Mantener la atención y la concentración en un mundo repleto de estímulos resulta cada día más complicado. Más difícil resulta aún en un mundo tecnológico, donde el acceso a cualquier recurso es extremadamente sencillo. Este hecho exige una mejora de nuestra atención dividida (capacidad para atender a diferentes estímulos al mismo tiempo correctamente o lo comúnmente conocido como "saber hacer dos cosas a la vez") y nuestra atención selectiva (habilidad para concentrarse en aquello realmente importante sin que los asuntos irrelevantes de nuestro alrededor interfieran en esa tarea, como por ejemplo, poder estudiar con ruido de fondo). Si bien una mayor estimulación facilita y contribuye al desarrollo físico y cognitivo de los niños, también genera una menor atención continuada, que a su vez, limita la capacidad de concentración.
A veces los problemas de concentración se deben a un evento puntual
Beneficios de la concentración para los niños
Saber concentrarse bien es muy importante en niño y mayores, a los primeros les aporta los siguientes beneficios:
- Mejora su rendimiento y resultados académicos.
- Aprenden a relajarse y a filtrar aquello que es relevante para el aprendizaje.
- Se convierten en niños eficaces y eficientes : logran realizar aquello que se proponen y consiguen mejores resultados en menor tiempo.
- Aumenta su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos.
- Potencia su desarrollo personal.
- Potencia el autoconocimiento : permite al niño descubrir formas adecuadas de proceder (procedimientos, acciones, estrategias...) que derivan en resultados satisfactorios, por ejemplo, en el colegio.
- Permite la consecución de metas y propósitos.
- Mejora sus habilidades cognitivas en general: lenguaje, razonamiento, cálculo...
Padres y docentes nos limitamos a exigir en vez de a enseñar. La vida de un niño está repleta de órdenes en casa y en el colegio (¡no te levantes!, ¡no toque eso!, ¡estudia!, ¡deja de hacer esto y ponte a hacer lo otro!), como si para un niño fuera tan fácil cumplirlo. En muchas ocasiones no es que el niño no quiera "obedecer", si no, que no dispone de las estrategias adecuadas. Debemos enseñarles y no obligarles u ordenarles.
Cómo mejorar su concentración
A continuación, proponemos diferentes recomendaciones y estrategias para mejorar la concentración en los niños en casa y en el colegio:
1. Evita distracciones
Trata de generar un ambiente relajado para el niño (evita ruidos, trata de evitar que se vea involucrado en los problemas familiares, etc.
2. Busca un ambiente adecuado para el estudio en casa y en el colegio
Un lugar bien iluminado, a temperatura adecuada, agradable y adecuadamente ventilado. Es importante que el lugar siempre sea el mismo. Por ejemplo, un escritorio en su habitación. Esto permite que el niño y su cerebro asocien que ese lugar es exclusivamente para estudiar y lo realizará de forma más automática. Alternar de lugar para estudiar, genera un nuevo reto para el cerebro, que debe entender que es un nuevo lugar de estudio y la concentración no estará tan automatizada. El niño nunca debe estudiar en la cama.
3. Una buena organización
Establecer horarios permite generar una rutina que ayuda a su cerebro a distinguir los tiempos de dedicación a cada cosa (tiempo de juego, tiempo de estudio, tiempo de extraescolares...).
4. Ejercicio físico
"Mens sana in corpore sano". Está comprobado que el cerebro necesita desconectar. No porque el niño dedique más horas al estudio obtendrá resultados más positivos, lo que importa es la calidad y el aprovechamiento del tiempo dedicado, y establecer periodos cortos de descanso (10 minutos de descanso cada 40-45 minutos de estudio). Además, el ejercicio mejora la concentración, la memoria, el estado de ánimo y ayuda a dormir mejor.
5. Controlar eventos que pueden interrumpir la concentración
Antes de comenzar la tarea ir al baño, beber agua, etc. son eventos que frecuentemente irrumpen la tarea.
6. Motivar al niño
La concentración y el aprendizaje requieren esfuerzo y ese esfuerzo está movido tanto por la motivación extrínseca (la que desde fuera nos proporcionan), como la intrínseca (la capacidad del niño para automotivarse). Es muy importante lanzarle al niño mensajes como: tú puedes con todo, lo vas a hacer muy bien, el que la sigue la consigue, todo esfuerzo tiene su resultado, yo estoy aquí para ayudarte y apoyarte...
7. Establecer objetivos a corto plazo
Ayuda al niño a marcarse pequeños objetivos para lograr el objetivo final (por ejemplo, mejorar su rendimiento académico). Siéntate a su lado y elaborar juntos una lista de pequeños objetivos, establecer un plazo para su cumplimiento y la manera de hacerlo. Asimismo, es imprescindible felicitar a niño cuando lo cumpla, ya que eso aumenta su autoestima y su motivación. Veamos un ejemplo:
Objetivo nº1:
Objetivo: leer y comprender la unidad 1.
Cómo: hacer dos lecturas, realizarle preguntas al niño sobre el tema, que el niño se lo cuente a alguien, volver a realizar otra lectura, etc.
Cuándo: el viernes de esta semana.
8. Entrenar al niño en técnicas de estudio
Subrayar, hacer esquemas, hacer resúmenes, etc. mejoran la atención y la concentración.
9. Dieta equilibrada
Una buena alimentación es la esencial fuente de energía. Nuestro cerebro necesita "gasolina". Asimismo, el desayuno es la comida más importante del día y, aunque a veces parezca un reto inalcanzable, procura desayunos completos a tu hijo.
10. Contacto con la naturaleza
El aire puro, el cambio de escenario y el contacto con la naturaleza oxigena el cerebro, rompe la rutina y mejora la concentración.
11. El arte de ser paciente
Esta habilidad se entrena y se adquiere poco a poco, no regañes al niño ante el primer error. Es verdad que a veces necesitamos que "nos pongan las pilas" pero a veces una riña genera más frustración y se aleja del efecto positivo que pretende generar. Es importante que el niño vea el error pero debemos acompañarlo de un mensaje de confianza (estoy seguro/a que la próxima vez lo harás mejor).
12. Técnicas de meditación
El yoga, las técnicas de relajación, etc. son ejercicios muy positivos de cara a mejorar el equilibrio emocional, el autoconocimiento, el autocontrol, la atención, la concentración...
13. Juegos
Podemos encontrar en internet una diversidad de fichas y juegos que entrenan la capacidad de atención y concentración. Por ejemplo: los juegos de mesa, los rompecabezas, copiar dibujos, juegos de memorizar, sopas de letras, laberintos, mandalas para colorear, etc.