Ver llorar y sufrir a los bebés es una situación que puede llegarnos a sacar de quicio. Cuando los pequeños recién nacidos pasan horas y horas llorando sin parar, sobre todo a últimas horas de la tarde, y ya no sabemos cómo calmarlos, puede ser que se trate de un cólico. Los cólicos en los recién nacidos son un verdadero trauma para algunos padres, en la mayoría de ocasiones padres primerizos, que no saben qué hacer cuando ven a sus bebés que pasan horas llorando mientras sienten que algo les duele y no saben qué es.
El cólico del lactante suele aparecer aproximadamente en la segunda semana de vida de los bebés y no desaparece más o menos hasta el tercer mes. Aunque no todos los recién nacidos lo padecen, no hay ninguna forma de saber si tu bebé tiene predisposición a ello o no, pero sí los podemos llegar a prevenir.
Por norma general, no hay nada que podamos hacer para que nuestro pequeño quede exento de sufrir cólicos, pero si existen algunos remedios caseros que están en nuestras manos para prevenir que nuestro bebé a última hora de la tarde comience a sentirse incómodo y el cólico aparezca.
Cómo prevenir los cólicos en bebés recién nacidos
En estos casos, hay ciertas pautas que podemos llevar a cabo para que nuestro hijo se sienta aliviado en el caso de que los cólicos aparezcan o, incluso hay algunas situaciones en las que se pueden llegar a prevenir, debido a que en ocasiones el cólico aparece por acciones que llevamos a cabo mal en nuestro bebé.
Cuando le damos de comer a nuestro recién nacido, en muchas ocasiones no echamos cuenta de la manera que lo hacemos, pero hay veces que la posición del bebé no es la más adecuada y este puede llenarse de aire, motivo por el cual es muy frecuente que nuestro pequeño sufra un cuadro de cólico. Colocar al bebé en una postura ni demasiado sentado, ni demasiado tumbado cuando le damos el biberón es clave para que este no sufra cólicos. Adoptar una forma parecida a la que se consigue cuando le damos el pecho es la ideal para este tipo de situaciones.
En el caso de que demos el pecho a nuestro recién nacido, debes cuidar tu alimentación ya que esto puede evitarle muchas enfermedades. En esta situación, para evitar los temidos cólicos lo ideal es que elimines de tu dieta excitantes como la cafeína, teína o refrescos de cola. También es aconsejable que evites los lácteos y las nueces, ya que estas aumentan el riesgo de que tu bebé sufra un cólico.
Realizarle a nuestro recién nacido pequeños masajes en el abdomen puede ser un buen remedio para evitar que aparezcan los cólicos. Gracias a estos masajes conseguiremos que los gases se diluyan y por tanto no hagan aparición en nuestro bebé. Además de esto, los masajes en el abdomen suaves pueden conseguir que nuestro recién nacido se relaje y por tanto se encuentre más feliz.
Cuando terminamos de amamantar o de darle el biberón al pequeño, si lo que queremos es prevenir el cólico, deberíamos incorporarlo para que este expulse los gases. En el caso de que no lo haga también podemos ayudarlo dándole algunos toquecitos en la espalda que harán que los expulse con mayor facilidad.
En el caso de que tu bebé sufra un episodio de cólico, lo mejor que puedes hacer es que él te sienta a su lado. Para ello, haz que sienta el contacto contigo. Cógelo en brazos, apoyándole en nuestro brazo boca abajo, dale pequeños paseos o, incluso prepárale un baño con agua templada y relajante para que le ayude a sentirse mejor. Acompaña este baño con un poco de música instrumental, que invite al relax y disfruta de estos momentos con tu recién nacido.