padre o madre no es nada más ni nada menos que una decisión tomada en un punto de la vida en el que te encuentras a todos los niveles estable, aunque no siempre es así. Para llegar a este nivel de vida, antes de meternos de llenos en los requisitos para tener una mente tranquila a la hora de traer una nueva responsabilidad al mundo, debemos simplemente hacer algo muy sencillo como es vivir la vida.
Quizá penséis que estoy estipulando una edad para tener hijos y seguramente estéis en lo cierto. ¿Por qué? Un hijo no es una responsabilidad más que además traerá mucho cariño a tu vida. Sin embargo, precisamente no todas las responsabilidades tienen la misma carga. Cuando unos es joven (de los dieciocho a los veintiocho años aproximadamente) debemos tener a nuestras espaldas responsabilidades realizables. Es decir, debemos formarnos para poder tener un trabajo y vivir sin la dependencia de otras personas. A su vez, debemos de tener nuestros momentos de relajación y hacer lo que nos resulte agradable como puede ser viajar, asistir a conciertos, hacer una actividad deportiva etc. Y por otra parte, es recomendable tener una vida social estable con nuestros amigos. Una vez tenemos algunas de estas o muchas otras alternativas que nos hagan estar en un estado de estabilidad es cuando vivimos nuestra vida. Atentos a esto último que he dicho.
Nuestra vida, aquella formada por actividades que producen un bienestar sin tener que depender de otras personas o sin tener que estar enfocadas a otras personas, sino simplemente a nosotros. Cierto es que se pueden realizar en compañía o en solitario pero han de ser por y para nosotros.
Cuando vivimos nuestra vida y aparece alguien en el camino con quien podemos compartir nuestras vivencias es cuando pueden llegar responsabilidades mayores que no solo nos atañen a nosotros sino a otros.
Es aquí cuando vamos a dar un salto temporal y comentar el momento en el que has decidido tener un hijo. Aquí vamos con unos cuantos consejos aunque también podemos llamarlos aclaraciones.
Consejos para adentrarse en la maternidad o paternidad
Cuando afrontas tener un hijo y tratas el tema cara a cara con tu pareja, lo primero que has de tener claro es que la pareja que has escogido es la adecuada. Es decir, llevas el tiempo suficiente a su lado como para conocerla y entender que es la persona que quieres que te acompañe en esta nueva responsabilidad, además de que os procesáis un cariño mutuo. Una vez tenemos claro este aspecto, debemos relajarnos. Ya has tomado la primera decisión correcta. En el caso de que lo decidas tener en soltería, seguramente no tengas problemas ya que solo has de conocerte a ti mismo y saber que tienes las aptitudes necesarias (responsabilidad, decisión, valentía etc.) para tenerlo solo.
El segundo factor a tener en cuenta es que no podemos tener un hijo si no tenemos una economía que pueda sustentarlo. Todos sabemos que un hijo conlleva unos gastos que van ligados a la capacidad del cuidado que le puedas dar. Si tenemos un trabajo estable que nos de ingresos suficientes como para pagar los gatos de la vivienda, los gastos del bebé y los gastos personales, puedes proseguir. Sin embargo, si no los tenemos, no te preocupes, porque todas las personas consiguen adaptarse a este cambio en la vida aunque no goce de unos recursos elevados, si no, pocas personas tendrían hijos, ¿verdad?
El tercer consejo va ligado a la mentalidad. Tanto la paternidad como la maternidad son aspectos que requieren de una gran estabilidad mental. Tanto si estás acompañado como si lo estás realizando solo, uno de los factores importantes es saber que la otra persona estará deseando el hijo tanto como tú y en el caso de que así sea adelante. Sin embargo, algunas personas conciben el embarazo como una acción que puede unir a la pareja en momentos de crisis. Si estáis viviendo una situación así, no tengáis un bebé. ¿Por qué hablo de la mentalización? Un bebé no es un juguete que puedas tener y luego olvidarte de él. Has de ser consciente de que estás trayendo una vida al mundo y de que se merece ser cuidado. No lo sintáis como un regalo de Navidad por el cual te "obsesionas" pero luego dejas de lado. Lo que vais a traer al mundo será para toda la vida y debéis estar ahí para ayudar a hacer un camino por el cual pueda avanzar.
Afrontar el embarazo
Si esto está claro, solo queda repasar el embarazo. Uno de los factores para afrontar la paternidad y maternidad de manera adecuada es asistir de manera conjunta a las revisiones del ginecólogo. El apoyo mutuo es un factor esencial. ¿Por qué? Hay casos en los que llegado el embarazo se siente una especie de soledad porque tanto uno como el otro sienten que recae un peso sobre ellos, por separado. Aquí la cuestión es de procesar el hecho de que llega una responsabilidad mayor pero que van a afrontar de manera conjunta. Es por eso que la etapa del embarazo ha de vivirse mano a mano con la pareja y nunca sentir que el peso lo lleva uno solo.
Consejos generales
De esta manera, después de todo lo señalado, debemos tener claro que para afrontar la paternidad o maternidad, debemos tener claras unos pocos conceptos:
- Debemos aprovechar bien la juventud ya que con la llegada de un bebé, gran parte de la atención se centrará en él dejando de lado posible actividades que conviene hacer antes de tenerlos.
- Debemos tener una pareja estable, a la que conozcamos bien y le tengamos un cariño especial, además de que tengamos certeza de que nos acompañará a lo largo del proceso. En el caso de que lo tengas en soltería, este aspecto se ve enfocado totalmente al conocimiento de uno mismo.
- Sería ideal tener un trabajo estable que nos reporte unos ingresos suficientes como para pagar los diferentes aspectos de una vivienda, los cuidados del bebé y los asuntos personales. No siempre es posible, o pocas veces, pero debemos pensar, ¿tenemos gente alrededor que nos apoye en los momentos difíciles? Si sólo miráramos el aspecto económico, ¿quién encontraría el momento para tener hijos?
- Debemos mentalizarnos sobre la responsabilidad de tener un bebé como un ser que no equivale a un regalo o una obsesión. Es un tema que debe ser tratado con tranquilidad y es para toda la vida.
Una vez has repasado estos cuatro factores, todos relacionados de manera directa o indirecta con la paternidad o maternidad, y estás de acuerdo con lo que definen, estás preparado para afrontar ser padre o madre y no has de agobiarte con el hecho de tener un bebé sino disfrutar de ello ya que es una experiencia única en la vida.