El autismo en la actualidad es un trastorno que la mayoría de la gente conoce o, al menos, del que ha oído hablar. Campañas de sensibilización, películas con el autismo como temática o el Día Mundial del Autismo celebrado el 2 de abril, lo han acercado a la población. Sin embargo, podría decirse que pese a esta aproximación (o quizás debido ella), existen muchos falsos mitos y, en general, un desconocimiento general sobre qué es en realidad el autismo.
En primer lugar, cabe destacar que, a partir de ahora, en lugar de Autismo se empezará a hablar más del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Esto se debe a la nueva clasificación que hace el DSM-5, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales que los profesionales de la salud utilizamos a la hora de establecer los diagnósticos.
La anterior edición de este manual clasificaba el Trastorno Autista dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo. Actualmente, el DSM-5 ha sustituido esta categoría por el Trastorno del Espectro Autista, incluyendo ésta a su vez dentro de una categoría más amplia, los Trastornos del Desarrollo Neurológico. Ahora, en lugar de hacer distinción entre los diferentes subtipos (Autismo, Asperger, etc.,), todo se engloba dentro del Trastorno del Espectro Autista, especificando el nivel de gravedad y el tipo de apoyo que necesitará el niño.
Según esta visión, el Trastorno del Espectro Autista sería un Trastorno del Desarrollo Neurológico. Existen múltiples teorías sobre su origen aunque su etiología sigue siendo aún desconocida.
¿Cuáles son las características de las personas con Trastorno del Espectro Autista?
Los dos rasgos principales son los problemas en la comunicación social y las conductas e intereses repetitivos y restrictivos.
Los problemas en la comunicación social hacen referencia a la dificultad para relacionarse con los demás. A menudo estos niños parecen no tener reciprocidad social y emocional con el resto de personas. Les cuesta empatizar con los demás y ponerse en el lugar del otro. Estos comportamientos pueden ir desde un una forma anormal de acercarse y entablar relación con las personas, tanto adultas como de su misma edad, hasta una ausencia total de iniciativa en la interacción social, como si los demás "no les interesasen".
Además, los niños con Trastorno del Espectro Autista tendrán problemas a la hora de utilizar y comprender la comunicación no verbal. Suelen ser característicos la evitación de la mirada y el rechazo al contacto visual con los demás, algo que puede detectarse ya desde bien pequeños. También pueden tener dificultad a la hora de reconocer expresiones faciales y ser ellos mismos poco expresivos y tener poco control sobre sus propias emociones, siendo frecuentes las rabietas muy intensas. Además, respecto al lenguaje, pueden tener dificultades a la hora de captar la ironía o el doble sentido. Un niño con Trastorno del Espectro Autista puede tener dificultades para entender un chiste, una frase hecha o detectar una mentira. Todo ello les hará más difícil establecer y comprender las relaciones humanas.
Las conductas e intereses repetitivos y restrictivos consisten en una inflexibilidad en sus comportamientos e insistencia en la monotonía. Estos niños tendrán rutinas muy marcadas que les costará modificar. Por ejemplo, pueden insistir siempre en ir por el mismo camino, sentarse en los mismos sitios o comer la misma comida.
Además, sus intereses serán limitados, pero muy intensos y focalizados. Estos niños pueden parecer obsesionados con un tema, por ejemplo, con un medio de transporte o unos dibujos animados. Es frecuente que estos focos de interés varíen con el tiempo, haciéndose de lo más inusuales a medida que crecen, pudiendo llegar a ser expertos en esa materia, aunque tenga poca utilidad para su vida diaria. Es bastante típico que los niños siempre jueguen con las mismas cosas (a la pelota, a las construcciones, a los cromos...) rechazando cualquier novedad que se les proponga, aunque estas preferencias también pueden ir cambiando.
Además, son también característicos una serie de movimientos motores estereotipados y repetitivos. Algunos de estos movimientos típicos en los niños pueden ser el movimiento de aleteo con los brazos, el balanceo, dar palmadas, retorcerse los dedos de la mano... También en el lenguaje se dan estas estereotipias, pudiendo repetir constantemente lo que oyen a los demás o haciendo constantemente las mismas preguntas.
También es característica la sensibilidad a los estímulos sensoriales. Ésta puede ir desde una aparente indiferencia a cualquier tipo de estímulo, incluso el calor, el frío o el dolor, hasta una hipersensibilidad que hace que parezca que tengan algún sentido más desarrollado, como el tacto o el olfato, o que se sientan fascinados por las luces, los reflejos o los movimientos del aire.
Los criterios diagnósticos establecen que estos síntomas deben estar presentes desde el desarrollo temprano, por tanto, puede detectarse de manera precoz, lo que influirá positivamente en su desarrollo al establecer una intervención temprana. De todas formas, también es posible que los síntomas se manifiesten claramente más adelante. Además, sería necesario también indicar si el Trastorno del Espectro Autista se acompaña o no de Discapacidad Intelectual y de un Trastorno del Lenguaje.
Niveles de severidad de los Trastornos del Espectro Autista
Como puede comprobarse, la variedad de síntomas es muy amplia. Esto no implica que un niño vaya a presentar todos y cada uno de ellos. Como decíamos al principio, con la nueva clasificación se entiende el Trastorno del Espectro Autista como una especie de continuo en el que habría que situar al niño en función de su gravedad. Se distinguen tres niveles de severidad, indicando también los apoyos que serían necesarios.
- En un nivel 1, se necesitarían apoyos para que el niño pueda interaccionar de forma más positiva con los demás, dadas sus dificultades a la hora de establecer relaciones y mantener conversaciones satisfactorias. Además, su inflexibilidad de comportamiento obstaculiza su funcionamiento en la vida diaria, por lo que necesitarían apoyo para ser más independientes.
- En un nivel 2, se darían unos déficits muy marcados en la comunicación con los demás, tanto a nivel verbal como no verbal y su inflexibilidad sería también mucho más intensa, por lo que necesitarían ya un apoyo sustancial.
- En el nivel 3, el lenguaje verbal puede estar muy afectado y sus contactos con los demás limitarse a lo estrictamente necesario para satisfacer sus necesidades. Además, su comportamiento sería muy estereotipado e inflexible, de modo que necesitarían un apoyo muy sustancial.
Sin duda el Trastorno del Espectro Autista es algo complejo y existen muchos falsos mitos sobre estas personas. Una detección precoz y una intervención temprana ayudan al desarrollo de estos niños, con el objetivo básico de explotar al máximo sus capacidades y lograr el mayor bienestar posible en todos los ámbitos de su vida.