En muchas ocasiones habremos visto a más de un niño chuparse el dedo al dormir, normalmente el pulgar, y lo hemos entendido como una conducta normal para su edad. Sin embargo, debemos saber cómo ayudarle para que deje de chuparse el dedo a cierta edad o momento de su vida, ya que podría convertirse en una conducta que se repitiese constantemente a lo largo de su crecimiento y que podría generarle problemas a largo plazo.
En Bekia te contamos por qué es necesario que ayudes a tu hijo a dejar de chuparse el dedo y cuándo es el momento adecuado para hacerlo. Además te damos unas cuantas claves de cómo hacerlo para que el proceso te sea mucho más llevadero y puedas así conseguir tu objetivo que tanto beneficiará también a tu hijo.
¿Cuándo debe el niño dejar de chuparse el dedo?
Desde que son muy pequeños, algunos bebés desde el mismo día de su nacimiento, algunos niños tienen la tendencia de llevarse un dedo a la boca al dormir. Esto se debe a que es un impulso natural, ya que le recuerda al momento en el que está mamando, por lo que se siente cerca y protegido por la madre.
Por lo tanto, la acción de chuparse el dedo al dormir o despierto le sirve a niño como modo de tranquilizarse y sentirse reconfortado. Así que coger este hábito es fácil y cómodo para ellos. Además de ser lo que más cerca tendrán para saciar esta necesidad, no deberán buscarlo, pedirlo o llorar por él si se pierde o se cae (como sucede con el chupete o los mordedores) y se convertirá con el tiempo en un acto reflejo y totalmente necesario para su tranquilidad y bienestar.
Existen teorías a favor y en contra de dejar al niño que se chupe el dedo al dormir o que lleve el chupete durante mucho tiempo. El chupete está homologado con la forma de la boca, por lo que no afecta tanto al crecimiento de la mandíbula como lo puede hacer el dedo, cuya función natural no se encuentra dentro de la boca. Entonces, el niño que se chupa el dedo durante muchos años podrá sufrir alguna modificación en el crecimiento natural de su mandíbula, pero no en los dientes ya que estos aún son de leche y se espera ayudarle a dejar de chuparse el dedo mucho antes de que estos aparezcan.
La mayoría de los niños dejan de chuparse el dedo de forma natural a partir de los cuatro años, algunos quizás a los tres y otros a los cinco, pero esta suele ser la etapa durante la cual los más pequeños empiezan a darse cuenta de que pueden saciar esta necesidad de otras vías y se dan cuenta, al ver a los otros niños a su alrededor, de que este comportamiento ya no es correcto entre los niños de su edad.
No obstante, a veces estos no son motivos suficientes para el niño para que deje de chuparse el dedo y necesita nuestra ayuda, o la de un profesional, para dejar de hacerlo.
Cómo ayudar a un niño a dejar de chuparse el dedo
Son muchas las técnicas que han empleado los padres a lo largo de la historia con tal de reducir esta conducta en su hijo. Sin embargo, no todas tienen los resultados que deseamos. Recuerda que aunque tu hijo todavía sea pequeño suele tener conciencia de aquello que se dice o se insinúa a su alrededor. Por lo tanto, no tienes que hablar mal de su hábito delante de los demás ni ridiculizarlo tampoco a solas. Piensa que en es una acción que suele hacer inconscientemente y que no le es tan fácil dejar de hacerlo como te gustaría.
Así pues, en lugar de ridiculizarlo o decirle que deje de hacerlo autoritariamente, puedes explicarle los motivos por los cuales chuparse el dedo es malo para su salud, como comentábamos para la forma de la mandíbula, las encías y el futuro crecimiento de los dientes, además de los motivos sociales que pueden hacer que los niños de su edad en el colegio o sus amigos le vean como a otro niño más pequeño por no tener la conducta que se espera de él en este momento de su vida.
Puede que tu hijo no se crea estos motivos o simplemente no termine de creérselos, haciendo así que no deje de chuparse el dedo. En estos casos existen otros métodos, como el tradicional chupete, ponerle laca de uñas con sabor amargo, vendarle el dedo o decirle que saque el dedo cada vez que le veamos hacerlo. Estas técnicas funcionan para muchos niños, pero quizás sigan haciéndolo cuando no les ves o se quiten el producto que le has puesto para seguir haciéndolo sin que puedas hacer nada.
En estos casos lo mejor será que acudas a la ayuda de un profesional, quien sabrá qué tipo de tratamiento o de terapia deberá llevar a cabo con tal de ayudar a un niño a dejar de chuparse el dedo. Dependiendo del caso de cada niño en concreto utilizará unas técnicas u otras, pero todas deben servir para que tu hijo deje de hacerlo y pueda seguir creciendo, aprendiendo y desarrollándose como los otros niños de su edad. Una de las técnicas más eficaces, acompañada de otras, utilizar el premio o elogio por no chuparse el dedo en las situaciones en que antes lo hacía, en vez de castigarle o reñir por repetir la conducta.