Cuando una mujer queda embarazada se le recomienda siempre tomar ácido fólico, incluso durante la búsqueda previa del bebé. La causa es que el ácido fólico ayuda a prevenir muchas complicaciones en el embarazo, y malformaciones en el feto, como la vitamina, y la única diferencia es que el ácido fólico es el folato fabricado en laboratorios. ¿Por qué se fabrica, si se supone que lo podemos consumir en la dieta? La razón es la cantidad que necesitamos. Así como cualquier niño o adulto suele consumir la cantidad diaria recomendada por medio de una dieta variada y equilibrada, las mujeres que van a ser madres necesitan tomar mayor cantidad, tanto antes, como durante, como después del embarazo. Al no poder acceder a esa cantidad mediante la dieta normal, el ácido fólico aporta todo lo que se necesita.
La cantidad diaria recomendada
Como el ácido fólico es una vitamina, si tomamos más cantidad de la necesaria, la expulsamos por la orina y no nos provoca ningún daño en el cuerpo. Eso siempre que no tomemos una cantidad muy excesiva, como ocurre con todas las vitaminas. El hecho de que eliminemos el exceso quiere decir que la vitamina no se acumula en el cuerpo, por lo que tenemos que reiniciar a diario la toma de la cantidad necesaria de la misma. Esta cantidad debe ser de 800 microgramos diarios.
Sin embargo, si queremos asegurarnos de que tomamos suficiente ácido fólico o folato a lo largo del día, podemos enriquecer nuestra dieta con alimentos ricos en folato.
1. Verduras de hoja verde
Los espárragos cocidos, las espinacas, la remolacha, las hojas de nabo, la lechuga, las coles de bruselas, el brócoli, el tomate y la zanahoria cruda son las principales verduras y hortalizas que aportan esta vitamina.
2. Legumbres
Entre ellas se enuentran los guisantes, las lentejas, los garbanzos y las alubias, también denominadas judías, frijoles, habas, etc.
3. Frutas
Principalmente cítricas, como la naranja (que podemos tomar en zumo), o el pomelo, pero también las fresas, la banana y el plátano, el aguacate y el melón.
4. Cereales
El maíz y el germen de trigo son una buena fuente de ácido fólico, y el pan integral, que contiene muchos cereales, es una opción excelente para beneficiarnos de nutrientes como este. A veces los panes vienen enriquecidos con ácido fólico, eso deberemos buscarlo en la etiqueta del producto.
5. Frutos secos
Las almendras y las avellanas son un excelente snack para picar entre horas que nos aportarán folato.
6. Alimentos de origen animal
El hígado, el huevo o quesos blandos como el Roquefort o el Camembert también nos aportan folato.
¿Cuándo tomarlo?
Como decíamos, si estás buscando un embarazo, es recomendable que tomes alguna fuente de folato o complejos vitamínicos de ácido fólico, aunque en menor cantidad que cuando estás embarazada. Pero no todos los embarazos vienen con premeditación, lo que sí es seguro es que durante la gestación nuestro médico nos recomendará tomarlo porque ayuda a que se forme y cierre el tubo neural en el feto. Esta estructura es la que posteriormente se convertirá en el sistema nervioso del bebé, formado por el cerebro y la médula espinal, por eso es de gran importancia que no haya ningún tipo de riesgo en su desarrollo. También previene el labio leporino y el paladar hendido.
No olvides consultar con tu médico todo lo relativo a la toma de ácido fólico, tanto si estás buscando el embarazo, como si acabas de enterarte de que esperas un bebé. Él o ella te indicará las cantidades necesarias, en qué etapa debes consumirlo, o incluso si puedes tomarlo o no.