Hay padres que se escudan en que la crianza que han recibido ellos por parte de sus padres a pesar de haber sido autoritaria u otro estilo de crianza... no ha tenido problemas en su educación y que la crianza positiva es sólo una moda. Pero no es así, la crianza positiva es una forma de criar a los niños desde el respeto y la comprensión, donde no faltan normas y límites coherentes para que entiendan que el mundo viene con normas. Y los castigos (de ningún tipo) deben estar presentes, porque no son necesarios para criar a niños felices.
Otros muchos padres, al ver la eficacia de este estilo de crianza en la educación de los niños, han empezado a interesarse más para poder aprender y criar a sus hijos para que sean felices y no sometidos. Un niño feliz se convertirá en un adulto con éxito, en cambio, un niño sometido se convertirá en un adulto sometido y probablemente, con problemas emocionales graves.
Pero la realidad es que muchos padres intentan hacer las cosas lo mejor que pueden o que saben, y en muchos casos sólo es falta de información que los padres no sepan aplicar algunas estrategias educativas adecuadas. Cuando falta una base o no se sabe qué estilo de crianza seguir, los padres se pueden sentir perdidos. Por eso hoy, quiero hablarte sobre la crianza positiva, así si te interesa, podrás aprender algunas pinceladas para que puedas llevarla a cabo.
Tres partes de la crianza positiva
Son tres partes esenciales las que componen la crianza positiva para que los niños crezcan felices y los padres sin sentimiento de culpabilidad porque creen que lo están haciendo bien. Las tres partes se componen por:
1. Los padres deben comprometerse a regular sus propias emociones.
2. Los padres dan prioridad a mantener y reforzar la conexión y el vínculo emocional entre padres e hijos.
3. Los padres deben amar a sus hijos incondicionalmente. Para ello los padres deberán olvidar las técnicas de castigo que se utilizan para controlar o manipular a los niños con castigos o recompensas. Los padres deberán sentirse como entrenadores que ofrecen a los hijos una guía amorosa para que los pequeños sean capaces de manejar sus emociones y su comportamiento.
A continuación te voy a dar algunos consejos para que puedas poner en práctica la crianza positiva en casa desde hoy mismo y que de este modo, los llantos, las rabietas o cualquier circunstancia negativa quede eliminada para siempre... pero deberás poner de tu parte.
Si te estás preguntando ahora mismo si ésta práctica es una buena idea, te diré que el castigo debilitará la relación con tu hijo y que los niños se sentirán mal consigo mismos. Un niño que se siente mal y que no puede expresar sus emociones, solo actuará aún peor de lo que tú querías que remitiera a través del castigo. Los castigos sabotean la autodisciplina que puede aprender tu hijo, y es necesario que tengas como meta ayudar a tu hijo a sentirse bien ya actuar mejor.
Evalúa la relación con tus hijos
Es necesario que evalúes la relación con tus hijos para saber si es una relación fuerte o debilitada. La estrategia de la disciplina más eficaz es tener un vínculo estrecho con tus hijos. Los niños que se sienten conectados con sus padres quieren de forma natural e innata, actuar de forma que ellos se sientan complacidos. Cuando quieras disciplinar a tu hijo, piensan en hacerlo desde el amor y nunca desde el castigo.
El castigo es destructivo para la relación con tu hijo, además que afecta muy negativamente a su desarrollo emocional y social, algo que agravará su mal comportamiento. Establecer límites coherentes consecuencias pactadas es una buena idea para que los niños sepan lo que se espera de ellos a cada momento y que se sientan libres de poder decidir qué hacer. Siempre que tengas que poner límites es necesario hacerlo desde un modo empático para que el niño se dé cuenta de que te importa lo que siente, así podrá mejorar su comportamiento y al mismo tiempo, no estará enfadado contigo (aunque estés intentando hacer las cosas bien).
El desafío siempre será un problema de relación
Si tu hijo no acepta lo que le dices, es un indicador de que la relación no es lo suficientemente fuerte como para apoyar la enseñanza de lo que le estás intentando inculcar. Esto sucede a todos los padres de vez en cuando, pero cuando ocurre es necesario parar y pensar acerca de cómo fortalecer la relación con los hijos y no pensar únicamente la forma en la que el niño debe "obedecerte". La lucha de poder sólo hará que la brecha emocional entre vosotros sea demasiado grande.
Cuidado con las consecuencias mal establecidas
Las consecuencias tienen sentido y son adecuadas siempre y cuando se utilicen de la forma correcta. El niño que hace (o que no hace) algo, aprenderá de las consecuencias. Las consecuencias cuando ocurren de forma natural son una experiencia de aprendizaje increíble para los niños y les marcará para siempre. Pero la mayoría de las veces, son los padres quienes piensan las consecuencias sin tener en cuenta la opinión de sus hijos y algo que se impone, en cierto modo sigue siendo un castigo.
Unas consecuencias en las que los padres no están involucrados pero han advertido de lo que podía pasar (por ejemplo, si un niño no estudia para un examen suspenderán o si no se lavan los dientes tendrán mal aliento y mucho sarro), aprenderán a sufrir las consecuencias de sus acciones. Pero es normal que como padre no quieras que siempre estén sufriendo las malas consecuencias, por eso es necesario que los niños aprendan qué es lo adecuado de lo que no lo es.
Las consecuencias como castigo no son una buena opción, pero puedes hacer que sean naturales. "Si no coges el almuerzo de hoy, tendrás hambre", "Si no te comes la comida, es que no tienes suficiente hambre, por lo que comer el postre de chocolate no podrá ser una opción", "Si esta semana me llega una nota de la maestra diciendo que no has hecho los deberes, será lo primero que hagas antes de salir a jugar con tus amigos".
Igualmente, cabe destacar que las consecuencias deben ser el último recurso a utilizar y que siempre será mucho más adecuado fomentar su buen comportamiento motivando los buenos resultados. Recuerda que desde el respeto y el amor siempre podrás conseguir buenos resultados en la educación de tus hijos.