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Alimentación infantil, ¿pueden los niños comer marisco?
Alimentación infantil, ¿pueden los niños comer marisco?

ALIMENTOS DEL MAR

Alimentación infantil, ¿pueden los niños comer marisco?

En las grandes reuniones familiares, especialmente la Navidad, el marisco es un plato estrella, pero ¿pueden los niños tomar el mismo menú que los adultos en este caso?

Con la llegada de las fiestas navideñas, las reuniones familiares y de amigos se multiplican de manera considerable, por lo que lo más normal es descontrolar un poco la alimentación de los niños que acaban comiendo lo que les apetece en estas comidas. En la época navideña, se dispara la venta de marisco, ya que se trata de un alimento bastante lujoso y caro que no podemos tener todos los días encima de nuestra mesa, así que aprovechamos estas fiestas para consumirlo.

En algunas ocasiones podemos ver como los niños dan rienda suelta a su curiosidad en estas reuniones y acaban probando todo lo que hay encima de la mesa, incluso el marisco y es ahí cuando nos surge la duda ¿pueden los niños comer marisco?

Propiedades del marisco

Introducir los crustáceos y moluscos en la alimentación infantil puede ser muy bueno, ya que estos contienen infinidad de propiedades, o puede convertirse en un foco de alergias. Todo ello dependerá de la naturaleza del niño. Principalmente vamos a centrarnos en los beneficios que puede aportar este alimento en la vida de los niños.

El marisco tiene muchas propiedades nutricionales, pero no es buen consumirlo en excesoEl marisco tiene muchas propiedades nutricionales, pero no es buen consumirlo en exceso

Al igual que pasa con el pescado, el marisco es una fuente de proteínas ideal para el organismo, cada 100 gramos de marisco en torno a 20 son de proteínas de alta calidad. Estos apenas contienen grasas y también aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y yodo, que ayudan al perfecto funcionamiento del organismo humano.

También se trata de un alimento con alto contenido en purinas, que son unos compuestos que los sintetizamos en el organismo en forma de ácido úrico. En este caso hay que tener cuidado, ya que unos niveles altos de ácido úrico puede provocar la enfermedad de la gota.

Como ya hemos mencionado antes el marisco es rico en minerales, entre los que destacan el cloro, yodo, fósforo, calcio, magnesio, hierro y sodio, entre otros, y en vitaminas, sobre todo las vitaminas del grupo B, B1, B2, B3 y B12.

Podemos concluir diciendo que el marisco es un alimento que puede aportar al organismo infinidad de propiedades, siempre que no se abuse de él, ya que un consumo elevado puede provocarnos algunas enfermedades relacionadas con el ácido úrico o el colesterol. Introducirlo en la alimentación infantil es más complicado, ya que hay que tener en cuenta varios factores, entre ellos la edad de los niños.

Es bueno esperar a darles marisco hasta los 2 años para prevenir reacciones alérgicasEs bueno esperar a darles marisco hasta los 2 años para prevenir reacciones alérgicas

¿Cuándo puedo introducir marisco en la alimentación infantil ?

Por norma general, a partir de los 12 meses podemos incluir en la alimentación infantil todo tipo de alimentos ya que estos están preparados para asimilarlos pero con el marisco hay que hacer una excepción. Al tratarse de un alimento que tiene muchas posibilidades de provocar una reacción alérgica, deberíamos retrasar su consumo hasta los 2 años mínimo.

En el caso de que en la familia del niño haya antecedentes de personas que san alérgicos al marisco lo mejor es consultar al pediatra para saber qué hacer en este caso, ya que es probable que nuestro hijo sufra de alergia a este tipo de alimentos. Por otro lado, si en nuestra familia no existe, que sepamos, nadie que sea alérgico al marisco, lo mejor es ir introduciendo poco a poco este alimento en la dieta de nuestro pequeño. Para ello podemos ofrecerle al niño una a una las piezas de marisco para que las vaya probando y también ver cómo va reaccionando su cuerpo ante este alimento nuevo. Espaciar el tiempo, en torno a unos tres días, entre toma y toma, nos va a permitir observar si nuestro hijo está preparado para comer marisco o, en el caso contrario, su organismo no está preparado para asimilar este tipo de alimento.

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