medida que los niños crecen van pasando por una serie de etapas en las que van desarrollando diferentes funciones cognitivas e intelectuales. Pues bien, entre los 2 y hasta 6 los años de vida los niños desarrollan lo que se llama el pensamiento mágico, es una forma de pensar fantasiosa y creativa sobre el mundo. En esas edades y como consecuencia del crecimiento los niños comienzan a desarrollar la imaginación, capacidad que le será muy útil en el futuro. Gracias a la imaginación los niños podrán asimilar más fácilmente el mundo, les servirá para explicar cosas que no llegan a comprender del todo y hacer el juego más lúdico.
A partir de los 2-3 años aproximadamente la mitad de los niños pueden llegar a crear un amigo imaginario. A veces son visibles, como un oso o una muñeca a la "que dan vida", otras veces son invisibles. Dentro de estos últimos pueden ser monstruos, hadas o todo tipo de seres. Aunque normalmente el amigo imaginario es una representación de ellos mismos, un "yo ideal" que les gustaría ser. Si preguntásemos a todos los padres del mundo cuyos hijos tienen un amigo imaginario de juego, la mayoría de ellos serían de la misma edad y sexo que su hijo, ¡demasiada casualidad!
¿Por qué aparecen los amigos imaginarios?
Por diferentes motivos y dependiendo del niño, pero normalmente aparecen por:
1- Necesidad de compañía. El 75% de los niños con un amigo imaginario son hijos únicos. No es una regla general pero si se ha visto esa relación, también es común en el niño mayor de varios hermanos o simplemente en niños que se sienten solos (aunque estén rodeados de gente). Es una manera que tienen de llenar un vacío social.
2- Liberar ansiedad. una manera de deshacerse de la tensión acumulada del día a día es a través de la creación de un amigo imaginario. Los niños aun no han desarrollado los mecanismos adultos para liberar la tensión y la frustración si no que lo hacen a través de la imaginación y el juego.
A veces nos encontramos con adolescentes que tuvieron un amigo imaginario de pequeños pero que en situaciones de estrés social vuelve a aparecer. Por ejemplo, en casos de bullying, cambio de instituto o de vivienda.
3- Como un reflejo de si mismo. Cuando el niño se crea un amigo imaginario este le va a servir para conocerse mejor a sí mismo porque en realidad el amigo imaginario es su "yo ideal", es como una versión de si mismo pero mejorada.
4- Crecer social y emocionalmente. Es un ensayo para las verdaderas interacciones sociales que tendrá con sus iguales en el futuro. Con el amigo imaginario comparte deseos, experiencias, objetivos, miedos... Cosas que incluso no sería capaz de contar a su familia. También fomenta la creatividad y el autoestima del niño.
5- Puro entretenimiento. Los niños que se sienten solos crearán un amigo imaginario para jugar. Crean un mundo nuevo a través de su imaginación que le servirá para entretenerse y cumplir sus deseos.
Entonces, tener un amigo imaginario ¿es bueno?
Pues depende. Algunos expertos dicen que si porque ayuda a desarrollar la empatía del niño y sus habilidades sociales, aparte que le sirve para liberar sus miedos, tensiones y para proyectar sus metas y aspiraciones. También hay estudios que defienden el desarrollo de la creatividad, aunque más bien son los niños más creativos los que tienen más posibilidades de verlos. Otros expertos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, afirman que mejora la capacidad lingüística de los niños porque tienen que inventar historias para sus amigos invisibles y después suelen contárselas a los padres, por lo que practican esta habilidad más tiempo al día. Por todo eso, llegamos a la conclusión de que si, crean más beneficios que perjuicios.
Cuando preocuparnos de verdad
No es oro todo lo que reluce. También tenemos que tener cuidado y fijarnos en el tipo de comportamientos que presentan los niños que tienen el amigo. Por ejemplo, hay veces que el amigo imaginario que los niños se inventan es dañino, se lo hacen pasar mal, les "obliga" a jugar con él o les dice que hagan cosas malas. Suelen nacer como consecuencia de situaciones en las que el niño está pasando por un periodo de miedo o estrés profundo y pueden ser síntomas de un problema que tiene el niño y que para nosotros está todavía oculto. En ese caso hay que investigar.
Por otro lado, si vemos que nuestro hijo pasa cada vez más tiempo con el amigo imaginario y se aísla del resto del mundo puede ser una señal de alarma, tener un amigo imaginario tiene sus beneficios pero no puede nunca sustituirse por los amigos reales.
Otra característica que nos da una pista de que hay algo extraño es cuando al preguntar algo al niño, este responde con confabulaciones. Son respuestas donde el niño responde añadiendo elementos ficticios a la historia que por lógica se sabe que no puede ser verdad. No lo hace con la intención de engañar si no que llega a creerse que realmente es cierto.
Como resultado, a partir de los 9 años es raro que los niños sigan manteniendo sus amigos imaginarios, y poco a poco, a medida que el niño va desarrollando un pensamiento lógico-racional acaban desapareciendo. También cuando el niño se siente más cómodo socialmente. Quizá porque tiene nuevos amigos de patio o porque se lleva mejor con sus hermanos, ya no siente esas carencias que le llevaron a crearlo. Muy pocos adolescentes siguen manteniendo uno, pero si tu hijo tiene 11 o más años vigila el tiempo que está con él, si es esporádico no debemos preocuparnos.
¿Cómo deben actuar los padres?
Solo observa desde fuera. No te entrometas en sus juegos, déjalo a su aire jugando con él. No debes negar la existencia del amigo pero tampoco debes estimularlo. Lo que si es recomendable que hagas es vigilar que tipo de amigo es, si es bueno o es una mala influencia para el pequeño. Hay amigos imaginarios que son violentos y otros que pueden ser superhéroes (superman, batman...). En esos casos es importantísimo no dejarle solo jugando con el amigo, sobre todo si está cerca de objetos peligrosos o lugares altos.
Finalmente, mediante la observación del juego y conversaciones del niño con su amigo podemos aprender más cosas de él, deseos, miedos, inseguridades... Nos servirá para conocer aspectos que no nos revelan directamente