A veces los padres queremos que nuestros hijos tengan lo que nosotros no tuvimos, que sepan muchas cosas, o que sean muy buenos en actividades fuera del colegio, o simplemente ocupar sus horas extraescolares con más actividades. Es genial para el desarrollo de nuestro hijo hacer actividades extraescolares, desarrollar hobbies y sobre todo si estos son de carácter colectivo y se hacen con otros compañeros con los que cooperar y sociabilizar. Sin embargo, a veces apuntamos a nuestros hijos a demasiadas actividades extraescolares y esto, al contrario de cómo pensamos, les puede afectar negativamente.
Muy poco a menudo son los propios hijos los que se empujan a tener una gran lista de actividades que atender al día normalmente para cumplir con sus compañeros en algún club deportivo, pero normalmente los culpables de esa gran cantidad de actividades somos los padres.
Algunos padres creen que es más productivo para mantener a sus hijos ocupados constantemente en lugar de dejar tiempo libre para jugar, explorar y aprender por su cuenta. También es posible que piensen que sus hijos podrían perderse las experiencias clave de la vida si no están haciendo lo que otros niños hacen.
La mayoría de los padres por lo general sólo quieren lo que parece mejor para sus hijos aunque en algunos casos no sea así. Incluso cuando las intenciones son buenas, sin embargo, en algunos niños esto puede convertirse en un exceso de actividades. La presión de participar en un montón de actividades a diario y de "mantenerse al día" puede ser física y emocionalmente agotador para los padres e hijos por igual.
Claro que las actividades organizadas y deportes son beneficiosos, aumentan la actividad física de los hijos, su actividad mental es reforzada y de nuevo si son de temática colectiva ayudan a fomentar las habilidades sociales y oportunidades para jugar y hacer ejercicio, también enseñan los valores de la deportividad, la disciplina y la resolución de conflictos entre los jóvenes. Pero por encima de todo, ellos buscan la diversión. La clave es mantener estas actividades de esta manera y asegurar que los niños y los padres no se vean abrumados por una cantidad excesiva de actividades extraescolares.
Cómo saber que nuestros hijos tienen demasiadas clases y actividades extraescolares
En algún momento los niños que están demasiado ocupados con sus actividades extraescolares empezaran a mostrar algún signo, no todos los niños son iguales, pero normalmente mostraran:
- Se sienten cansados a menudo por la energía que usan a diario en todas las actividades, ansioso o deprimido por no llegar a la cota que le exige el colegio y todo lo demás.
- Se quejan de dolores de cabeza y de estómago, lo que puede deberse al estrés, la falta de comida o las prisas al comer, o la falta de sueño efectivo teniendo un horario apretado.
- Comienza a disminuir el rendimiento escolar por no completar las tareas en su totalidad o no poder usar todo el tiempo necesario en sus estudios.
El exceso de tareas del colegio y actividades también puede afectar a las amistades de nuestros hijos y su vida social. De la misma manera la vida familiar también puede ser afectada, en casos en el que los padres deben turnarse para ir llevando y trayendo a los hijos en sus actividades, saltándose alguna vez las comidas o retrasándose en sus otras tareas. Y como resultado, es posible que la familia no pueda apenas hacer comidas junta y tomarse el tiempo para hacer la "vida en familia" y hablar entre ellos.
Además, la rutina semanal de transporte de los hijos, por todas las actividades a las que están apuntados y llegar siempre a tiempo puede ser francamente tediosa y estresante para los padres.
Consejos para evitar sobrecargar a nuestros hijos
A veces los padres tratan de ayudar a sus hijos disminuyendo la cantidad de horas de algunas actividades y acaban poniéndose en contra de entrenadores que no toleran las ausencias a las actividades y hacen que sus hijos dejen de mantenerse al día con sus amigos. Sin embargo, es importante que los padres se anticipen y se aseguren de que sus hijos no lleguen a colapsarse por la gran cantidad de actividades extraescolares.
Teniendo en cuenta la edad de los hijos podemos poner o no algunas limitaciones:
- Tener en cuenta las horas necesarias para los estudios. Los padres deben ser consientes de la edad y curso escolar en el que se encuentran sus hijos para determinar cuántas horas a la semana se pueden dedicar a actividades extraescolares y cuantas a las horas de estudio necesarias para la escuela.
- Darnos cuenta de la cantidad de horas a la semana que ocupa una actividad en el tiempo de ocio de nuestros hijos, por ejemplo, con un deporte debemos tener en cuenta que duran una temporada entera y es posible que quiten dos tardes a la semana.
- Si nuestros hijos tienen un montón de actividades organizadas y en algún momento detectamos algo de estrés, no ocurre nada si se falta a alguna de las actividades y se toma un día de descanso.
- Se recomienda usar un calendario para tener todas las actividades organizadas, tenerlo en algún lugar visible donde lo veamos cada día y así hacernos una idea de los huecos libres que hay en la semana para usarlos como descanso, siempre es importante tener horas de descanso sin actividades programadas.
- Si tienes más de un hijo o hija, hay que tener en cuenta los horarios para que encajen y no puedan generar estrés tanto en los niños como en los padres.
- Buscar siempre un tiempo de ocio en el que ni padres ni hijos tengan ocupadas horas en actividades para estar en familia, hablar, charlar y estar juntos, es importante que los hijos puedan disfrutar de tiempo de ocio con sus padres.
Si los hijos son muy activos y quieren hacer muchas actividades extraescolares hay que saber decir no, podéis sentaros y decidir qué actividades le pueden interesar más y elegir entre ellas, no puede destinar todas las horas de ocio tras la escuela en actividades organizadas.
Los padres debemos tener en cuenta siempre el tiempo de relajación de nuestros hijos, ellos quizás son muy pequeños para organizar el tiempo, tendremos nosotros que preocuparnos de que tengan un ritmo de vida saludable.