Un ataque de ansiedad o pánico es un episodio en el que la persona siente miedo repentino e irracional unido a una serie de síntomas físicos, emocionales y psicológicos. Este miedo es tan intenso que el que lo vive piensa incluso que se va a morir.
La mayoría de las personas que lo viven son adultas, es raro que se den durante la infancia. Sin embargo, los niños con problemas de ansiedad pueden llegar a tenerlos si se dan las condiciones necesarias:
- El niño se encuentra con un estímulo al que tiene terror, como en el caso de las fobias.
-Un episodio desencadenado por ansiedad a la separación de los padres. El niño no quiere separarse de sus padres porque teme que algo malo les vaya a pasar.
- Fobia social. Hay niños que les cuesta mucho relacionarse con otros niños y si se fuerza la situación pueden llegar a tener un ataque de ansiedad.
- Fobia escolar. Nos referimos a niños que rechazan el colegio en todos los sentidos, de manera que pueden presentar ataques de este estilo si se les obliga a entrar en él. Hay veces que el niño no es que tenga miedo en si al colegio si no que el propio hecho de separarse de sus padres es lo que le produce temor, como en el trastorno de ansiedad de separación.
- Ataque de ansiedad sin una situación específica. Puede ocurrir que sin previo aviso el niño sufra uno de estos episodios, normalmente desencadenado por acumulación de ansiedad a lo largo del día o por una situación que le pilla de sorpresa y no tiene tiempo de procesar la situación.
¿Cómo es un ataque de ansiedad en niños?
Es muy parecido al que sufren los adultos. En ambos casos hay dos tipos de síntomas bien diferenciados:
1. Síntomas psicológicos: pensamientos de angustia, miedo irracional, sensación de ahogamiento o de que uno se va a morir.
2. Síntomas fisiológicos:
- Sudoración repentina
- Taquicardias
- Dificultad para respirar, hiperventilación, el niño empieza a respirar muy deprisa pero no consigue el oxígeno suficiente.
- Mareos, náuseas.
- Escalofríos en el cuerpo y entumecimiento de las manos o pies.
Los ataques de ansiedad o pánico tienen una duración variable, pudiendo durar desde unos minutos (que se hacen eternos) hasta varias horas, pero en cuanto a niños e refiero lo común es que no duren más de unos minutos a lo sumo. Por otro lado, tu hijo puede sufrir un único ataque de pánico o que estos seas recurrentes, de manera que se repita cada cierto tiempo.
Como tranquilizar al niño en un ataque de ansiedad
Durante un episodio así el niño seguramente se quedará paralizado, comenzará a respirar muy fuerte y a transpirar. Algunos hacen ruidos asmáticos y otros se ponen a chillar. Haga lo que haga es vital que no nos dejemos llevar por el terror. Tenemos que intentar tranquilizar al niño en todo momento, transmitiéndole calma. Si nos ve nerviosos aun se pondrá más él.
- Ponte a su nivel, mírale a los ojos y cógele (si puedes) de las manos.
- Ayúdale a hacer respiraciones profundas, para ello tiene que respirar por la nariz y soltar el aire por la boca. No intentes calmarle con palabras porque seguramente no te esté escuchando. Solo cógele las manos y di que haga lo mismo que tú. Guíale manteniendo la calma y haz de modelo para el pequeño.
- Un abrazo de contención puede ser útil. Si lo ves muy alterado abrázale fuerte y cubriéndole entero. La idea es tranquilizar al niño, transmitirle seguridad, establecer unos límites tanto físicos como emocionales para que el niño se sienta a salvo de nuevo. Nuestra actitud en el abrazo tiene que ser conciliadora y consoladora. Puede que al principio el niño rechace el contacto físico pero insiste. A la vez dile que respire como tú, por la nariz, y que lentamente suelte el aire por la boca.
Lo ideal es que una vez que ocurre esto por vez primera es que ensayéis este procedimiento para que si vuelve a ocurrir en un futuro el niño ya sepa lo que tiene que hacer y como respirar. Si sospechas que puede tener un trastorno de ansiedad tienes que llevarlo a un psicólogo, ahí os darán unas pautas (tanto a los niños como a los padres) de como actuar en caso de que se de una situación de este estilo, más frecuente de lo que se suele pensar. Así ya estaréis preparados y sabréis como actuar.
Visita a un profesional
Es importante que, independientemente de que sea o no la primera vez que el niño sufre un ataque de ansiedad , tiene que ser llevado urgentemente al psicólogo para que le valore. Un ataque de ansiedad ocurre porque hay un problema de fondo que está causando malestar al niño, y hasta que no se resuelva, seguramente seguirán apareciendo.
Cógele y haced juntos respiraciones profundas
El niño tiene que saber por qué le ha ocurrido esto, y lo más importante, saber que tiene solución, que aunque en esos momentos se sienta muy mal no le va a pasar nada. Esta explicación para que sea efectiva se le tiene que dar antes de que sufra el ataque y no en medio de este. También es aconsejable que sea el profesional quien se lo explique al niño por primera vez y que vosotros hagáis de apoyo. Seguramente el psicólogo podrá tranquilizar mejor a vuestro hijo porque adaptará la explicación a su nivel de desarrollo, asegurándose de que entienda algo que puede resultar tan complicado.