afrontarlas, o bien porque sea un caso específico, quizás no tan común, para el cual precisen ayuda de un profesional de la salud, como un médico pediatra o un psicólogo infantil, con tal de poder solucionar el problema y poder cuidar de su hijo como se merece.
La importancia de crear hábitos a través de la educación
A la hora de educar a sus hijos, todos los padres tendrán una idea distinta de cómo hacerlo. Puede que la educación que les hayan dado sus progenitores sea su modelo a seguir o bien que se hayan querido informar y quieran utilizar técnicas que han ido aprendiendo sobre la marcha. Lo más importante es que haya consenso en la familia y que ambos padres estén de acuerdo a la hora de tomar decisiones importantes en la educación de los más pequeños. De lo contrario será muy difícil que los hijos puedan seguir unas normas educativas claras y los métodos utilizados puede que no sean tan efectivos como les gustaría a sus progenitores.
Son muchas las cosas que se les deben enseñar a los hijos a medida que van creciendo. Por el bien de su salud deberán aprender a tener una dieta sana y equilibrada, por lo que es probable que tengas que tengas que ir introduciendo nuevos alimentos poco a poco. Algunos niños padecen de lo que se denomina neofobia, que es el miedo a comer algo que no han probado algo y que se debe intentar eliminar, con la ayuda de un profesional si es necesario, con tal de que puedan estar bien alimentados y que no tengan problemas sociales en cuando a las comidas y actos sociales en el futuro.
Qué es la ablutofobia
Algo parecido ocurre en cuanto a la educación y a la creación de hábitos esenciales para el día a día de los más pequeños con el síndrome denominado ablutofobia. Este es un miedo irracional a lavarse, ya bien sea en la ducha o en la bañera, que impedirá al más pequeño tener una higiene básica y a poder desarrollar una vida normal. Por eso, es esencial tratar la ablutofobia lo antes posible, de manera que el más pequeño pueda llevar una vida normal, esté siempre limpio por el bien de su salud y pueda superar esta etapa de su infancia para que no le afecte de ningún modo en el resto de su crecimiento y posterior vida adulta.
Por qué sucede la ablutofobia y cómo tratarla
Aunque los orígenes de este miedo irracional no siempre estarán bien definidos, es posible que tu hijo haya pasado por un mal momento durante una ducha o un baño y esto le haya podido causar este miedo y este rechazo a volver a hacerlo. Quizás le entrase jabón en los ojos y le doliesen o bien haya podido tener una sensación de ahogo al entrarle agua en la boca o en la nariz y tenga pánico a que le vuelva a suceder.
Determinar la causa puede ser una excelente manera de poder ayudarle a disipar este miedo, aunque en muchas ocasiones no será tan sencillo como parece. Un profesional de la salud, como un psicólogo infantil, tendrá las herramientas necesarias como para poder determinar la causa de la ablutofobia, es decir del miedo a bañarse o a ducharse, y así poder ayudar a tu hijo a superar este pánico y, poco a poco, poder volver a limpiarse con normalidad.
Piensa que mientras más tiempo pase el más pequeño intentando evitar el baño, más difícil será después superar este miedo y puede que tengáis grandes rabietas o momentos difíciles a la hora de poderlo duchar. Además, la falta de higiene puede llevarle a tener problemas sociales, puesto que sus compañeros podrían darse cuenta y meterse con él, e incluso a graves problemas de salud, por lo que será esencial que determines lo antes posible si tu hijo podría tener ablutofobia y te ayudes de un profesional de la salud infantil con tal de poder remediar este miedo y hacer que el más pequeño pueda llevar una vida sana y normal lo antes posible. Siguiendo los consejos del profesional de la salud infantil, con mucha paciencia y cariño podrás conseguir este objetivo.