Una familia que está sana y feliz es lo necesario para que los niños crezcan emocionalmente equilibrados. Los padres experimentarán sus mayores alegrías familiares cuando existen límites en una relación familiar estable y saludable. Desgraciadamente, no todas las familias son estables, sanas y felices todo el tiempo. El estrés de la vida diaria, las crisis familiares, las enfermedades físicas o mentales puede hacer que la estabilidad familiar se tambalee y con ella, la felicidad de cada uno de los miembros de un hogar.
Niños o familiares con discapacidades, problemas económicos, problemas de comportamiento, las edades de los niños y las diferentes etapas y los desafíos que cada una conlleva para los padres... son muchas las situaciones que pueden requerir una ayuda adicional para resolver y que vuelva la armonía familiar en el hogar.
Resistencia a los problemas
Hay familias que tienen cierta resistencia incorporada a los problemas cotidianos, pero incluso las mejores familias pueden sentir la necesidad de recibir ayuda para poder encontrar de nuevo el equilibrio. Decidir si es necesario acudir a un asesor familiar (psicólogo o psicopedagogo) puede ser una decisión que se deba sopesar, siempre pensando en el bien de la familia.
Quizá creas que hacerlo es admitir una derrota o un fracaso, pero nada más lejos de la realidad, fracaso sería no intentar mejorar la situación familiar. Elegir el asesoramiento familiar será dar un paso hacia adelante puesto que os proporcionarán herramientas para mejorar la relación en la familia. Aprenderéis nuevas maneras de comunicaros, de resolver problemas, de disciplinar a los hijos, de evaluar tu propio comportamiento y de mejorar la relación entre todos vosotros.
Señales de que necesitáis asesoramiento familiar
Si en tu familia existen estas señales (uno o más de ellos), entonces será el momento de considerar contratar los servicios de un psicólogo familiar o de un psicopedagogo especializado en asesoramiento familiar. Una vez que empecéis tendréis que poner de vuestra parte para tener buenos resultados. Estas son las señales a tener en cuenta:
-La familia no funciona como un equipo, las cosas que eran rutinarias ahora son pesadas
-Sientes que se te agota la energía cuando estás en casa en familia
-Los familiares tienden a tener reacciones emocionales extremas (ira, miedo, tristeza, depresión, etc.)
-Hay mala comunicación ente los miembros de la familia
-No hay planes familiares y cuando los hay salen mal
-Hay síntomas de violencia o amenaza de violencia contra uno mismo o contra otros miembros de la familia
-Tus hijos prefieren estar lejos de ti o aislados de las actividades de la familia
-Agresiones en la familia
-Ha habido cambios de comportamiento en los niños dentro del hogar o en la escuela
-La familia ha tenido una experiencia traumatice y los familiares están teniendo
problemas para sobrellevarlo
-Hay miembros de la familia tienen problemas de abuso de sustancias
-Se grita demasiado en casa
-No tienes capacidad para controlar impulsos
-Tus hijos te gritan o te pegan
Si en tu hogar notas que tienes más de una de estas señales, o incluso si solo. Hay una de ellas pero tenéis suficiente malestar emocional, entonces es imprescindible que busques la ayuda de un terapeuta, ya sea un psicólogo familiar o un psicopedagogo especializado en asesoramiento familiar. Las estrategias que os den para trabajar en familia, os ayudará a resolver los problemas y sobre todo, a vivir en armonía. Será muy importante que como familia todos pongáis de vuestra parte.
Recuerda que un profesional no tiene una varita mágica y solo por acudir a sus sesiones no significa que todo esté resuelto. El profesionales puede dar las claves y las estrategias para mejorar, pero será vuestro deber que una vez que estéis en casa lo pongáis en práctica. Solo de esta manera y con un buen compromiso se pueden comenzar a ver los resultados.