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¿Es cierto que los hijos copian a sus padres? ¿Cómo controlarlo?
¿Es cierto que los hijos copian a sus padres? ¿Cómo controlarlo?

MODELO A SEGUIR

¿Es cierto que los hijos copian a sus padres? ¿Cómo controlarlo?

Los niños aprenden mucho sólo por ver a diario los comportamientos de sus padres, aunque no queramos, por eso debemos intentar darles siempre ejemplo.

Todos los padres y madres del mundo quieren que sus hijos se comporten bien, que sean educados y sobre todo, que crezcan estando sanos emocionalmente. Pero lo que muchos padres olvidan o no caen en la cuenta, es que los niños también necesitan que sus padres estén sanos emocionalmente para crecer equilibrados y que para que los pequeños tengan un buen comportamiento, primero son los padres los que deben mostrarlo.

A los niños se les educa más por las acciones que por las palabras. No hay mayor enseñanza y con más poder en los niños que la del ejemplo. Hay que olvidarse de una vez del típico: 'Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago'... Porque este pensamiento sigue demasiado extendido en muchos hogares de nuestra sociedad. De esta manera los niños creen en incoherencia y por tanto, puede haber más probabilidades de que existan problemas conductuales.

Debemos aprovechar para dar buenos ejemplos a los niñosDebemos aprovechar para dar buenos ejemplos a los niños

Hay unos pequeños ojos que te miran todo el tiempo

Aunque no te des cuenta, cuando gritas, tienes un mal hábito, hablas mal, comes mal... hay unos pequeños ojos a tu lado, que en silencio, está mirando y aprendiendo de todo lo que haces. Tus hijos serán cuenta del menor detalle aunque no te diga nada. Si alguna vez te sorprendes porque tu hijo te ha gritado, tendrás que pensar primero en cuando fue la última vez que tú le gritaste a él. Los niños son como esponjas que aprenden de las conductas que ven en sus padres.

Pero que los niños copien lo que hacen los padres, no tiene que ser algo malo, se puede utilizar para potenciar la buena conducta, y al mismo tiempo mejorar los hábitos de los padres. Los padres esperan que los hijos no cometan los mismos errores que ellos cometieron en el pasado. En la gran mayoría de ocasiones, los padres quieren que sus hijos hagan las cosas diferentes pero bien hechas.

Si por ejemplo un padre fuma, mientras está fumando le está diciendo a su hijo que no fume cuando sea mayor. Pero esto puede crear en los niños una incoherencia interna poco estable para su salud mental. Los niños verán que lo que hace su padre no tiene coherencia con las palabras que dice, siendo la acción que está cometiendo el padre lo que tiene más poder en el aprendizaje de su hijo.

En cambio siguiendo el ejemplo anterior del padre que fuma, si en lugar de decirle al niño que no lo haga y punto, le dice que él cometió un error empezando a fumar y que lo va a dejar pronto, pero que su hijo no tendrá ningún problema si no empieza a fumar nunca... es una forma más fácil de que las palabras vayan en coherencia con las acciones (siempre y cuando sea verdad y deje de fumar pronto).

Aunque tú no quieras que tus hijos hagan lo mismo que tú, es inevitable que adopten muchas de tus conductasAunque tú no quieras que tus hijos hagan lo mismo que tú, es inevitable que adopten muchas de tus conductas

Tus ejemplos son tu gran enseñanza

El padre que azota su su hijo como castigo por pegar a su hermana está actuando de forma incoherente. No se puede enseñar a dejar de pegar pegando, Como tampoco se le puede enseñar a dejar de gritar gritando. Si quieres que tu hijo no pegue o no grite, primero tendrás que enseñarle la norma sin pegarle y sin gritarle. Con empatía y respeto hacia su persona.

Es posible que como padre o madre, ahora estés haciendo una revisión mental rápida de tu propia conducta en busca de posibles incoherencias similares a las comentadas anteriormente. Quizá sean incoherencias menos dramáticas, pero seguro que son igual de importantes. Si eres honesto u honesta contigo mismo o misma, seguro que encontrarás alguna incoherencia a corregir en tu conducta. Es normal, eres humano/a.

Existen investigaciones que apuntan a tres consecuencias de la incoherencia en las acciones de los padres. En primer lugar, los efectos de la enseñanza disminuye cuando los hechos y las palabras no son concordes. En segundo lugar, los niños reconocen muy rápidamente estas incoherencias y se dan cuenta de que algo no marcha bien... Pero suelen esperar hasta la adolescencia para echar en cara todas incoherencias a los padres. Por último, un padre o madre que hace una cosa pero exige lo contrario a sus hijos, tendrá más probabilidades de que sus hijos muestren problemas de disciplina que no podrá corregir hasta que no corrija las incoherencias en su propia persona.

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