Está bien que te enfades con tus hijos. Es algo natural que ocurre cuando se disciplina a los pequeños de la casa, solo debes saber cómo enfadarte para que sea positivo para ti, y también para ellos. Si tienes un enfado explosivo no conseguirás buenos resultados en su educación y además, tú te sentirás resentido/a, demasiado enfadado/a y cansado/a de las situación tóxicas llevadas al límite.
El amor por tus hijos está por encima de todo
Amas a tus hijos y eso está por encima de todo. Que te enfades con ellos no significa que no les quieras con todo tu corazón. El amor que sientes por ellos no se acabará nunca, pase lo que pase. Es posible que estés de acuerdo en un par de cosas:
-Amas tanto a tus hijos que cuando te enfadas después te sientes culpable por si le has lastimado emocionalmente.
-Los niños pueden ser muy irritantes, exasperantes e intolerables a veces.
Pero cuando una madre o un padre se enfada con sus hijos, a veces, el motivo del enfado se barre debajo de la alfombra pero esta no es la solución. Los padres no se reconocen y se arrepienten en la gran mayoría de ocasiones, de las reacciones explosivas que han tenido. En ocasiones, es posible que te hayas sentido incomprendido/a después de explicar a otras personas las rabietas de tus hijos, más que nada porque o no tienen hijos o hace mucho que sus hijos fueron pequeños, y solo saben decirte cosas como: 'son cosas de niños'. Pero no lo son, son cosas de los padres.
Algunos aspectos poco saludables
Existen algunos aspectos poco saludables que ocurren si creemos que no podemos expresar las quejas a nuestros hijos (aunque sea de forma correcta). Son las siguientes:
-Ahogamos las emociones negativas en los hijos y solo se consigue que se reproduzcan en ellos.
-Creemos que nuestros sentimientos como padres no están siendo reconocidos, lo que hace que pensamos que nuestros pensamientos no importan... Aunque nuestros hijos se sienten exactamente igual.
-Nos sentimientos culpables y no nos gusta que los demás sepan que nos pasan estas cosas en el hogar. Lo último que queremos como padres es sentirnos más culpables de lo que ya nos sentimos.
No pasa nada que te enfades con tus hijos
No pasa nada que te enfades con tus hijos de vez en cuando. Está bien que te irrites cuando tu hijo hace algo mal en casa o su comportamiento es indeseable, pero lo que resulta primordial es que sepas cómo reconducir tus emociones y que controles tus impulsos para reconducir a tus hijos desde la calma y el amor.
Cuando te sientes mal, puedes hablar con otras personas para desahogar tus emociones, para no pagarlo con tus hijos y también, para encontrar otros puntos de vista. Si alguien te da un consejo no te lo tomes a la ligera, puede hacerte reflexionar, hazle saber a esa persona que su opinión es importante para ti.
Respira todo lo profundo que necesites
Cuando tus hijos te estén poniendo a prueba y estés a punto de perder los papeles, entonces respira hondo, cuenta hasta diez y si hace falta, salte del contexto. Lo que no debes hacer nunca es mostrar tu inseguridad disciplinaria perdiendo los estribos o hablándoles mal. Por eso, si es necesario sal al aire libre, respira hondo y cuenta hasta 10. Piensa cómo podrías manejar la situación y después, abórdala.
Recuerda que eres una persona humana, con sentimientos y que tú también te equivocas. Pero si alguna vez te equivocas en respecto a tus hijos, entonces, pídeles perdón y busca la manera de hacer las cosas de un modo más positivo para todos.