La apnea del sueño es un trastorno bastante común, es una patología del sueño en la que la respiración se corta o se queda de forma superficial. Esas interrupciones pueden durar unos segundos o minutos y pueden darse un par de veces o numerosas. El tipo que más se suele dar es la apnea obstructiva del sueño. Normalmente, las personas que la padecen son personas que roncan al dormir.
En el caso de los niños, la apnea del sueño consiste en que su respiración se detiene y se interrumpe durante el sueño. Esto ocurre, a su vez, porque las vías respiratorias se han obstruido o se han estrechado.
¿Por qué se produce la apnea?
Tanto en el caso de los adultos como en el de los niños, cuando estamos durmiendo, los músculos se relajan. El aire entra por la garganta hasta los pulmones y, para ellos, los músculos de la garganta también se relajan y la mantienen abierta para que pase ese aire. Hasta aquí es todo normal, no se producen las apenas.
Lo que ocurre en algunos niños es que su garganta es un poco más estrecha de lo normal. Esto puede ser a que sus amígdalas también sea un poco más grandes de lo normal y, entonces, impiden la entrada de aire. A su vez, los músculos se van a seguir relajando durante el sueño, pero en este caso los tejidos se van a cerrar y van a bloquear las vías respiratorias. Eso es lo conocido como apnea del sueño, la detención de la respiración.
Sin embargo, también existen otras causas para este trastorno del sueño. Entre ellas están:
- Tener una mandíbula pequeña, en la que el maxilar inferior es más pequeño que el maxilar superior.
- Algunas formas determinadas del paladar o de la vía respiratoria que pueden provocar ese colapso de la vía.
- Tener el cuello grande.
- Tener la lengua grande. Esto puede originar que se mueva hacia atrás y bloquear la vía respiratoria.
Síntomas posibles
El principal síntoma que alerta sobre la apnea del sueño es el ronquido. Sin embargo, debes tener muy en cuenta que no todos los niños que roncan van a tener este trastorno. Aunque si los ronquidos son frecuentes, sí son síntoma de apnea del sueño.
Otro aspecto que va a indicar que tiene este trastorno son los problemas respiratorios, es decir, la dificultad para respirar que los niños van a presentar al dormir. A eso se suman episodios de jadeos mientras el niño intenta volver a respirar. Además, debido a la dificultad, los niños van a respirar mayormente por la boca y se van a despertar muy a menudo, por lo que el niño va a tener un sueño inquieto.
Como consecuencia de todo esto, de esta situación, se van a dar los siguientes síntomas. Debido a que los niños no han descansado bien durante la noche, va a tener somnolencia por el día. Como consecuencia también, los niños van a tener otro comportamiento. Va a estar malhumorado, más irritable, causa directa de la falta de sueño, y también más hiperactivo. Además, su concentración va a disminuir, por lo que en el colegio los niños van a tener problemas de atención.
Por tanto, si notas en tu hijo alguno de estos síntomas deberás plantearte que llevarle al pediatra es la mejor opción. Puedes dormir con él para asegurarte de que los síntomas nocturnos aparecen y después llevarle al médico para que le haga el diagnóstico.
Diagnóstico de la apnea del sueño
Una vez que lleves al niño al médico, éste llevará a cabo una serie de pruebas y exámenes para comprobar si sufre el trastorno o no. Lo que se hará es un estudio o prueba del sueño.
Las pruebas que va a realizar el médico sirven para determinar en qué nivel se encuentra la apnea y, por tanto, su gravedad. Así, se podrá aplicar un tratamiento u otro. Esta prueba se denomina polisomnografía y con ella se estudian las variables neurológicas y respiratorias. Esto se hace mediante una serie de sensores pegados a la piel. La prueba se puede realizar tanto en el domicilio del paciente como en el hospital y no tiene ningún tipo de dolor. Dormirás normal y los sensores determinarán esas variables.
Tratamiento de la apnea del sueño
Es muy importante que a la apnea del sueño se le ponga tratamiento, ya que sino puede derivar en otros problemas, ya sean menos importantes como problemas de comportamiento, conducta, aprendizaje o más importantes como problemas de crecimiento o de corazón.
Existen tres tratamientos básicos, dependiendo del tipo de apnea y su gravedad:
- En el primero, el médico aconsejará al paciente que baje de peso si tiene obesidad, que mantenga una buena alimentación y realice ejercicio. También se puede colocar al paciente unos dispositivos dentales que mantenga la mandíbula echada hacia delante y mantenga también las vías respiratorias abiertas o unos esteroides nasales inhalados.
- Otro tratamiento, el más habitual en la mayoría de los casos, consiste en el CPAP, es decir, un dispositivo de presión positiva continua en las vías respiratorias. Se hace a través de una mascarilla nasal colocada en los niños al dormir, que se conecta a una máquina situada cerca de la cama. Esa máquina lo que va a hacer es transmitir, de manera continua, una presión a la vía aérea superior para impedir que esta se colapse. Es decir, la máquina va a bombear aire continuamente a través de la manguera y va a llegar a la máscara que tiene colocada el niño mientras va a dormir. Así se mantiene la vía respiratoria abierta.
- El tercer tratamiento posible es la cirugía. Se puede recurrir a ella si, por ejemplo, el niño no tolera bien la mascarilla. La operación quirúrgica puede consistir en varias cosas. Se puede extraer tejido excedente y, que obstruye, de la parte superior de la garganta. También se puede recurrir a la operación para corregir algún problema de estructura de la cara del niño. Por último, sirve para hacer una apertura en la tráquea para evitar la vía respiratoria que se ha obstruido.