Cuando una mujer se queda embarazada hay muchas cosas en las que empieza a pensar de cara cuando llegue el bebé. La mayoría de lo que le vendrá a la mente será la ropa, los objetos para la decoración de la habitación del niño o la niña, etcétera. Sin embargo, también deberá tener en cuenta que su cuerpo va a cambiar y también necesita cierta preparación y adaptación antes de la llegada del bebé.
Además de las clases para prepararse para el momento del parto, las madres deben informarse para saber cómo amamantar a su hijo, si no lo han hecho antes. Por eso, en Bekia te contamos cómo preparar el pecho para la lactancia, estando así preparada del mejor modo posible ante el nacimiento de tu bebé.
Cómo puedo preparar mi cuerpo
Desde el momento en el que te quedas embarazada tu cuerpo comenzará a cambiar de modo constante. En cuanto al pecho verás que estarán más hinchados y duros de lo normal, eso es porque se están preparando ante la llegada del bebé generando leche que será la que le alimentará tras su nacimiento.
Existe la creencia de que debemos preparar nuestros pezones con tal de fortalecerlos a base de masajes y otras técnicas ante la llegada del bebé. No obstante, la opinión común es que hay dejar que su cuerpo siga su proceso natural, es decir, no es necesario que preparemos el pecho porque al nacer el bebé deberá aprender cómo mamar. En este proceso de aprendizaje la madre es la que tiene que hacer consciente al pequeño de que le está haciendo daño en los pezones o de que no lo está haciendo bien, de este modo el pequeño aprenderá a mamar del modo naturalmente correcto con el beneficio tanto propio como para los pechos de la madre.
Al aprender el bebé a como mamar adecuadamente también podemos evitar las grietas o marcas que pueden dejarnos en los pezones . Aunque existen productos como cremas o pomadas en el mercado para reducir estas grietas, la mejor forma posible de evitar que aparezcan o persistan es colocar bien al bebé para que se alimente de forma debida y no te haga daño en los pechos.
Recuerda que mientras estás embarazada y durante la lactancia habrá ciertos alimentos que no deberás tomar para la buena salud de tu pequeño. Aunque el bebé ya no esté en tu barriga todo lo que comas se le pasará directamente a través de la leche, por lo que cuidar tu dieta hasta que deje de tomar el pecho será esencial para los dos.
Qué necesito para preparar mi pecho para la lactancia
Lo mejor que podemos hacer para preparar nuestro pecho para la lactancia es informarnos a través de otras madres. Ver cómo ellas dan de mamar a sus hijos también es muy pedagógico, porque aprenderemos cuál es la postura adecuada para el bebé o si ellas tienen algún truco o consejo que puedan compartir y nos sea útil tras el nacimiento de nuestro bebé.
Notaremos los cambios en nuestros pechos cuando el bebé esté mamando, porque puede que nuestros pezones se resientan los primeros días y podamos sentir que las mamas cambian ligeramente de forma a como eran anteriormente.
También debemos tener mucho cuidado con escoger el sujetador adecuado, ya que no es recomendable llevar los de copa o con relleno, porque cambiarían la forma de tu pecho y hacerte daño innecesario. Los recomendados son aquellos que tienen aperturas laterales con tal de hacer más fácil la alimentación del bebé incluso cuando estás fuera de casa. Puede que sean menos bonitos, pero no harán daño a tu pecho y te facilitarán mucho la lactancia.
Cuando el bebé haya terminado de mamar nos podemos hacer un pequeño masaje en el pezón mientras lo limpiamos adecuadamente. Si no mantenemos esta zona limpia en todo momento puede que le pasemos bacterias al bebé. El masaje nos ayudará a aliviar levemente el dolor que nos puede haber causado el pequeño al mamar.
Existen toallitas que además de limpiar la zona cubren el pezón con tal de que no manches las camisetas de leche cuando no estás alimentando al bebé. De este modo el pezón estará siempre seco y protegido, siempre listo y preparado para la lactancia.