Existen dos tipos de lactancia para el bebé: la artificial y la materna. Aunque la lactancia materna es la más recomendada por pediatras, existen situaciones laborales, personales o simplemente una decisión de los padres de optar por la lactancia artificial.
¿Qué es la lactancia artificial?
La lactancia artificial supone la alimentación del bebé mediante un preparado lácteo proveniente de la leche de vaca y adaptado a la edad y necesidades de los bebés. Su uso se inició en el Siglo XIX para la alimentación de terneros. Fue Henri Nestlé quien la adaptó para el uso en humanos, alcanzando su máximo auge durante 1960.
¿Qué tipo de leche artificial escoger?
Casi todas las leches artificiales que se ofrecen en el mercado contienen unas características similares ya que el Ministerio de Sanidad de España exige una composición y cualidades mínimas. Sin embargo, se aconseja a los padres que acudan a su pediatra para que les recomiende la más adecuada a la edad del bebé.
¿Qué tipos existen en el mercado?
Actualmente, existen diversas marcas que ofrecen preparados de leche artificial, presentada en un formato de polvo que debe disolverse en la cantidad de agua indicada por el fabricante o en tetra brik si la leche es líquida. Pueden encontrarse en supermercados o farmacias. De acuerdo a la edad del bebé, pueden distinguirse entre:
Todas las leches que hay en el mercado ofrecen una características similares
- Leche de continuación : se utilizan desde los seis meses aproximadamente y como complemento alimenticio a la dieta del bebé. Su uso debería aportar al menos el 50% de las calorías ingeridas por el bebé hasta los 12-18 meses de edad. El resto, debería ser proporcionado por los alimentos que se van introduciendo en su alimentación: frutas, verduras, carne y pescado.
¿Cómo escoger un biberón?
Hay una oferta muy amplia de biberones. Se puede escoger entre un biberón de plástico o un biberón con un formato de vidrio. El biberón de vidrio absorbe mejor los olores respecto al biberón de plástico. Sin embargo, muchas familias escogen este último dado que aporta mayor seguridad al ser irrompible y un peso inferior. En todo caso, ambos son igual de aptos para una correcta alimentación de los bebés.
Otro elemento a tener en cuenta son las tetinas. Existen de diversos tipos según los materiales con los que estén fabricadas, por el flujo y por la forma de la tetina.
Por el material con el cual están realizadas:
- Caucho : es un material muy elástico y resistente. Sin embargo, tiende a desgastarse con mucha rapidez , a retener olores y a adquirir un color oscuro. Conviene renovarla cuando esto ocurre.
- Látex : también es un material elástico pero no debe exponerse al sol. También retiene olores y deve cambiarse cada 4-6 semanas.
- Silicona : es de color transparente y no absorbe olores. La desventaja es que puede rasgarse con facilidad cuando los bebés empiezan la dentición.
Por el flujo:
- Flujo medio : adecuado para la preparación de biberones con leche o agua.
- Flujo denso : permite la salida de alimentos con una composición más sólida como zumos de fruta con pulpa, cereales o verduras o cuando el bebé tiene más de seis meses.
Por su forma
Escoger entre una tetina u otra,aunque sea una decisión inicial de los padres, será el bebé quien acabe escogiendo cuál de ellas se adapta mejor a él. Todas las existentes,aunque presenten diversas formas, están adaptadas para que no provoquen problemas dentales en un futuro. Hay tetinas especiales para prematuros que ayudan a que el bebé pueda succionar de forma natural y tetinas adaptadas a bebés que han nacido con fisura palatina.
¿Cuál es la preparación de un biberón?
Lo primero que hay que tener en cuenta es una correcta higiene personal así como en los instrumentos y la zona donde se procederá a su preparación. Si se utiliza leche líquida únicamente hay que verterla en el biberón y calentarla. Por el contrario, si es leche en polvo el procedimiento es diferente:
En los biberones se recomienda el uso de agua mineral baja en sodio
2. Para diluirlo, se recomienda el uso de agua mineral (no del grifo) y baja en sodio.
3. Se puede remover con una cuchara, palito o agitándolo con las manos de forma horizontal ya que de arriba a abajo puede provocar la aparición de burbujas y espuma.
4. Para calentarlo, se puede realizar al baño maría, en el microondas o con calientabiberones. En el caso de los calientabiberones hay que seguir las indicaciones del fabricante en cuanto a los tiempos de espera. Si se calienta al baño maría o en el microondas hay que tener en cuenta que la temperatura no es homogénea por lo que hay que volver a agitarlo antes de dárselo al bebé. En el microondas debe introducirse sin el tapón para no dañar la tetina. En todos los casos es necesario comprobar la temperatura de la leche vertiendo unas gotas en la palma de la mano. Se considera que es adecuada cuando tiene una temperatura aproximada de 37-38 grados. Es decir, algo más caliente que nuestra propia temperatura corporal. Si la temperatura alcanzada es inferior se puede volver a calentar el biberón. Por el contrario, si la leche está demasiado caliente se puede enfriar introduciendo el biberón en un recipiente con agua para enfriarlo.
5. Para conservar la leche, ya sea en polvo o líquida hay que atender a las instrucciones del fabricante. Por regla general, la leche líquida hay que conservarla en el frigorífico una vez que se ha abierto el envase y presenta una fecha de caducidad de pocos días. La leche en polvo, sin embargo, debe mantenerse en un lugar seco, libre de olores y correctamente cerrado su envase. Su caducidad suele ser superior a la leche líquida y siempre vendrá especificada en el envase.
¿Se pueden preparar biberones en cualquier lugar?
Por supuesto. La variedad en polvo ofrece más posibilidades respecto a la leche líquida ya que sus propiedades permanecen inalterables hasta que no se disuelven en agua. Si los padres salen de viaje, pueden llevar en un formato seco y hermético la cantidad necesaria para preparar los biberones que necesite el bebé. Actualmente, existen en el mercado envases divididos en compartimentos para que se introduzca en cada uno de ellos la cantidad exacta de leche en polvo necesaria para preparar una dosis. Sólo será necesario diluirla en agua y calentar.
Si se realiza un viaje en coche hay calientabiberones adaptados a éstos y que se pueden enchufar a la toma manual. Si los padres están fuera de casa, no habrá inconveniente en que cualquier establecimiento de hostelería calienten el biberón del bebé. En todo caso, la preparación de un biberón no es ningún misterio como tampoco lo es cambiar un pañal. La práctica hará que el bebé el bebé disfrute de un auténtico "biberón-gourmet".