Criar a un adolescente no es fácil, incluso en las mejores circunstancias puede ser todo un reto. Aún puede volverse más complicado cuando tienes un hijo adolescente con problemas... entonces todo se vuelve aún más difícil. Pueden ser muchos los problemas que puede tener un adolescentes: estados de ánimo cambiantes, problemas con la ley, ausentismo en el instituto, problemas en clase, abuso de sustancias...
Preocuparte por tu hijo adolescente es normal, pero puede mantenerte despierto/a noches y noches. Es posible que si tu hijo adolescente no pone de su parte, al final te canses de lidiar con sus problemas de comportamiento, con sus bruscos cambios de humor, sus enfados innecesarios o sus malos hábitos.
Si has intentado ayudar a tu hijo adolescente de todas las maneras posibles ante su negativa y ya no sabes qué más hacer... Es necesario que aprendas formas de combinar las necesidades de tu hijo adolescente con las tuyas propias. Los padres agotados tienen que encontrar maneras de reponerse, lo que a menudo se queda al margen cuando se trata de tratar con un adolescente de alto riesgo.
Necesitas recuperar tus fuerzas, tu energía y tu salud mental. En este sentido es importante que te cuides bien, que cargues tus baterías y que de este modo, puedas lidiar mucho mejor con un adolescente con problemas, ¡encontrando soluciones!
Admite sin culpa
Admite que estás cansado/a de esa situación, de tener que lidiar día tras día con los problemas de tu hijo adolescente. No te sientas culpable ni tampoco te castigues, simplemente, acéptalo. Es normal que te sientas así.
Es normal, eres humano, y tratar con cualquier humano difícil es un desafío. Cuando ese humano difícil vive en tu casa y depende de ti, es aún más agotador. Admítelo a alguien más. Ya sea un amigo, un familiar o un terapeuta, hablar sobre tus sentimientos puede ayudarte enormemente. Escuchar una perspectiva externa puede ayudarte a ver algo que estás perdiendo al estar tan cerca del problema.
Tiempo para cuidarte
En tu lista de tareas prioritarias debe estar cuidarte a ti mismo. Ten el tiempo suficiente para ir al médico y cuidar tu salud. También deberás tener tiempo para disfrutar de tus actividades de ocio, ya sea tomar una taza de café con un amigo o ir al gimnasio. Dedica tiempo para las cosas que te gustan hacer.
No te pongas en la última lista de prioridades. El cuidado personal es una parte fundamental del cuidado de los demás. Programa un poco de tiempo para ti cada día y divide períodos de tiempo más grandes para participar en actividades divertidas por lo menos un par de veces al mes.
Encuentra apoyo
Trata de encontrar apoyo de otros padres que estén en situaciones similares a la tuya y así podréis hablar y compartir experiencias. Puedes incluso asistir a un grupo de apoyo en persona o a través de Internet o redes sociales.
Los grupos de apoyo tienen mucho que aportarte, sobre todo tranquilidad emocional y un sentido de comunidad con otras personas que comparten experiencias similares a las tuyas. Los grupos de apoyo para padres están diseñados para intercambiar información, reducir el estrés y ayudar a encontrar formas de sobrellevar la situación.
Es como ser entrenado, apoyado, educado y cuidado por otros padres en el mismo barco. Otros padres que están criando adolescentes con problemas entenderán el estrés que sientes y hablar con ellos puede ser de gran ayuda.
Cuida tu cuerpo
Quizá tu cuerpo sea en lo último que piensas cuando estás realmente agotado/a pero mover tu cuerpo es energizante. También te mantiene saludable y te ayudará a pensar con mayor claridad. Así que no dudes en acudir a hacer caminatas, ir al gimnasio o apuntarte a clases de baile. Cuidar tu salud física te ayudará a cuidar tu salud mental.
Recuerda que también es muy importante dormir lo suficiente. Y si todo esto falla, entonces, será importante que acidas a un profesional de salud mental. Hablar con un terapeuta puede ayudarte a encontrar estrategias de afrontamiento y técnicas de manejo del estrés.