Los padres cuando entran en la maternidad y la paternidad se pueden imaginar que no todo será pan comido. Cuando sus hijos son bebés pueden tener las cosas bajo control, pero cuando comienzan a crecer y a mostrar su auténtica personalidad, todo se puede volver algo más complicado, sobre todo cuando comienzan a aparecer los comportamientos negativos. Los padres deben tener las estrategias necesarias para cuidar a sus hijos a controlar este tipo de comportamiento.
Carecen de autocontrol
Los comportamientos negativos se conocen también como comportamientos impulsivos y para poder controlarlos es necesario de tener control de la propia conducta, algo bastante complicado para los niños pequeños.
Los niños pequeños carecen de autocontrol básico que les ayude a regular el mal comportamiento. Sin embargo, a medida que crecen, es razonable esperar que aprendan reglas de conducta y comiencen a controlar las emociones y las acciones. Si los problemas persisten, es posible que deba darle orientación para ayudar a tu hijo a aprender a controlar el comportamiento negativo. Si bien estas habilidades pueden ser desafiantes, son habilidades obligatorias para la vida que ayudarán a un niño a tener relaciones exitosas.
Cómo conseguirlo
A continuación vamos a darte algunas pautas para que puedas seguirlas y que tu hijo tenga un mayor autocontrol en cuanto a su comportamiento negativo.
Estilo de vida predecible
Deberás crear un estilo de vida estable y predecible para tu hijo. Esto incluye instituir reglas de conducta claras, hacer cumplir las reglas con consecuencias específicas y proporcionarle a tu hijo una rutina regular de actividades, incluso cuando se trata de dormir y comer.
También necesitará tiempo libre en el que no exista estructura pero sí sepa en qué parte del día lo podrá disfrutar. La estabilidad y la previsibilidad fomentan la seguridad física y emocional de los niños.
Establece rutinas
Establece una rutina constante para ayudar a tu hijo a recuperar el control sobre sus emociones después de que pierda el control. Puedes designar un lugar tranquilo donde tu hijo vaya a sentarse cuando se enfade o tenga malos comportamiento.
También puede crear una señal, una frase que diga o un gesto que realice, que le diga a tu hijo que necesita tomar un respiro para calmarse. Para obtener los mejores resultados, no uses este tiempo de espera de forma punitiva; en lugar de esto, debe ser usado como una forma positiva para recuperar el control. Permite que tu hijo se levante en cuanto sienta que está tranquilo de nuevo.
Reduce la atención que prestas a los arrebatos emocionales
Reduce la atención que prestas a los arrebatos emocionales de tu hijo. Los niños a menudo gritan y lloran en voz alta cuando se sienten enfadados, asustados o heridos. Elimina cualquier refuerzo que pueda estar reforzando involuntariamente el comportamiento. Los niños pueden portarse mal para recibir atención negativa de los padres.
Practica la empatía
Practica la empatía con tu hijo cuando experimentes emociones negativas. Esfuérzate por mantener la calma incluso cuando tu hijo se porte mal. En cambio, amplía el cuidado y la comprensión para ayudar a tu hijo a sentir su apoyo. Resiste el impulso de juzgar o criticar a tu hijo mientras extiende la empatía.
Pon palabras a los sentimientos
Proporciona palabras para que tu hijo sepa nombrar sus sentimientos. Darle nombre a cada emoción ayuda a tu hijo a aprender a identificar y procesar sus emociones de manera más efectiva. Podrías decir: "Puedo escuchar que estás realmente frustrado en este momento. Eso debe hacerte sentir un poco enfadado".
Explica lo que no se acepta
Explica a tu hijo lo que es inaceptable para que lo entienda. Es normal sentir enfado y frustración, pero es inaceptable lastimar a las personas o dañar la propiedad cuando siente estas emociones. Dile a tu hijo que le ayudarás a manejar y expresar sus sentimientos si te escucha mientras le guías.