Las época de navidades siempre son difíciles cuando se está atravesando una separación o un divorcio. Es una época para estar unidos, y continuamente se realzan los valores familiares en el cine, la televisión e incluso los mensajes que se dan en la escuela. Por eso, los hijos a veces pueden sentirse mal porque no comprenden la situación. Sin embargo, los padres que estén atravesando una separación o divorcio pueden hacer mucho para contribuir al bienestar de los pequeños y transmitirles que independientemente de la situación de los padres, el amor que sienten por ellos no van a cambiar nunca.
1. Explícales como serán las navidades a partir de ahora
Cuando le expliques por qué vais a pasar las fiestas en casas diferentes tienes que ser delicado, honesto y adaptar el lenguaje a su edad. También tienes que dejarle muy claro que sentirse triste o enfadado es natural y que puede decírtelo cuando quieran para buscar una solución juntos, sin embargo, estar triste o enfadado no es una excusa para comportarse mal durante las fiestas. Por ejemplo: "Es normal que estés enfadado con nosotros o triste pero no puedes gritarnos ni pegarnos. Sin embargo, nos gustaría que nos lo dijeses para poder ayudarte a sentirte mejor porque te seguimos queriendo como el primer día."
2. Permiso para sentir
De la misma manera, es importante que dejes de sentirte culpable por tus emociones, no puedes evitar tus sentimientos. Por eso mismo debes recordar a tus hijos lo importante que es expresar las emociones para sentirnos mejor. Háblale con franqueza y recuérdale que tiene libertad absoluta para contarte cualquier cosa. Sentir tristeza, enfado y miedo no es malo, pero el niño debe dejarlo fluir y expresarlo para poder gestionar correctamente las emociones. Así no contendrá la rabia y frustración que puede desencadenar en rabietas. Para ello, le será más fácil si te ve a ti haciendo lo mismo. Una forma de lograrlo es decirle cómo te sientes tú y después recordarle por qué es tan importante hablarlo. Por ejemplo, puedes decirle: "Hoy estoy un poco triste porque en navidades no podremos estar juntos, pero no pasa nada porque dentro de unos días volveremos a vernos. ¿Y tú cómo te sientes?"
3. Un buen reparto de las fiestas
¿Hay una buena relación entre tu ex pareja y tú? Es común que en este tipo de situaciones las dos partes quieran el mismo día para estar con los niños pero intentad respetar los días y las tradiciones. Por ejemplo, ¿dónde pasabais antes la navidad y la Nochevieja? Si antes del divorcio solíais pasar la Nochebuena con los abuelos paternos y la Nochevieja con los maternos intentad que siga siendo así, para que ellos asocien unas fiestas concretas con cada casa. Son menos cambios y ellos se sentirán más cómodos. También es vital que nunca separéis a los hermanos. Básicamente respecto a este aspecto la clave es saber ceder y acercar posturas con el fin de evitar discusiones. Si la otra persona no parece colaborar no te desesperes y da tu brazo a torcer, aunque no sea justo uno de los dos nunca estará a gusto del todo, recuérdale que lo importante son los niños y las decisiones que hagáis tienen que ser siempre poniéndose desde el lugar de ellos en vez de pensar primero en las conveniencias adultas.
4. Llegar a un acuerdo con los regalos
Es muy típico que cuando hay una separación o divorcio los padres u otros familiares de los niños los saturen con regalos y otras atenciones caras. Es necesario que las dos partes se pongan de acuerdo y lleguen a un límite económico. No se debe de competir por ver quien le regala el mejor regalo al niño, aparte de dejaros un montón de dinero lo estaréis malcriando. Aunque ahora lo veáis feliz a largo plazo es contraproducente porque el niño puede convertirse en un materialista y aprovecharse de la situación, por ejemplo, dejando de pasar tiempo con una de las partes si no hay promesas de un regalo, de ir al cine, etc. La relación entre los padres y los hijos debe de ser desinteresada y no depender de la solvencia económica de la otra persona.
Si coincide que tú eres la parte que puede permitirse los regalos caros también debes evitarlo porque indirectamente estás influyendo en las decisiones del niño, y aunque esto pueda beneficiarte en este momento, no será bueno para el niño porque en el futuro podrías estarlo alejándolo de la otra persona. Lo estarás privando de una de las figuras de apoyo más importantes que va a tener a lo largo de toda su vida. No es bueno que haya un distanciamiento en esos momentos. Por eso, con el fin de evitar todo esto habla con la otra parte y llegar a un acuerdo común sobre el reparto de los regalos, de manera que ninguna de las dos familias quede por encima o por debajo.
5. Ante todo, haced un esfuerzo por ellos
Seguramente no tendrás el cuerpo para mucha fiesta, epro tienes que intentar hacer planes y pasar el tiempo con tus hijos, no te aísles del resto de la familia, participa. Pide ayuda aunque creas que no la necesitas, propón actividades para hacer juntos, recuérdales lo feliz que te sientes al estar con ellos y lo mucho que les quieres. Intenta mantener la magia de la navidad.
6. Respetaros el uno al otro es una forma de respetar a vuestro hijo
No hay nada más deteriorante para los niños que ver a sus padres hablando mal el uno del otro. Obviamente ya a casi nadie se le ocurre ponerse a criticar a la otra parte con el hijo, sin embargo, es común que los niños puedan oir conversaciones que los padres tienen entre ellos, o una de las partes tiene con sus familiares (los abuelos, hermanos, cuñados...) sin que se den cuenta. Los niños se quedan con todo lo que oyen y lo peor de todo, es que se lo creen. No es común que los niños se pongan a contrastar información preguntando por las dos versiones de una historia. Por otro lado, evita las ironías y comentarios sarcásticos si están ellos delante, los niños no son tontos y se dan cuenta de esas cosas, o al menos, de que algo no va bien. Es importante transmitirle una sensación de calma y estabilidad familiar, aun cuando los padres no estén juntos.