Es natural que durante la infancia de nuestros hijos alguno de sus abuelos fallezca. Sin embargo, es una gran tarea para nosotros como padres el cómo contárselo para que este no se convierta en un hecho traumático para ellos.
Antes del fallecimiento
Es bueno que les expliquemos a nuestros hijos de forma general que la muerte forma parte de la vida antes de que el abuelo o la abuela fallezcan. También podemos ponerles como ejemplo otras familias cuyos abuelos hayan fallecido con anterioridad, para demostrarles que hay que seguir adelante con la vida y que no debemos estar tristes para siempre.
Debemos intentar que el pequeño no se deprima contándole cosas bonitas de sus abuelos y manteniendo el recuerdo vivo
Si el niño aprende que la muerte forma parte de la vida y que no debe ser un hecho traumático para él es más probable que entienda del mejor modo posible el fallecimiento de su abuelo o abuela.
Después del fallecimiento
Una vez el abuelo ha muerto lo mejor es no decírselo a nuestros hijos si todavía nos sentimos emocionados o sensibles en exceso, puesto que los niños tienden a copiar los comportamientos y las actitudes de sus padres y si nos ven de este modo se sentirán igual de tristes ellos mismos.
Es normal estar sensible y sentir ganas de llorar cuando un familiar fallece, pero debemos pensar en nuestra familia y en el presente y, aunque parezca imposible en ese momento, la vida sigue adelante y nuestros pequeños deben aprender esta lección de positivismo y supervivencia de nosotros.
Cuando nos sintamos menos emocionados y creamos que es el mejor momento para hablarlo con nuestros hijos podemos contarles que ya no podrán ver a su abuelo o abuela nunca más porque era tan mayor que ha tenido que dejarnos.
Si les hemos explicado con anterioridad que la vida es limitada y que no hay nada de malo en ello, los nietos entenderán que le ha llegado su momento a sus abuelos, pero que no por eso hay que estar tristes.
En el caso de que seamos una familia religiosa le podemos contar al pequeño que ahora los abuelos se encuentran con sus seres queridos en el cielo y que también son felices. Podemos contarle también, aunque no seamos religiosos en casa, que siempre estará con nosotros en nuestros corazones y que mientras no le olvidemos ellos nunca nos olvidarán a nosotros.
En algunos casos los abuelos están muy unidos a los nietos y puede que nuestros hijos se sientan más tristes por no poder ver a su abuelo o abuela tanto como lo hacían antes. Sin embargo, debemos intentar que el pequeño no se deprima contándole cosas bonitas de sus abuelos y manteniendo el recuerdo vivo, para que la separación no sea tan drástica.
Así como algunos niños pueden ponerse realmente tristes, otros por su corta edad o por no entender lo que sucede a su alrededor no llorarán o se sentirán deprimidos en absoluto. Esto es totalmente normal y, aunque el abuelo y los nietos estuviesen muy unidos, los niños a veces no son conscientes de lo que sucede a su alrededor y son incapaces de controlar sus emociones.
Explica a tu hijo que siempre estará con nosotros en nuestros corazones y que mientras no le olvidemos ellos nunca nos olvidarán a nosotros
Lo más importante como padres es que nuestros hijos entiendan que el luto y la tristeza son normales cuando fallece el abuelo y la abuela, nuestros padres o los de nuestra pareja, pero que no podemos estar tristes perennemente. Debemos enseñarles que su recuerdo seguirá siempre con nosotros, pero que la vida sigue adelante y, quizás algún día muy lejano, ellos también serán muy mayores y tendrán que dejar a sus nietos para que le recuerden el resto de sus vidas con una sonrisa en el rostro.