Es posible que hayas oído en varias ocasiones que la leche infantil, ya sea de fórmula o leche materna extraída, no debe calentarse al microondas. Realmente, la propia Organización Mundial de la Salud dice que no utilicemos este electrodoméstico porque no calienta los alimentos de manera homogénea, y lo que puede ocurrir es que se formen bolsas de leche caliente que quemen la boca o el aparato digestivo del bebé.
Para calentar el biberón las opciones más recomendadas son el baño maría y el calientabiberones, aunque este segundo es frecuente que suponga un gasto o un estorbo que no tenemos por qué asumir. Aun así, está especialmente diseñado para este propósito, así que mucha gente lo toma como el método más sencillo. Por su parte, el baño maría es el método de calentamiento por excelencia, y tiene la ventaja de que calienta los alimentos, en este caso la leche, de manera uniforme. Así, evitaremos tener problemas a la hora de encontrarnos leche demasiado caliente en medio del biberón.
El microondas, una opción para emergencias
El microondas, sin embargo, sigue siendo usado porque en una situación de emergencia. Por ejemplo, si estamos fuera de casa, o no tengamos acceso a una cocina o vitrocerámica, o no dispongamos de un recipiente o agua para el baño maría. Entonces, antes de dejar al bebé sin comer, recurriremos a este electrodoméstico, pero con cuidado.
Es mejor utilizar un biberón de vidrio que de plástico, pues si se calienta demasiado, el plástico puede liberar algunas sustancias. Recuerda, también, que el microondas tiende a calentar desde el centro hacia afuera, así que varía la superficie que esté caliente. A veces por fuera está caliente, pero frío por dentro, o al revés. También es fácil que se encuentre más caliente por la parte superior que la inferior. Para asegurarnos de hacerlo bien, sigue estos pasos:
1. Coloca el biberón sin tapa en el microondas, para que salga el calor, y recto, mirando hacia arriba (algo lógico, si no se derramaría la leche).
2. Caliéntalo a potencia media en intervalos de 15 segundos. Hasta que notes que se ha calentado, pero no en exceso.
3. Sácalo, ciérralo y dale la vuelta varias veces, de manera suave, sin agitar ni crear burbujas. Esto lo hacemos para que las partes más calientes y más frías se mezclen y se alcance una temperatura intermedia.
4. Vierte unas gotas sobre el reverso de tu muñeca. Comprueba que esté tibio y no demasiado caliente.
5. Si ves que ha calentado demasiado, colócalo debajo de un grifo con agua fría. Si está frío, puedes hacerlo mismo con agua caliente, o repetir el proceso.
Ten en cuenta que la leche materna no debe calentarse demasiado o perderá parte de sus propiedades. Es mejor que quede templada que demasiado caliente. También deberás tirar lo que sobre del biberón tras haberlo tomado, pues no se pueden calentar varias veces. además los biberones se deben preparar con una antelación máxima de 24 horas, así que no merece la pena guardar la leche sobrante.
Alternativas al microondas para calentar el biberón si tenemos prisa
Lo que sí podemos hacer con el microondas es el propio baño maría. Para ello, calentamos un recipiente con agua dentro del mismo, y al sacarlo sumergimos el biberón hasta que se caliente. Recuerda que siempre que emplees este método, el agua siempre debe quedar por debajo del tapón, para que no entre.
Otra opción, que ya comentamos más arriba, es calentar el biberón bajo un grifo de agua caliente. Para no quemarnos, debemos un trapo de cocina y sujetar el biberón por el tapón, evitando siempre que este se moje. Así nos quedaría ligeramente tibio.
Por último, y si el bebé no necesita mucha temperatura en la leche, podemos calentar solo la tetina con un pequeño chorro de agua caliente. Debemos evitar que ese agua entre dentro del biberón, así que hay que hacerlo con cuidado, y después secarlo bien. Nos tocaremos en el brazo con la tetina para asegurarnos de que está tibia, pero no quemará lo boca del bebé.