La ira es una emoción intensa que los niños de 6 años pueden sentir de forma muy habitual. Es una emoción que los niños más pequeños pueden aprender a manejar con la ayuda de los padres, maestros o hermanos mayores... Igual que pueden aprender a controlar pueden aprender a no controlarla si los adultos que tienen a su alrededor no son capaces de hacerlo. El ejemplo siempre será el mejor maestro para los niños de cualquier edad.
La clave para mejorar el manejo de la ira de un niño es ayudarlo a identificar y comprender sus emociones. Al usar estrategias comunes para el manejo de la ira, un niño pequeño puede aprender a disminuir la velocidad y controlar sus respuestas de enfado, utilizando habilidades de comunicación más efectivas para hablar sobre sus necesidades y sentimientos. Los padres y otros adultos pueden ayudar modelando el manejo saludable de la ira y proporcionando estructuras para que los niños pequeños expresen la ira y otras emociones de forma adecuada
Establece pautas claras
Establece pautas claras y modela constantemente la comunicación respetuosa. Los padres pueden ayudar a los niños a dominar habilidades de comunicación al modelar la expresión emocional apropiada y la escucha activa. Cuando un padre está enfadado, puede dar ejemplo al mostrar a los niños cómo se toma un descanso para respirar y controlar el enfado antes de gritar o perder la paciencia.
Los niños más pequeños que desarrollan el hábito de gritar o perder el control deben experimentar consecuencias específicas, como un tiempo para pensar (con la ayuda y compañía del adulto). Deberán reconocer sus emociones y saber qué significa su enfado y qué puede hacer para sentirse mejor.
Identificar las técnicas del manejo de la ira
Ayuda a tu hijo a identificar las técnicas del manejo de la ira más apropiadas y que funcionen para tu hijo. No todas las técnicas funcionan para todos los niños por igual, por lo que tendrás que escoger las técnicas que le funcionen mejor a tus hijos. Algunos niños se benefician de la actividad física, como correr o dar saltos cuando están enfadados.
Otros pueden ser capaces de manejar la ira tomando un descanso y escribiendo o dibujando sobre sus sentimientos. Para los niños más pequeños que aún no escriben, dibujar usando colores puede ser una excelente manera de expresar sentimientos como la ira o la rabia. Puede llevar algún tiempo identificar la estrategia que funcione mejor para cada niño en particular.
Estrategias de modificación del comportamiento
Utilizar estrategias de modificación del comportamiento como consecuencias y recompensas suelen ser una buena forma para poder controlar el mal comportamiento y las emociones negativas más intensas. Los padres pueden modificar comportamientos no deseados, como la ira, al crear un sistema estructurado que siga las mejoras en el comportamiento objetivo.
Los padres pueden identificar lo que es aceptable e inaceptable y crear una tabla o un diario para hacer un seguimiento del progreso diario o semanal del niño. Al establecer metas antes de tiempo, los padres pueden ofrecer a los niños pequeñas recompensas y estímulos para mejorar.
Busca ayuda
Siempre que sea necesario será buena idea buscar la ayuda de un profesional. Por ejemplo, si en el hogar los propios padres no son capaces de controlar la ira y la rabia en sus comportamientos habituales, entonces es necesario que los padres reciban ayuda profesional. Los niños aprenden de lo que ven de sus padres, por lo que si ven comportamientos negativos, ellos también tendrán comportamientos negativos.
Obtener este tipo de ayuda mejorará el manejo de la ira y la comunicación familiar. Algunos problemas con la ira pueden requerir la asistencia de un terapeuta. Los niños pueden asistir a sesiones de asesoramiento individual con un profesional que trabaja con niños. Los padres y los niños también pueden asistir a sesiones de asesoramiento familiar con un terapeuta matrimonial y familiar siempre que sea necesario.