La dislexia es un trastorno muy frecuente en nuestra sociedad, tanto que se estima que afecta entre un 4 y un 10 por ciento de la población. Pese a esta alta prevalencia, es común que se confunda la dislexia con otros trastornos y que se tenga una idea errónea sobre qué es en realidad la dislexia.
La dislexia evolutiva se trata de un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia de dificultades en la lectoescritura. Para poder llevar a cabo el diagnóstico hay que descartar que existan dificultades intelectuales o de tipo sensorial y confirmar que la escolarización haya sido adecuada.
La confusión que crea este trastorno puede ser debida a que el cuadro puede complicarse si existen una serie de trastornos asociados, algo que suele ser frecuente. Algunas de las dificultades asociadas que pueden presentar las personas con dislexia son:
- Disgrafía : Dificultad para realizar el trazado correcto de las letras.
- Trastorno del Aprendizaje No Verbal : Afecta a la coordinación motriz, integración visoespacial, habilidades psicosociales y aprendizajes escolares.
- Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA/H): Dificultades atencionales que pueden ir acompañadas de hiperactividad y/o impulsividad.
- Discalculia : Dificultad específica para el aprendizaje de la aritmética.
Es común detectar la dislexia a los 3-4 años
Todos aquellos que dudan sobre la existencia real de la dislexia, pues hay gente que aún hoy en día pone en tela de juicio este trastorno, deben saber que se trata de un trastorno de base genética, con una importante carga hereditaria aunque no se hayan localizado aún los genes concretos que hacen que se transmita. Está más que demostrada su base neurobiológica y muchos estudios han mostrado que se dan diferencias en la actividad cerebral de los niños con dislexia, incluso antes de empezar a leer. Esto indica que la capacidad del cerebro para procesar los sonidos del lenguaje es diferente. Lo que se denomina procesamiento fonológico está afectado en los niños con dislexia, además de la memoria verbal y la velocidad de procesamiento verbal, de ahí sus dificultades en la lectoescritura.
Al ser un trastorno de base neurobiológica, las dificultades en la lectura y en la escritura estarán presentes a lo largo de la vida de la persona. Sin embargo, el desarrollo de la dislexia responde a la intervención temprana, por tanto un diagnóstico e intervención precoces en niños de riesgo podría evitar futuras dificultades y frustraciones en la escuela.
¿Cómo deben actuar los profesores con los niños y niñas con dislexia?
Los profesores deben de tener en cuenta los siguientes aspectos de cara a actuar con alumnos que tengan dislexia:
- El sistema más adecuado para el aprendizaje de la lectura y la escritura en los niños con dislexia es el sistema fonético/fonológico.
Debemos asociar cada letra con su sonido, no con su nombre. Este principio es básico a la hora de iniciar la lectoescritura en niños con dislexia. Es recomendable comenzar con las vocales y continuar con las consonantes que sean más sencillas de discriminar para ellos y dejar para el final aquellas cuya articulación es más difícil. Lo que nos interesa de cada letra es su sonido, no su nombre. Podemos asociarlas a algún dibujo que contenga ese sonido. Es necesario trabajar la conciencia fonológica durante toda la etapa infantil.
- El método a seguir debe ser el analítico-sintético.
Debemos trabajar el proceso de descomponer las palabras en sonidos o formar palabras a partir de los sonidos trabajados. La lectura y la escritura deben enseñarse de forma simultánea. Además, debemos de tratar que la lectura sea comprensiva desde el primer momento, para que los niños vean su utilidad.
- La metodología de trabajo debe ser multisensorial.
Cuantos más canales utilicemos en el aprendizaje, mejor. Podemos utilizar el tacto tocando las diferentes letras utilizando texturas diferentes o dibujándonoslas unos a otros en la espalda con el objetivo de adivinarlas, por ejemplo. Como hemos dicho, la utilización de dibujos, así como el empleo de diferentes colores favorecerá el aprendizaje vía visual. E l canal auditivo se trabajará a través de los diferentes sonidos. Todas aquellas tareas manipulativas también favorecerán el aprendizaje. Podemos trabajar con distintos materiales, con plastilina, recortar las letras, etc. Sobre todo es esencial trabajar el canal audio-vocal exagerando la articulación de los sonidos para su correcta asimilación.
- La motivación es esencial en el proceso de aprendizaje
Todos los niños necesitan de una carga de motivación importante. Más aún los niños con dislexia, para los que el proceso de aprendizaje de la lectoescritura será especialmente dificultoso.
Exigir lo mismo, pero de otra forma
Más allá del mero proceso de aprendizaje, debemos de tener en cuenta que los apoyos y adaptaciones tendrán que continuar a lo largo de la vida educativa de los alumnos. Como hemos dicho, la dislexia no es algo que se cura, si no que se trata de una dificultad que acompaña a la persona a lo largo de la vida.
Sin embargo, también hemos mencionado que los niños con dislexia no tienen una capacidad intelectual menor que los demás. Por tanto, las adaptaciones tendrán que ir dirigidas a la metodología de enseñanza y evaluación, no al contenido. Algunas de las pautas recomendadas a seguir en el colegio son las siguientes:
- Leer en voz alta delante de sus compañeros o escribir en la pizarra será algo terriblemente dificultoso para ellos. Además, se pondrán aún más nerviosos al mostrar sus dificultades ante los demás. Debemos evitar estas acciones en la medida de lo posible.
- Los niños con dislexia cometerán más faltas de ortografía que sus compañeros. Es más, es probable que las cometan a lo largo de toda su vida. Debemos intentar corregirles, pero siendo conscientes de que está debido a su dificultad y no a que no se fijen o que sean unos vagos. No es conveniente penalizarles por las faltas de ortografía ni corregirles en color rojo todos sus errores.
- Dadas sus dificultades, los niños con dislexia serán más lentos en sus tareas escolares. Teniendo un tiempo extra podrán demostrar sus conocimientos y al estar más relajados lo harán de forma más exitosa. Necesitarán más tiempo para hacer sus exámenes y más tiempo para estudiar. Podemos facilitarles la tarea haciendo que sean más eficaces eliminando, por ejemplo, la necesidad de copiar los enunciados de los ejercicios. Generalmente, tendrán más éxito expresándose de forma oral, de modo que en la medida de lo posible deberíamos evaluarlos de forma oral y no escrita.
Los profesores no deben negarse a realizar adaptaciones a los niños con dislexia
Si un alumno tiene dificultades explícitas en este campo, ¿no es él el que está en desventaja? Al igual que hacemos adaptaciones en casos de discapacidades sensoriales o motoras, es lógico que hagamos estas adaptaciones con los niños con dislexia, exigiéndoles lo mismo, pero de otra forma. Un error común es retirar estas adaptaciones cuando los resultados mejoran. La dislexia está presente siempre, por lo que las adaptaciones también deben permanecer.
Pautas para los padres de niños y niñas con dislexia
La pauta principal y más importante que los padres deben seguir es a la vez la que a menudo más dificultades conlleva: conseguir que en el colegio de sus hijos se lleven a cabo las pautas y adaptaciones mencionadas anteriormente.
Son muchos los profesionales que tienen conciencia de lo que realmente es la dislexia y que, por tanto, incluyen en su metodología de trabajo estas adaptaciones para sus alumnos. Sin embargo, es probable que muchas veces toque lidiar con situaciones complicadas. Tener un profesional de referencia o pertenecer a algún tipo de asociación puede facilitar el proceso. El objetivo primordial es que nuestros hijos puedan explotar todas sus capacidades de la forma adecuada para ellos.
Estas son las pautas esenciales que debemos tener en cuenta con nuestros hijos con dislexia:
- Los niños y niñas con dislexia por lo general suelen ser muy olvidadizos. Debemos ser especialmente pacientes en este tema e intentar ayudarlos utilizando notas visuales o agendas, para ayudarles a que recuerden sus actividades o fechas importantes.
- El uso del ordenador puede facilitarles el proceso de aprendizaje, por tanto contar con un ordenador o tablet en casa puede ser de ayuda.
- Al igual que en el aula, no debemos forzarles a leer. Podemos proponerles distintos libros en diferentes formatos y temáticas, pero no obligarlos. En cambio, sí es recomendable que dediquemos un rato a leer a nuestros hijos, especialmente cuando son pequeños.
- No debemos dar muchas instrucciones seguidas a nuestros hijos. Si les decimos: "Levántate, lávate la cara, vístete y baja a desayunar" es probable que después de lavarse la cara no sepa qué hacer a continuación. Es mejor dar las órdenes de una en una, pero acostumbrándolos a obedecer a la primera.
- A la hora de escoger una actividad extraescolar, es preferible dar cierto margen a los niños para que sean ellos quienes escojan dentro de sus preferencias o habilidades. Pasan horas en el colegio realizando actividades que le suponen un esfuerzo extra. Dejemos que tengan un rato para divertirse y destacar en algo que se les dé especialmente bien.
- Si ayudamos a nuestros hijos con los deberes, será de gran ayuda que les hagamos mapas conceptuales o esquemas, que les leamos la teoría que deben aprenderse o incluso que grabemos nuestra voz para que asimilen la teoría mejor por el canal auditivo.
- Si nuestro hijo necesita un refuerzo extra en el colegio, debemos asegurarnos de que se trate de un profesional conocedor de la dislexia, preparado para intervenir con ellos de la forma adecuada.
En líneas generales, debemos ser especialmente sensibles con ellos y con sus notas, encontrando el punto medio entre exigencia y comprensión.