No solo el hecho de que un bebé que no consiga engordar lo suficiente es preocupante; que suceda todo lo contrario, que no pueda parar de engordar, también es algo que se debe tener en cuenta. Porque podría ser muy perjudicial para el bebé. El peso está íntimamente relacionado con la salud, sobre todo cuando apenas tienen meses y se están alimentando exclusivamente de leche (ya sea maternal, o una fórmula preparada).
Es cierto que, por costumbre social, solemos asociar bebé sano con un bebé gordito, un bebé que tenga bastante carne y esté subido de peso. Esto tiene sentido, desde luego, porque hasta hace unos años no era tan fácil que un bebé sobreviviera a sus primeros meses o años de vida. Cuanto más peso tuviera, cuanto más gordito estuviera, más probable era que consiguiera sobrevivir a cualquier problema de salud. Porque, en ese caso, el peso se asociaba directamente con la salud, con lo bien nutrido que estuviera el bebé.
Mas, por suerte, en nuestra sociedad esto ya no tiene que ser necesariamente así. Ahora mismo sabemos que la obesidad infantil es un problema, y que las repercusiones que esto puede tener podrían acabar siendo muy graves. También es cierto que, generaciones atrás, lo normal era que los bebés gorditos fueran perdiendo el peso que les sobraba poco a poco; practicaban mucho deporte, salían a la calle a jugar... Y, ahora, los niños son mucho más sedentarios, y comen mucha más comida rápida o precocinada. Nuestra forma de vivir ha cambiado, y eso hace que debamos adaptarnos a las circunstancias. Es por eso que ahora nos preocupa mucho más el hecho de que un bebé no deje de engordar: porque sabemos lo perjudicial que esto podría ser a la larga.
Si el bebé tiene menos de dieciocho meses, no te preocupes
Antes de continuar leyendo, lo primero que debes hacer es, si dudas de la salud de tu bebé, acudir al pediatra. Porque por mucho que puedas leer por tu cuenta, por mucho que puedas aprender de artículos escritos por profesionales, nadie como un médico para subsanar todas tus dudas.
Una vez dicho esto, continuemos. Los consejos que os vamos a dar a continuación se pueden tener en cuenta se tome la leche materna o leche de sustitución, por ejemplo; porque la leche en sí no es la culpable de que engorde. Si este engordar sin parar se da antes de los dieciocho meses, no debes preocuparte en absoluto, porque es lo normal. Hasta ese momento, los bebés aumentan mucho de peso para poder crecer, para ir duplicando poco a poco su tamaño; no olvidemos que tienen que pasar de ser bebés de cuna a niños de un año y medio. Es una de las etapas en las que más crecen, y es normal que el peso aumente considerablemente.
Es por eso que jamás se debe someter a una dieta a un bebé de menos de dieciocho meses, y mucho menos una dieta casera que improvises en casa. Podrías hablar con un nutricionista si es que ves el tema demasiado preocupante, y que sea este el que te indique qué pasos seguir, pero no puedes comenzar a restringirle comida por tu cuenta. Es fundamental que tome el pecho que quiera, o que tome las cantidades de leche artificial recomendadas para su edad. Cuando vayas introduciéndole alimentos nuevos, debes hacerlo poco a poco y siempre procurando que sean lo menos grasos y azucarados posibles. Opta por alimentos naturales, sobre todo para cuidar su salud a largo plazo.
Si en tu familia, o en la de tu pareja, hay cualquier antecedente de obesidad, sí es importante que hables con un endocrino y que vigiles a tu bebé. Si un niño es obeso durante su infancia, hay muchas posibilidades de que continúe siendo obeso toda su vida. Jamás obligues a comer a tu hijo si no tiene hambre, en el caso de que su peso sea más alto de la cuenta, y nada de refrescos o zumos. Así, poco a poco, su peso se irá regulando a sí mismo.