El desarrollo de los hijos e hijas con una base positiva es básica. Es por eso que en este artículo vamos a tratar algunos tips para no sembrar en nuestros pequeños la semilla de la baja autoestima que luego puede evolucionar en problemas mayores. Y es que hasta el mínimo detalle ayuda.
Mantener una relación cercana con tu hijo o hija, muchas veces relacionado con la educación positiva del mismo. No es tarea fácil, pero eso no quiere decir que sea imposible.
Para empezar, la protección y el cariño hacia tus pequeños es clave. Como siempre digo, los extremos no son buenos. Con esto quiero decir, que no debemos ser ni sobreprotectores ni ser frío, ayudará a ser cercano a tu hijo. Has de encontrar un equilibrio entre ambas. Transmíteles cariño, hazles saber que estás ahí si necesitan algo, diles cuánto les quieres y cuídalos pero no en cada momento posible. Procura hacerlo con una cierta distancia con cariño y consejo, pero sin agobiarles. Esto va ligado a la exploración. Los padres sobreprotectores tienden a alejar a su hijo del mundo real, intentando que no se encuentren en situaciones de peligro incluso cuando van a comprar una chuchería. Deja que exploren, que se puedan equivocar y de esa manera ellos mismo aprenderán qué deben hacer y qué no deben hacer, además de desarrollar una relación más única con los padres. De los errores se aprende, ¿no?
Me gusta poner siempre un ejemplo. Imagina que tus hijos o hijas están unidos a ti mediante una cuerda. Si tiras demasiado de la cuerda, les estás coartando la libertad y agobiando. En cambio, si la sueltas demasiado, pueden entender que tiene rienda suelta para hacerlo que quiera y tire él de la cuerda. Tener una relación cercana entre padre o madre e hijo consiste en dejar libertad a la vez que extender el brazo protector. Es decir, ni una cosa ni la otra, el término medio es la posición adecuada. Más que nada porque si tu hijo ve reflejado en ti ese punto de libertad, se sentirá más a gusto contigo.
Otro factor muy importante es entender que cada persona es un mundo. No podemos tratar ni a los niños, ni a los adolescentes, ni siquiera a los adultos como copias de nuestra personalidad. Has de conocer a tu hijo pero no quieras que esté hecho a imagen y semejanza de ti porque eso es imposible. Cada uno tiene su forma de ser y has de quererlo por lo que es y no por lo que quieras que sea. Entiende los errores de tu hijo o hija y ayúdale a superarlos.
Sin embargo, entiendo que puede resultar muy cansado. Es por eso que otro aspecto básico a la hora de tener hijos o hijas y de quererlos es la paciencia y la dedicación. Es positivo tener mucha paciencia y dedicación ya que tu hijo se sentirá apoyado e indudablemente querido. Nunca quedarse cortos. ¡Mejor que sobre a que falte!
Ser amigos de nuestros hijos, ¿es posible y positivo?
Con esto pasamos al siguiente punto positivo a tener en cuenta y en el que muchos padres fracasan. ¿Dónde está la línea entre la amistad y el ser padre? Has de intentar no destacar continuamente la jerarquía familiar. Esto es igual que con la cuerda. Es importante que sepan quién está a cargo, pero remarcarlo como mensaje subliminal constantemente tampoco es sano. ¿Cómo hacemos un efecto positivo? En este caso lo positivo es igual a la dedicación, comprensión y amabilidad. Es cierto que tienes el poder pero trata de hacer uso del mismo de manera calmada. Por ejemplo, si es más pequeños, y estáis en un quiosco y tu hijo quiere comprar alguna cosa, no le niegues a todo ni le permitas todo. Por ejemplo, dile que puede comprar dos cosas y que cuando las encuentre, te avise. Lo mismo se puede aplicar, más mayores, a la hora de salir. No le niegues el derecho a salir pero sí dile que te avise cuando quiera hacerlo. Es una manera de jerarquía pero no de imposición.
El castigo en los adolescentes
Este punto está ligado a otro; los castigos. No castigues a tu hijo constantemente ni tampoco le dejes hacer lo que quiera sin ningún reproche. Y si está ligado a la educación entonces hay que ser más comprensivo. Si tu hijo ha suspendido un examen, no le grites o le castigues. A veces mediante la amabilidad tenemos mejores resultados. Expresa tu descontento pero a la vez muéstrale que confías en que la próxima vez irá mejor, ayúdale a ver qué ha podido salir mal y espera a ver el resultado del próximo examen. Si ha salido mejor, entonces es un buen avance y quiere decir que ha aportado dedicación y esfuerzo para no fallar en ese punto de confianza que le has dado. Si le ha salido igual de mal, habla con él y que te explique qué ha podido salir mal. Si tu hijo está sacando buenas notas en la mayoría de las asignaturas pero hay alguna que se le resiste, ¡es normal! No todo se nos puede dar igual de bien. ¿Acaso tú realizas todas las labores de la casa igual de bien? Que tu hijo sienta que entiendes su posición solo hará que se sienta cercano a ti y vuestra relación se fortalecerá.
La autoestima y la comunicación
Con respecto a la autoestima, hay que reforzarla. Cuando uno es pequeño, tiene un concepto muy diferente del que tiene a partir de los siete años. En esta segunda edad, puede comenzar a sentir inseguridades y es por eso que tenéis que estar al pie del cañón. Tanto los profesores como los padres debéis de transmitirle la autoestima que le pueda estar faltando. Elogiar sus puntos fuertes y restar importancia a sus puntos flacos. Esto se enlaza con las notas o tareas de clase. Remarca las cosas buenas y resta importancia a las que han salido mal, ¡todos nos equivocamos!
Si tratamos el tema de la comunicación tenemos que tener claro que no debemos forzar a los hijos o hijas ni tampoco cortarlos. En la adolescencia hay que mantener un nivel normal de conversación. Es una etapa en la que cambian muchas cosas y pueden desarrollar inseguridades como a la edad de siete años pero aquí la diferencia está en que deben ser ellos los que resuelvan sus problemas ya que si no les haces sentir poco hábiles y están en ese punto de reafirmación personal. Eso no quiere decir que no les podamos prestar ayuda, parar los pies en cierto momento o hablar con ellos. Es importante que sepan que estáis ahí para ellos pero sin agobiar.
Todos estos puntos están relacionados porque la mayoría alude al campo de la comunicación y esta a su vez está directamente relacionada con la relación que tengas con tu hijo. Así que tratad todos los temas desde un punto intermedio e intentad ser comprensivos con ellos. La base a una relación cercana es ponerse en el papel del otro junto con la dedicación, comprensión y amabilidad para que ese cariño se vuelva recíproco.