No hay nadie en el mundo que pueda estar preparado para escuchar que su hijo tiene cáncer infantil. Por eso, cuando los niños son diagnosticado con esa enfermedad los seres queridos quedan trastocados durante un largo tiempo. ¿Cómo luchar contra algo que no podemos controlar?
Cuando se recibe el diagnóstico de cáncer infantil los padres primero pasan por todo tipo de emociones que lógicamente dependerá de la manera que tenga cada uno de sobrellevar el estrés. Los sentimientos son muy variados: rabia, dolor, enfado, tristeza, confusión, miedo... Pero casi todos pasan también por una fase de embotamiento afectivo, un estado en el que la persona es incapaz de exteriorizar sus sentimientos. Seguramente, también tendrán problemas para recordar detalles médicos, sugerencias o recomendaciones hechas por el especialista sobre el tratamiento. Toda esta confusión es un estado temporal que va a ayudar a los padres a ir procesando poco a poco la situación.
Otras veces ocurre que los padres no acaban de procesar el golpe y durante un tiempo están como en un estado de negación, sin poder creerse que realmente tienen cáncer ya que la mayoría de los niños aparentemente están sanos y no presentan síntomas evidentes. Cuanto esto es así algunos suelen buscar una segunda opinión, es normal y no es ningún problema, los padres necesitan al fin y al cabo un tiempo para adaptarse, siempre y cuando no dificulte la administración del tratamiento, normalmente quimioterapia.
Consejos para padres con hijos que tienen cáncer infantil
Si nos encontramos en el caso de que uno de nuestros hijos sufre cáncer, debemos de tener en cuenta una serie de cuestiones que nos ayudarán a enfrentar la situación:
1. Infórmate de donde puede obtener el niño la mejor atención en tu región
El cáncer infantil es una enfermedad infrecuente, por eso los médicos no suelen ver muchos casos a lo largo de su vida profesional. Por eso, es recomendable que el tratamiento de quimioterapia sea llevado en hospitales que tengan una área especializada para este tipo de enfermedades. Usan un enfoque integrador compuesto no solo de médicos, si no también de psicólogos, terapeutas recreativos, enfermeras y médicos especializados. La atención tanto para los niños como para los familiares suele ser de mejor calidad.
2. Como lidiar con el miedo
Cuando los padres reciben la noticia sobre su hijo van a experimentar miedo y ansiedad. Tratar de aliviar estos síntomas va a ser difícil porque los padres han cuidado a su hijo desde el nacimiento y pensar que ahora el futuro del pequeño está en otras manos que no son suyas no será fácil de asimilar. Además los resultados de la quimioterapia varían en función de como responda cada cuerpo, por eso la muerte de un niño son hechos reales. Dejar el futuro de tu hijo en manos ajenas llena de incertidumbre y un miedo aterrador.
Es recomendable ponerse en contacto con alguna asociación contra el cáncer infantil y hablar con otros padres en situaciones parecidas, ellos les ayudarán a comprender que hay cosas que exceden su control, por mucho que se empeñen. Además en estas asociaciones se cuentan normalmente con médicos con gran experiencia en el campo y hablar con ellos puede calmar las dudas de los padres.
3. Libérate de culpas
Ante tanta confusión los padres pueden sentirse culpables por cosas que pudieron o no pudieron hacer o impedir. Por ejemplo, las madres se suelen replantear si pudieron haber hecho algo durante el embarazo que pudiese predisponer a los niños a desarrollar el cáncer infantil. También reflexionan sobre la posibilidad de haber pasado a través de los genes el cáncer (si hubo antecedentes familiares). Otros se sentirán culpables por no haberse dado cuenta antes de los síntomas de cierto tipos de cáncer. Incluso hay padres que se culpabilizan por ciertos hábitos que no pudieron impedir a los adolescentes, por ejemplo el hecho de fumar o beber alcohol.
Por muchas vueltas que los padres den al asunto no van a encontrar las causas del cáncer y mucho menos van a conseguir mejorar la situación. Solo sentirse peor. Es fácil de decir y difícil de hacer, por eso cada vez que estos pensamientos negativos te salten a la cabeza debes pensar: "¿Darle vueltas a esto me hace sentir mejor a mi o a mi familia? ¿Me va a servir para mejorar la situación de mi hijo?"
Es fundamental que se conciencien de que ellos no han tenido la culpa de nada. El cáncer infantil no es algo predecible y surge a edades tan tempranas que es difícil correlacionarlo con algún tipo de factor.
4. Habla con él sin tapujos
La charla que el padre debe tener con su hijo acerca del cáncer es algo que más preocupa a los padres. Lo más importante es que no le mientas y le cuentes toda la verdad pero adaptando el lenguaje a su edad mental. Como es un tema extenso, si quieres saber como hacerlo correctamente visita este otro artículo.
5. Cubre tus propias necesidades
No deberíamos tener que recordarlo pero lo hacemos porque es un hecho que muchas veces los progenitores piensan tanto en los hijos que no son conscientes de que ellos también son humanos y que como tales tienen que seguir cuidándose. Deben alimentarse bien, descansar las suficientes horas, tener pequeños momentos de desconexión emocional, etc. Todo esto ayudará al proceso de curación por dos razones fundamentalmente. Primero, si los padres no se cuidan lo suficiente (sintiéndose desbordados emocional y fisicamente) van a perder su capacidad para cuidar del pequeño. Por otro lado, es bueno que el niño perciba que se siguen respetando las rutinas en su casa (es algo que les aporta seguridad) y que sus padres están tranquilos, si los ven ansiosos solo conseguirán que ellos mismos también se tornen así.
6. No descuidar a tus otros hijos
En el caso de tener más de un hijo debes intentar no descuidarlo. De igual manera que hiciste con el niño afectado debes hablar con él y explicarle en que consiste la enfermdad y como puede ayudar a su hermano, para que se sienta útil e integrado. También debes hacerle comprender que no estaréis tanto en casa como antes y ofrécele apoyo.
Si es pequeño seguramente estará gran parte del tiempo en compañía de otros adultos que le cuiden, pídele opinión si es posible sobre con que adultos preferiría estar y que hacer en su tiempo libre, es importante que no se sientan culpables por divertirse. Y por supuesto, explícale que pese a todo, los sentimientos hacia él no han variado.
7-Se optimista. La mejor manera de ayudar a tu hijo es contagiarle con esperanza y ganas de vivir. Ante los duros efectos de la quimioterapia la búsqueda conjunta de la ilusión marcará la diferencia.