Muchos abuelos aún dicen que de vez en cuando un azote puede ser bueno para la educación de los niños. Hay quienes aún piensan que los azotes es una forma efectiva de evitar que los niños se porte mal y poder mantenerlos bajo control. Pero no hay nada más lejos de la realidad. Es cierto que los azotes hace que los niños paren de tener un comportamiento negativo, pero a la larga es muy perjudicial. Además, azotar a los niños viola su derecho y por tanto es delito.
También provoca problemas académicos, de salud, y de relación con las otras personas a medida que los niños se convierten en adultos.
¿Realmente los azotes son efectivos?
Existen defensores de los azotes porque piensan que es eficaz para enseñar a los niños disciplina, pero en realidad solo les está enseñando a tener miedo. Piensan que si a ellos les pegaron azotes de pequeños, por qué no lo van a hacer ellos ahora. La respuesta es fácil: porque pegar no es educar. Después de la convención de las Naciones Unidas de 2007 y el llamado a prohibir todas las formas de violencia física y mental en los niños, muchas personas finalmente comienzan a prestar atención a las advertencias de la Academia Estadounidense de Pediatría.
Existen investigaciones que hablan de los efectos negativos de los azotes en los niños. Todos los investigadores apuntaron a que los azotes son malos y que no se corrigen los malos comportamientos, si no que conduce a problemas mayores como: ira, agresividad, problemas académicos, problemas de salud, problemas de relación... Y a la larga incluso pueden causar cáncer, enfermedades del corazón o enfermedades respiratorias a una edad temprana. El azote infantil también está relacionado con el comportamiento agresivo y la violencia entre parejas u otros tipos de violencia cuando el niño que ha recibido azotes se convierte en adulto.
Siempre hay alternativas a los azotes
Siempre hay alternativas a los azotes, y además hay que recordar que pegar a un niño es delito y está penado por la ley. Para educar a los niños no hace falta ni pegarles, ni gritarles ni nada que tenga que ver con cualquier tipo de educación basada en el miedo. Esto solo provocará problemas emocionales y que el niño en el futuro, tenga peores comportamientos e incluso actitudes rebeldes y desafiantes.
Es necesario que los padres para educar a sus hijos se basen en el respeto hacia los niños, la buena comunicación y la conexión emocional. Aunque parezca que estas alternativas no son eficaces de forma instantánea, la realidad es que siendo persistente y educando en base a la disciplina positiva, los resultados serán firmes y perdurarán en el tiempo. Para que los niños se sientan seguros y cambien un comportamiento negativo, deben querer hacerlo y eso solo se consigue mediante la propia motivación de hacerlo. Trabajar mediante consecuencias naturales o consecuencias pactadas es necesario para poder mejorar este punto.
Vivimos en un mundo acelerado pero los resultados que se consigan con la disciplina positiva, durarán para siempre. También es importante que todas las familias se den cuenta que los azotes no sirven y que cuando se han empleado solo ha sido por la incapacidad de poder resolver la situación de una forma correcta. Hoy en día y gracias a los profesionales de la educación, crianza, psicopedagogía y psicología, así como a la información en revistas digitales como Bekia Padres, se pueden encontrar las claves necesarias para que los padres encuentren las herramientas suficientes y educar a sus hijos de una forma mucho más efectiva.
Los azotes es una forma obsoleta de educar a los niños, además de ineficaz y crearán más problemas en el futuro. En cambio, la enseñanza de relaciones saludables y hábitos sociales saludables resulta positiva a lo largo de los años. Los efectos de los azotes son negativos e incluso, devastadores.