La pubertad es el cambio que se produce cuando el cuerpo empieza a desarrollarse para pasar de niño a adulto, normalmente se puede dar en nuestros hijos entre los ocho y trece años en las niñas y entre los nueve y quince años de edad en los niños que siempre crecen un poquito más lento que las niñas. La glándula pituitaria que todos tenemos comienza en este momento a segregar unas hormonas especiales, que dependiendo del sexo, actuaran en unas u otras partes del cuerpo más activamente.
Esta época de pubertad que comienza cuando los jóvenes empiezan a desarrollarse, se notan varios cambios, tanto físicos como en su conducta. El cuerpo empieza a crecer más rápido de lo habitual y en los chicos, sus órganos sexuales empiezan a generar la hormona de la testosterona y esperma, a su vez en las chicas se empiezan a originar los estrógenos en sus ovarios y su cuerpo empieza a preparase para empezar el periodo, que permitirá en el futuro quedarse embarazada y para ambos empieza un largo periodo de cambios emocionales.
Como padres debemos estar al lado de nuestros hijos para transmitirles que estos cambios son normales, que no hay nada malo en ellos, ya que es posible que intenten esconder estos cambios, ya que les va a crecer pelo en varias zonas del cuerpo, a menudo aparecerán granos en sus caras, espalda, pecho o piernas además de cambios en sus glándulas de sudoración. En chicos también hay, además, un cambio en la voz, en el que ésta se vuelve más grave y hay desajustes en el timbre. Uno de los temas más controvertidos, es que se desarrollan en una medida mucho más grande los sentimientos sexuales, que generan cambios en la interacción entre chicos y chicas.
No ignorar a nuestros hijos
Es posible que en esta época, con sus continuos cambios de humor, disputas, discusiones y rabietas, acabemos dejando hacer lo que quieran a nuestros hijos, no es recomendable que los ignoremos puesto que en estos momentos su voluntad es muy voluble, muy influenciable. Pueden verse atrapados por amigos, conocidos, compañeros que los lleven a hacer o querer cosas que realmente no quieren hacer, entonces, aunque un joven en la edad "del pavo" pueda ser un incordio y a menudo confrontaciones de ideas y libertades, no debemos olvidar que parte de estos comportamientos se deben a una ebullición de hormonas que potencia las emociones, especialmente en la adolescencia y que no se pueden controlar fácilmente.
Igual que es importante no ignorar a nuestros hijos, también tenemos que aprender a respetarles. Hasta la pubertad seguramente no han tenido nada que ocultarnos, en cambio ahora pueden encontrar vergüenza en sus actos y en sus cambios. Tenemos que saber dejarles un espacio de privacidad, siempre controlado, pero en el que se puedan encontrar seguros, sin una continua supervisión de los padres ya que de lo contrario se rebelaran en contra y se cerrarán aún más de lo habitual en esta época de adolescencia.
Informarles sobre que está sucediendo
Como hemos comentado antes, hay muchos cambios en esta época del crecimiento de los jóvenes, y es probable que ellos no entiendan que sucede, o que les lleguen informaciones falsas o incompletas desde internet, la televisión o sus amigos. Por esto es por lo que nosotros los padres tenemos que buscar una forma de transmitirles la tranquilidad, la normalidad de esos cambios, intentar entender sus conductas y nunca demonizar estos cambios, ya que perderemos la confianza que tienen en nosotros y empezarán a esconder todo lo que rodea sus vidas, y entonces será mucho más difícil poder ayudarles. Tenemos que buscar el momento en el que hablar con ellos, un momento relajado y hablarles con sinceridad y sin esconderles ningún aspecto de las novedades que suceden en esta época de la vida.
También es importante, tener una pequeña charla sexual durante la adolescencia, comentarles lo que está sucediendo, lo que puede pasar, que deben tener cuidado. Aunque no nos guste, debemos comentar todos los tipos de protección que existen cuando se mantiene una relación sexual, ya que aunque les digamos que quizás deben esperar, es posible que lleguen a estar en esta situación. Es mejor que estén precavidos y seguros en vez de tener problemas y descuidos, además de posibles malas experiencias que afecten a su futuro desarrollo como personas sexualmente saludables.
Lo más recomendable es que antes de la adolescencia hayamos hablado con anterioridad con nuestros hijos, a lo largo de su crecimiento desde pequeños. Haciéndolo con honestidad y respondiendo sus preguntas tendremos este camino mucho mas llano de cara a la pubertad , pero cuando esto no ha sucedido y tenemos que hablar con ellos cuando empezamos a verlos cambiar, tenemos que encontrar el momento idóneo en el que se sientas seguros en su espacio. En el caso de las chicas es muy importante haber tenido alguna conversación anterior, por ejemplo sobre la menstruación.
Qué debemos decirles cuando tengamos una charla con ellos
Sobre todo, debemos asegurar a nuestros hijos que estos cambios son totalmente normales, todo el mundo ha tenido que pasar por ellos y no hay ningún problema. La inseguridad, el acné, los cambios de humor, el vello facial y corporal, y el crecimiento de nuestro cuerpo es algo normal que no debe preocuparles mas de lo necesario.
En las chicas es seguro que durante la preadolescencia tenga que empezar a llevar sujetador. Es posible también que nuestra hija sea la primera o de las pocas de la escuela o grupo de amigos que tienen que comenzar a llevarlo, y tenemos que transmitirles que no pasa nada, simplemente a algunas personas les llega antes o después la etapa del crecimiento, no deben sentirse raras.
Con los chicos, es posible que comiencen a tener poluciones nocturnas, al igual que las chicas con la menstruación, es posible que se asusten y no comprenden que les sucede, debemos haber hablado con ellos sobre este tema, de nuevo, transmitirles que es algo normal, no son raros ni distintos de los demás jóvenes.
Con la menstruación también deberemos introducir los métodos que se usan habitualmente para contener el periodo, como son las compresas o tampones, y explicarles cómo funcionan.
Es una época que puede ser de las más difíciles para los padres, sobre todo en familias monoparentales, pero es importante tener a nuestros hijos informados para que lo vivan de la manera más saludable emocionalmente.