La palabra hermano muchas personas la sienten como de sangre, pero la realidad es que para poder ser un hermano de verdad, no solo se une con la sangre, si no que son las acciones lo que hace que las personas se quieran y se cuiden. Si tienes hijos, entonces sabes que la lucha entre ellos puede parecer interminable.
Es necesario trabajar en la relación entre hermanos para que cuando sean mayores se quieran y se respeten. Una relación bonita entre hermanos es lo más maravilloso que hay. Es cierto que una mala relación entre hermanos puede volver locos a los padres , es bastante normal e incluso saludable que los niños se peleen (hasta cierto punto). Pero claro, ¿dónde está la línea de lo normal y lo no normal? ¿Cómo puedes estar seguro de que tus hijos crecerán y realmente cuando sean adultos se llevarán bien?
Realmente existen algunas formas de criar a los hijos para que se quieran como hermanos y que cuando crezcan, sigan teniendo ese amor entre ellos. Así, el día que como padres y como dicta la naturaleza ya no estéis en este mundo, ellos seguirán siendo familia y conservando un vínculo fuerte e irrompible.
Claves para que los hermanos se quieran
Empieza pronto
Es importante que incluso aunque tus hijos ahora sean adolescentes y no hayas empezado aun a trabajar estos valores, debes saber, que tampoco es demasiado tarde. Pero lo ideal es empezar desde que los niños son pequeños ya que es una maravillosa oportunidad para empezar. Asegúrate de enseñar a tus hijos la importancia de llevarse bien y de ser amables con los demás. Para poder conseguirlo tendrás que ser un buen ejemplo y modelar tu comportamiento.
Enséñales una mentalidad de equipo familiar
Los seres humanos son intrínsecamente egoístas. Es más o menos un mecanismo de supervivencia. Entonces, lo que los padres tienen que hacer es socializar a sus hijos con la 'mentalidad de nosotros'. Le tienes que decir a tus hijos que son un equipo. De hecho, toda la familia es un equipo. Las acciones de todos afectan a los demás. Si se lo recuerdas suficientes veces, con el tiempo se les clavará en el corazón y actuarán en consecuencia.
Disciplina positiva
La disciplina positiva es importante para trabajar el conflicto entre personas. Si en casa suelen haber gritos, es normal que tus hijos también griten. Lo ideal es aprender a sentarse tranquilamente y resolver los problemas de una manera más racional. Es necesario tener en mente la disciplina positiva para la resolución de conflictos en el hogar.
Si no sueles trabajar los conflictos de manera racional, ha llegado el momento de que comiences a trabajar tus habilidades de conflicto. Una vez que hayas aprendido a resolver tus propios problemas, entonces podrás enseñar a tus hijos a hacer lo mismo. Antes no. Siéntate con ellos y hablares desde el respeto y el amor, siempre hay una forma positiva de 'luchar'.
Alegrarse en conjunto por el logro de otro
En un equipo el logro de uno es el logro de todos. En este sentido, si uno de tus hijos ganó un campeonato de baloncesto, entonces es importante que lo celebréis en familia. Haz que los niños se feliciten mutuamente e incluso cuando los niños sienten algo de celos al principio. Es positivo alentarles a hacer las cosas lo mejor que puedan y aunque no sean los mejores, estar orgullosos de ellos. Todos tus hijos son únicos y tienen su propia idiosincrasia.
Respeto del espacio personal
Los límites personales son importantes para muchas personas. Y cuando se cruzan los límites, generalmente se produce un conflicto. Enseña a tus hijos que a veces la gente solo necesita estar sola. Si quieren pedir prestado un juguete u otra posesión, deben pedir permiso en todas las ocasiones. No deberían simplemente 'tomar' de otra persona y asumir que todo estará bien. Pedir permiso es mostrar respeto.