Es muy probable que hayas escuchado alguna vez que los niños necesitan límites para que tengan un buen comportamiento, pero hay padres que cuestionan esta premisa y creen que no es necesario para educar a los niños. Pero la realidad es que los niños necesitan enfrentarse al impulso hacia algo que quieren y aprender a tener auto control para poder evitar comportamientos inadecuados. Los límites enseñan a los niños a que ellos mismos sean capaz de regular su conducta aprendiendo de este modo auto disciplina.
Diferentes estilos de crianza
Existen padres que siguen una crianza permisiva a la hora de educar a sus hijos porque no les gusta establecer límites y que sus pequeños se enfaden o tengan rabietas. Tampoco les interesa hacer que sus hijos se sientan tristes o enfadados con ellos. Pero al no establecer límites, con el tiempo, los niños no desarrollarán la capacidad para tolerar la frustración o gestionar sus emociones. Estos niños no serán capaces de controlar sus comportamientos porque nunca lo habrán visto necesario y pueden convertirse en niños egoístas.
Otros padres presumen que no tienen ningún tipo de problema en el establecimiento de los límites a sus hijos y se sienten orgullos de la rápida obediencia que sus hijos tienen hacia sus órdenes dentro de una crianza autoritaria. A menudo, los niños pueden hacer caso hasta la adolescencia cuándo empezarán a darse cuenta que no han desarrollado una capacidad de pensar por sí mismos. Los niños que han crecido en un ambiente autoritario, será más difícil que puedan controlar su ira, pueden convertirse en acosadores o en víctimas de acoso escolar, y lo que es peor, al llegar a la edad adulta pueden tener más problemas de depresión.
Buscar el equilibrio es encontrar la solución
Para poder establecer unos límites adecuados es necesario encontrar el equilibrio entre lo permisivo y lo autoritario, porque siendo flexible será la única manera de encontrar una forma adecuada para que los niños entiendan lo que quieres sintiendo que les respetas y estás a su lado.
La realidad es que hay un punto medio que encaja en equilibrio para poder trabajar los límites de forma exitosa con los niños. Los niños se desarrollan de manera óptima cuando establecemos límites en cuanto sea necesario, pero cuando se hace con empatía. La empatía hará que los límites que pongas a tus hijos sean aceptados de mejor manera y que no se resista tanto porque sentirá que estás de su lado y no en el bando contrario. Esto le permitirá interiorizar las normas y el porqué de ellas.
Debes recordar que no es el establecimiento de los límites en sí lo que funciona, sino el cómo se establecer y el valor que se le da a cada límite. Pero, ¿qué significa establecer límites con empatía para que sean efectivos?
Establecer límites con empatía
Para poder establecer límites con empatía y que los niños tengan un buen comportamiento sin sentir que se lo están imponiendo, deberás trabajar las emociones. En el mundo de las emociones es muy importante trabajar las propias para después poder tener en cuenta y entender mejor las emociones de los hijos. Así los niños se sentirán respetados y valorados en todo momento y estarán más abierto a aceptar los límites que considerarán coherentes y adecuados para su buen desarrollo.
Para conseguirlo es necesario que establezcas una fuerte conexión con tus hijos, para que sepa y sienta que siempre estarás a su lado. Cuando ocurra algo o quieras establecer límites, siempre deberás verlo primero desde el punto de vista de tus hijos, ¿qué pueden pensar de esos límites que estás poniendo? Ofrece tu empatía para que pueda darse cuenta que no pones los límites para hacerle rabiar, si no por su bien.
Además, es muy importante resistirse a la tentación de ser punitivos con los niños, si sólo estableces límites para enseñar una lección a tus hijos, pero no lo trabajas con empatía o asertividad, tus hijos sólo sentirán una imposición y sentimientos negativos. Por ejemplo, si tu hijo no recoge su habitación y sin hablar sobre ello le castigas sin salir... no entenderá por qué le has castigado. Necesita que le orientes y antes de que ocurra le adviertas por ejemplo con esta frase: "Si no recoges tu habitación no podremos ir al parque", así tendrá la opción de escoger recoger la habitación para ir al parque o no hacerlo y aceptar las consecuencias.
Como padres, debes dejar de pensar solamente desde tu perspectiva, por lo que es necesario que veas tu vida desde tu punto de vista y también desde el punto de vista de tu hijo. Los límites que establezcas no deben ser abusivos ni tampoco deben existir para controlar la vida de tu hijo en todos los aspectos.
Los límites existen para poder guiar y educar a los hijos para que aprendan a controlar sus impulsos y a entender sus emociones . La vida con límites tiene que ver con la conexión emocional con tus hijos y por el descubrimiento de los sentimientos que puede tener tu hijo acerca de los límites y la frustración. No es necesario decir "no" a todo, tampoco es necesario hacer una guerra por cualquier cosa... es muy importante saber escoger las batallas adecuadas.
¿Cuáles son los límites adecuados?
Si piensas en esto para educar a tus hijos, estoy segura de que sabrás la respuesta correcta. Los niños necesitan sentir seguridad física y emocional para sí mismos, y la seguridad para los demás no es negociable. Tratar a los demás con respeto es importante, y deberás enseñar a tus hijos a relacionarse con los demás con asertividad para poder expresar lo que sienta y sus necesidades sin atacar a nadie bajo ninguna circunstancia.
Las reglas, a medida que tu hijo vaya creciendo irán cambiando dependiendo de las necesidades que vaya requiriendo. Todas las reglas irán cambiando con el tiempo y los hijos deberán aprender a controlar sus propios impulsos. Por ejemplo, deberán aprender a regular sus impulsos cuando quieran interrumpirte mientras hablas con otro adulto. Pero si estás viendo lo que ocurre deberás sentir sus pensamientos y ayudarle en el proceso: "Cuando termine de hablar podrás decirme lo que te inquieta".
También será necesario que empieces a ver sus necesidades para establecer nuevas normas, por ejemplo, en los adolescentes es buena idea establecer normas para el uso de las nuevas tecnologías (limitar el tiempo) o para que puedan dormir las horas que necesitan durante la noche. Es necesario establecer límites necesarios y asegurarte de que tienes una buena conexión emocional con tus hijos para ofrecerles una empatía adecuada.