La evolución de un bebé es mucho más evidente que el crecimiento de una persona más adulta. Un recién nacido es capaz de experimentar en unos pocos meses, e incluso ya antes de los 2 meses, un cambio muy importante y no solo en su físico, también en sus capacidades cognitivas y en sus diferentes necesidades. En este artículo, Bekia te muestra cómo es el tercer mes de un bebé.
A los 90 días de haber nacido, el pequeño ya ha tenido tiempo suficiente como para adaptarse a su existencia en el mundo externo aunque esto no quiere decir que deje de aprender y conocer todo lo que pasa a su alrededor. Tanto los padres como el niño se van conociendo y van adaptándose poco a poco a su vida conjunta.
Al tercer mes, los bebés empiezan a expresarse y a comunicarse cada vez más. Su peso, desarrollo y tamaño aumenta. El niño está más atento a su alrededor ya que aprende a controlar sus sentidos. La comunicación con la madre se hace a través de las miradas, las sonrisas, el llanto y los balbuceos. Los aspectos más importantes y a tener en cuenta del bebé de tres meses son los referidas a su alimentación, al sueño y a su crecimiento y desarrollo.
Alimentación
Después de los 2 meses, el bebé se sigue alimentando exclusivamente de leche. Como siempre se ha dicho, para un recién nacido el mejor alimento y más sano es la leche materna ya que ofrece una gran cantidad de beneficios para el desarrollo y aumento de peso y crecimiento de este. Seguramente, una madre notará que ha disminuido el número de tomas del bebé y que estas se harán en intervalos de tiempo más regulares.
Lo más importante en este período es alimentar al bebé según la demanda que este haga. Otro aspecto muy importante a tener en cuenta será no extender necesariamente el tiempo transcurrido entre tomas porque pasará que tu producción de leche será inadecuada y tu pequeño podría sufrir ataques de hambre.
Si se opta por leche artificial, hay que tener especial cuidado con la preparación del biberón y de los productos a utilizar. A los tres meses, el sistema digestivo e inmunológico del bebé está todavía muy inmaduro así que toda precaución es poca. En estos casos, se recomienda que la toma se lleve a cabo cada tres o cuatro horas.
Las noches y el sueño
Tras los primeros 2 meses iniciales, algunos bebés ya son capaces de pasar un largo período de tiempo sin alimentarse durante la noche. Las mamás que en este aspecto han sufrido las consecuencias de dormir muy pocas horas agradecerán que su pequeño ya se vaya haciendo cada vez más mayor y seguramente se quitarán un peso de encima. Es cuestión de que el bebé se acostumbre a los hábitos.
Algo muy importante y que se recomienda a esta edad es seguir una rutina diaria de tal forma que sea el propio bebé el que vaya reconociendo cuándo es la hora de dormir. Bajar la intensidad de las luces, hacer determinados ruidos y sonidos en la casa, darle un baño antes de querer acostarlo o darle unos masajitos después de este son algunas cosas que se pueden realizar para ayudar en la tarea de adormilar al pequeño.
En total, un bebé de tres meses puede llegar a dormir unas 15 o 18 horas seguidas. Algo vital que se recomienda a tener en cuenta es que el pequeño duerma boca arriba ya que esta es la posición recomendada para reducir el riesgo de muerte súbita. Es también importante fijarnos en que el bebé no duerma siempre del mismo lado ya que podría darse una deformidad en el tamaño de los huesos del cráneo puesto que estos no están soldados del todo.
Crecimiento y desarrollo
En general, y durante el primer trimestre de vida, los bebés ganan, en cuanto a tamaño, unos 200 gramos semanales de peso, tres centímetros de talla y uno o dos centímetros de perímetro craneal al mes. De todas formas, estos datos son globales y no siempre se van a aplicar a todo el mundo ya que cada bebé es distinto y, por consiguiente, tiene su propio ritmo de crecimiento.
Cada recién nacido sigue su evolución y el ritmo de este por lo que resulta bastante difícil, al menos en este apartado, predecir con exactitud cómo será su desarrollo cognitivo. No obstante, hay actos que son verdaderamente logros que los bebés que cumplen un tercer después de los 2 meses, pueden llegar a alcanzar. Seguir objetos y personas en movimiento, observar las caras con atención, apoyarse con los brazos cuando está boca abajo, coordinación de las manos con los ojos e incluso empezar a agarrar y dar manotazos a diversos juguetes son cosas que el bebé empieza a realizar.
El bebé de tres meses centra sus acciones sobre su propio cuerpo, y esto precisamente se llama reacción circular primaria. Repite las acciones constantemente y gracias a ello consigue la coordinación de unos movimientos que cada vez son más fuertes. Por esto anterior, es importante vigilar al bebé y sobre todo cuando está a una cierta altura: bien en el cambiado, la cama o el sofá. Los niños a esta edad son muy curiosos y un mal movimiento incontrolado puede hacer que se caiga y se haga daño.
Estimulación
Dentro de los dos meses, y obviamente también al tercero, todavía se debe y se tiene que seguir estimulando al bebé. El mejor estímulo que este podrá recibir es la voz de los padres y el contacto y la mirada de estos. Si todavía no se tienen juguetes, al bebé le basta con los juegos que una persona le pueda proporcionar y también con observar objetos, lugares y a personas desconocidas y nuevas.
Una actividad tan sencilla y simple como será hablar o cantar mientras se viste o se baña al bebé significará todo un mundo para el pequeño. Si elegimos un juguete para aumentar la estimulación, hay que tener mucho cuidado con que este no contenga piezas pequeñas o de gran tamaño y duras que pueda tragar o con las que hacerse daño.
Hacer pequeños y simples ejercicios de gimnasia será también algo que favorecerá el desarrollo físico y cognitivo del bebé de tres meses. Todos estos ejercicios ayudarán a que su tronco se fortalezca al igual que sus articulaciones. A los tres meses, ya se puede mantener incorporado al bebé así que moverle los brazos y doblarle las piernas será algo que agradecerá.