Tratar con un adolescente no siempre es fácil. E n el cambio de niño a adulto es cuando se producen más cantidad de conflictos entre jóvenes los y mayores que se encuentran cerca, sin que eso signifique que se trate de personas conflictivas. Las hormonas, el cambio, la supuesta exigencia de responsabilidades,... hacen que no resulte nada fácil dejar de ser un niño y normalmente quienes acaban sufriéndolo quienes se encuentran a su alrededor.
La aceptación será complicada
Tampoco queremos desanimarte, porque no todos los casos son iguales y porque con un poco de paciencia las relaciones tienden a mejorar. La adolescencia no es más que un periodo en la vida de una persona. En unos años saldrá de ella y se convertirá en un adulto que a buen seguro ve de otra manera las relaciones de sus progenitores.
En Bekia hemos preparado varios artículos centrados en las relaciones entre adultos y los hijos de su pareja. En éste vamos a centrarnos en cómo son aquellas que incluyen a una nueva pareja y al hijo adolescente de la misma. Hablamos de alguien que tiene más de 13 años, que ya no es un niño, pero que tampoco ha alcanzado la madurez que asociamos con la mayoría de edad.
La primera impresión siempre es importante
La primera impresión que damos a alguien siempre prevalece durante un tiempo. Si es alguien con el que nos queremos llevar bien no merece la pena dejar las cosas en manos del azar y resulta mejor prepararlo. Así que si tu pareja y tú habéis decidido que ha llegado el momento de que conozcas a su hijo dedicarle un tiempo a cómo será ese primer encuentro.
No resulta conveniente que sea fortuito, como encontrarse por la calle con él o que llegue a casa y os vea en una actitud cariñosa. Si el adolescente ni siquiera sabía de vuestra relación no se lo tomará nada bien. Es por ello que ha de ser su padre quien prepare el terreno, hablándole de su nueva pareja, de cómo es vuestra relación y de su interés porque os conozcáis.
Intenta que no sea un encuentro fortuito
Si es un forofo de un equipo de fútbol puedes interesarte por sus últimos fichajes o si le gusta la cocina, puedes pedirle consejos para preparar una receta en particular. Siempre es más fácil agradar a alguien cuando éste ve que te interesas por lo que le gusta y, además, lo tratas como un adulto. Esto es muy importante para un adolescente, el ver que no le consideran un niño.
Es fundamental interesarse por aquello que le gusta, pero también compartir, o al menos intentarlo, alguna de sus aficiones. Por ello es recomendable que vuestro primer encuentro sea en un sitio neutral y distendido, que el hijo de tu pareja no sienta que está como invitado, sino que es uno más. Una cena, una sesión de cine o un concierto -hay que tener en cuenta el gusto de todos los asistentes para que sea del agrado de todos- son las propuestas con más posibilidades de éxito.
Tú eres el adulto
No siempre es fácil encontrar algo que guste a un adolescente y a un adulto. En ese caso no lo dudes, eres tú quien habrá de ceder. Al fin y al cabo eres el más adulto en la relación y él te ve como alguien ajeno a su familia, así que entenderá que has de ser el que tiene que hacer más esfuerzos.
No siempre es así, pero los comportamientos de un adolescente puede ser más egoístas e infantiles que los de un niño, así que no merece la pena ponerse a su altura e iniciar un conflicto. Resulta más efectivo ceder -al menos en las primeras ocasiones- a fin de conseguir el objetivo final: tener una buena relación con el hijo de tu pareja.
Tampoco es nada recomendable crear un conflicto entre él y su progenitor. La crianza del hijo es cosa suya, no tuya, por lo que no has de meterte. Sí puedes darle tu opinión, pero espera a que te la pida y hazlo sin resultar hiriente ni extremista. Puede ser visto, tanto por tu pareja como por su hijo, como que te tomas más libertades de las debidas. Lo mejor es adoptar una posición neutral entre ambos en sus conflictos.
No ocupas el lugar de un padre
En el caso de que seas la pareja de una mujer con un hijo adolescente ten en cuenta que -especialmente si la ruptura de sus padres es reciente- puede haber adoptado el rol de hombre de la casa. Sentirá la necesidad de proteger a su madre y tampoco verá con buenos ojos que otro hombre haya llegado a su vida, temiendo quedar relegado. En ese caso has de tener una dosis extra de paciencia con él.
Recuerda que tú eres la pareja de uno de sus padres, pero que es cosa de ellos el decidir cómo actuar, castigar o premiar todo lo que haga su hijo. Aunque puedas llegar a convertirte en su padrastro o madrastra nunca podrás ocupar su lugar. Es algo que has de tener en cuenta y siempre claro, incluso desde que empecéis vuestra relación.
Puede darse el caso de que lleguéis a tener una relación de amistad con el hijo de vuestra pareja. Resulta complicado alcanzarla cuando es adolescente, pero no tanto cuando hayan pasado unos años y se haya consolidado tu relación con su progenitor. Puede llegar a verte como un amigo, un confidente, alguien de confianza. Además puedes llegar a ser puente entre padre e hijo cuando las cosas entre ellos no sean demasiado fluidas.