Los niños son pequeñas bombas de relojería que a veces estallan sin que te lo esperes, para los padres y madres es difícil controlar estas situaciones de rabieta sin perder la calma. Casi todos los niños pasan por una fase de berrinches, momentos de enfado que no saben gestionar y muestran en forma de furia. Para otros niños es simplemente una cuestión de carácter y cuando algo los contraría, sacan su genio.
Todos estos momentos de ira son frustrantes para los padres ya que las rabietas pueden llegar en cualquier circunstancia. La mayoría de las veces los adultos no tienen la capacidad de respirar y mantener la calma, es algo totalmente lógico. Pero para los niños también es un momento de ansiedad por lo saber controlar lo que sienten. En muchas ocasiones lloran simplemente por rabia, por no saber cómo calmar sus emociones.
Es fundamental tratar de mantener la calma y no responder ante la situación con gritos y violencia, esto solamente causará el efecto contrario en el niño. Se agobiará mucho más, se sentirá poco comprendido y su frustración irá en aumento. Si en lugar de enfadarte y gritar a tu hijo, te sientas a su altura e intentas calmarle con palabras, ayudarás a tu hijo a frenar ese sentimiento que le ha llevado al límite.
Utiliza la comunicación como técnica
Todas las palabras que se pronuncian a lo largo de una conversación causan un efecto en la persona que los recibe. Quizá tu no te des cuenta o no lo hagas conscientemente, pero las palabras elegidas en tus frases, pueden ayudar a calmar la situación o por el contrario pueden herir más al receptor y elevar el tono de la discusión.
Las palabras que recibes pueden hacerte sentir contenta, feliz, amada, deseada, pero también pueden hacerte enfadar y que te sientas poco comprendida. Para los niños es aún más complicado, ellos aún no tienen la capacidad de gestionar sus emociones, la ira y el llanto es su única forma de expresión.
Por este motivo es fundamental no corresponder a su ira de la misma forma, habla con tu hijo utilizando frases que le ayuden a gestionar sus emociones.
Frases para calmar a tu hijo en situaciones de ira
Los papás también nos enfadamos, pero lo expresamos de otra forma
Tu hijo tiene un berrinche porque algo lo ha enfadado, el niño tiene derecho a expresar que se siente mal, pero debe aprender a hacerlo de otra forma. Hazle ver que su enfado porque es un sentimiento natural que sienten todas las personas, también los mayores. Aprovecha esta circunstancia para enseñarle técnicas de expresión, como hacer un dibujo o cantar una canción.
Puedes enfadarte si así lo sientes, pero no está bien pegar a las personas
Muchos niños responden a la frustración pegando a otros niños, a sus hermanos, incluso a sus propios padres. Si respondes a la violencia con más violencia, apartándole con brusquedad o con una palmada, estarás lanzando un mensaje incorrecto. Explícale a tu hijo que si se siente mal puede enfadarse, que no pasa nada por no hablar durante un tiempo con la persona que te ha hecho sentirte así, pero que nunca debe hacerle daño.
Vamos a hacerlo juntos
Muchas veces los niños se enfadan porque algo no les sale bien, un trabajo para el colegio, un dibujo o una construcción con los bloques. Cualquier motivo es suficiente para que un niño se frustre ante algo que no sabe hacer bien. En lugar de recriminarle que no se ha esforzado lo suficiente y que no debe llorar, pregúntale que es lo que no puede hacer y anímale a que lo haga contigo. El niño se sentirá comprendido y protegido, aprenderá a pedir ayuda cuando no pueda hacer algo el solo.
Ahora vamos a tranquilizarnos los dos
A veces el berrinche llega en medio de la calle, cuando estás manteniendo una conversación interesante con otra persona, o te pilla haciendo algo que para ti es importante, son situaciones en las que se hace complicado mantener la calma. Responder al niño con negativas, gritos y aspavientos solo conseguirá que se sienta rechazado e intimidado. Prueba a decirle que tú también estas molesta, pero os queréis mucho y juntos podéis encontrar una solución.
Si me lo dices con calma, te entenderé mejor
Los niños expresan su enfado a través del llanto y los gritos, cuando elevan la voz es fácil que los padres pierdan los nervios y respondan con más gritos. De nuevo estarás lanzando al niño el mensaje equivocado, los gritos no se responden con más gritos. Pide a tu hijo que te diga de nuevo lo que necesita, pero esta vez con un tono más bajo y con calma.
¿Que podríamos poner a la comida para que te gustase más?
Obligar al niño a comerse algo que no quiere, es dar pie a un interminable berrinche. El niño comenzará a llorar y a gritar negándose a probar la comida, si respondes a esta situación con autoridad y obligación, causarás el efecto contrario y la rabieta será incontrolable. No es cuestión de cocinar solamente lo que el niño quiera, es hacerle pensar, buscar él mismo una solución. Quizá con hacer algunas pequeñas concesiones a la hora de cocinar, puedas evitar este tipo de situaciones. Se trata de que el niño aprenda a comer bien, en lugar de rechazar la comida y cogerle manía porque de pequeño le obligaban a tomarla.
¿Empezamos a recoger los juguetes por los coches?
Los niños deben aprender a recoger sus cosas desde pequeños, pero a todo el mundo le agobia ver un montón de cosas que recoger, no es fácil saber por donde empezar, esto puede frustrar a cualquiera. En lugar de ordenar a tu hijo que recoja sus juguetes, enséñale a hacerlo por partes. Primero puede recoger los coches y todo lo que tenga que ver con ellos, el garaje, el circuito y demás. Y así con todo lo que haya utilizado para jugar, de esta forma el niño aprenderá a organizarse bien el trabajo.
Ser padre no es fácil, a medida que los niños crecen los padres tienen que experimentar situaciones desconocidas y difíciles de gestionar. Intenta respirar antes de entrar en una espiral de gritos, lloros y rabietas, trabaja la empatía con los sentimientos de tu hijo. El niño solo te está pidiendo comprensión y ayuda, aunque sea a gritos. Trata de ponerte en su situación y ofrécele las armas para gestionar sus emociones.