Son muchas las madres que dudan a la hora de usar la almohada con sus hijos pequeños. Aunque hay madres que si la suelen usar, la verdad es que los expertos aconsejan el evitar su uso y dejar que los pequeños duerman en su cuna sin dicha almohada. Puedes pensar que si en los adultos la almohada resulta totalmente necesaria, en el caso de los pequeños también debería de ser así. Sin embargo, los bebés están formando su cuerpo y no necesitan una almohada como en el caso de los adultos. Acto seguido te explico mucho más claramente el por qué resulta desaconsejable el usar almohadas con los más pequeños de la casa.
Por qué es desaconsejable el que los bebés usen almohada
Es importante que sepas que el cuerpo de un bebé no es el mismo que el de un adulto por lo que la almohada es totalmente desaconsejable. Como ya he comentado más arriba, el cuerpo del bebé se está formando y apenas tiene fuerza en el cuello por lo que no es necesaria una almohada a la hora de dormir. El pequeño debe apoyar su cabeza en una superficie firme como el colchón para evitar que el cuello sufra algún tipo de lesión.
El principal motivo por el que un bebé no debe dormir con una almohada se debe al riesgo de muerte súbita. Si durante la noche, el pequeño se gira y la almohada se coloca en su cara, podría llegar a asfixiarse. Son muchos los bebés que han acabado falleciendo a causa de la asfixia provocada por una almohada o por una sábana. Al igual que ocurre con la almohada, los expertos aconsejan el tener el colchón totalmente despejado de peluches y otros objetos ya que podrían dificultarle la respiración mientras duerme. Son muchos los padres que cometen el gran error de poner demasiados peluches en la cuna de su hijo sin tener en cuenta el peligro que supone para el propio bebé.
Cuándo pueden usar los niños la almohada
Lo más recomendable es evitar el uso de la almohada durante los dos años de vida. Antes de los dos años, es un auténtico peligro y riesgo que el pequeño duerma en su cuna con una almohada. A partir de dicha edad, se aconseja el seguir sin almohada o con una que sea fina, delgada y acorde a su cuerpo. Una vez que el niño cumple los dos años, empieza a necesitar la almohada ya que los hombros son más anchos que la cabeza, necesitando algo para que la cabeza no se le vaya para el lado.
La almohada debe ser un material como el algodón ya que de esta manera el menor puede respirar sin problemas durante la noche. Por el contrario, hay que evitar otra serie de materiales ya que de lo contrario pueden tener cierta dificultad a la hora de respirar. La almohada además debe llevar una funda que la cubra y que se pueda lavar.
A día de hoy son muchas las madres que optan por poner una pequeña almohada a sus hijos con el fin de que puedan descansar mucho mejor además de evitar posibles problemas en el cuello. Sin embargo hay otra serie de madres que evitan a toda costa la almohada para que no exista riesgo de asfixia en ningún tipo de momento. De todas formas, los expertos aconsejan el evitar el uso de la almohada durante los primeros años de vida del pequeño.
Con los años, es absolutamente necesario el conseguir que el niño pueda dormir con una almohada debajo de su cabeza y evitar posibles esguinces y dolores de cuello.