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Cómo ser unos buenos padres adoptivos
Cómo ser unos buenos padres adoptivos

ADOPCIÓN

Cómo ser unos buenos padres adoptivos

Adoptar un niño o una niña puede generar mucha presión en los padres para que su hijo se sienta a gusto y no haya conflictos en la familia.

Una de las mayores preocupaciones que tienen los padres al adoptar es pensar si podrán desempeñar adecuadamente su rol de padres. Al fin y al cabo, para muchos la adopción es su primera experiencia como padres y siempre van a aparecer las típicas dudas que todo el mundo tiene cuando va a tener un hijo. Sin embargo, cuando el hijo es adoptado esta preocupación aumenta.

Existe una leyenda urbana que dice que los niños adoptados tienen un porcentaje de trastornos mayor que los niños no adoptados y que por lo tanto educar es más complicado. No es cierto. La educación con hijos adoptados solo es diferente en algunos aspectos respecto a la de uno biológico, pero eso tampoco significa que vaya a ser más dura. Por eso, os damos una serie de consejos sobre cómo ser unos buenos padres en caso de tener hijos adoptados:

1. No intentéis arreglarlo todo solos

Al adoptar, los padres son conscientes de que recibirán a un hijo que ha recibido un trato diferente al resto por parte de sus padres biológicos. Seguramente ya desde el embarazo puede que la madre no hiciese los controles y tomase las medidas necesarias para la seguridad del feto. Incluso es seguro que después del parto el bebé fuese expuesto a situaciones negligentes y poco recomendadas, y en un gran número de casos rechazo y separación por parte de la madre. Por eso, los padres adoptivos deben encargarse de reparar el daño emocional del hijo. Sin embargo, un error en el que no deben caer es en agobiarse y querer formar rápidamente un vínculo con el niño. El apego es algo que se construye lentamente y con el tiempo, por eso no se puede pretender hacerlo de un día para otro, cada niño debe seguir su propio ritmo.

No dudes en pedir ayuda si lo necesitas, es normal no saber cómo actuar en algunas ocasionesNo dudes en pedir ayuda si lo necesitas, es normal no saber cómo actuar en algunas ocasiones

2. No seas demasiado permisivo

Cuando un niño es adoptado muchos padres caen ante la tentación de ser demasiado permisivos con ellos, la mayoría de las veces involuntariamente. Piensan en que el pequeño fue abandonado por sus verdaderos padres e intentamos suplir esa carencia levantando la mano y haciendo la vista gorda. Tras adoptar, los niños tienen que ser tratados en igualdad de condiciones que el resto de los hijos. Establecer límites es vital para un crecimiento sano en los hijos. Ellos mismos los buscan cuando no se los pones: las rabietas, caprichos y berrinches son la forma en que los niños "piden" límites. Con los hijos adoptados no hay diferencias respecto a los no adoptados, deben de ser los mismos. Por último, no hay que confundir el establecimiento de límites con ser demasiado estrictos, solo hay que ser claros.

Cuando un progenitor es demasiado sobreprotector con el hijo no le está haciendo ningún favor. Le está transmitiendo el mensaje de que nadie le va a querer tanto como ellos, por eso, es normal que llegue un punto en que los niños no quieran separarse de sus padres, los límites se fusionan y acaban desempeñando tareas que perfectamente podrían asumir ellos solos. Los niños tienen que equivocarse, frustrarse y aprender de sus errores, eso les va a permitir enfrentarse a las consecuencias de sus acciones y madurar eficazmente.

3. La genética no es la causa del problema

Cuando los padres llegan a una situación insostenible con los hijos pueden caer en el error de achacar los problemas a los genes de los padres que no conocen. "Seguro que ha salido a los padres" por ejemplo, son frases que a todos los padres adoptivos se les pasó alguna vez por la cabeza. No caigas en ese fallo, no justifiques su comportamiento echando balones fuera. El ambiente familiar tiene más peso en la crianza del hijo que el propio carácter. La mayoría de los niños nacen con un carácter totalmente distinto al de sus progenitores, en realidad, lo que hace que se parezcan a ellos no es la genética en sí, si no la forma en la que han sido educados y tratados. Además cuando una pareja tiene hijos tiende a repetir algunos aspectos de la educación que ellos mismos recibieron de pequeños, y por tanto, sus hijos acaban comportándose también de esa manera.

Lo mejor es contarle al niño cuando antes sus orígenesLo mejor es contarle al niño cuando antes sus orígenes

5. Explícale cual es su origen y cuanto antes mejor

No hay que posponer este tema, en cuanto el pequeño tenga edad para entender lo que significa adoptar es recomendable que abordéis el tema en cuanto antes. Eso si, tenéis que adaptar el lenguaje según su edad para aseguraros que os comprende bien. Haced hincapié en que sus padres biológicos (por los motivos que sean) no han podido cuidar de él/lla pero que vosotros como padres adoptivos le vais a querer igual que si fuera vuestro propio hijo. Insistid las veces que sean necesarias en la idea de lo mucho que le queréis y lo vais a querer siempre.

A partir de la adolescencia seguramente empiecen a interesarse más por sus padres biológicos y quizá quieran saber más sobre ellos. Es normal. En estos casos colaborad con ellos y ayudadles en todo lo posible. Lo agradecerán y por supuesto, nunca van a dejar de quereros. Aunque los lazos de sangre no importen tanto lo cierto es que siempre queda un pequeño "vacío emocional" dentro de uno. Si le ayudas a encajar las piezas del puzzle conseguiréis que se sienta "más completo".

6. Acércale a su cultura si es de otra etnia

Según el niño vaya creciendo seguramente se vaya interesando en su raza de origen en el caso de que provenga de un país diferente. Como buenos padres adoptivos es vuestro deber facilitarle el proceso y acercarle a una educación y cultura diferente y nueva para él. Será una buena oportunidad de conocer tradiciones y costumbres de su país.

7. Las comparaciones son odiosas

Si ya es importante evitar las comparaciones con los niños, en el caso de los que son adoptados será vital que no lo hagas. Desgraciadamente suelen ser más sensibles a la crítica y un par de comentarios que para ti pueden no ser relevantes para ellos va a ser un mundo. Compararles con otros niños bajará su autoestima y supondrá un duro golpe. Tampoco debes compararles con otros niños que hayan sido también adoptados, recuerda que la educación en cada casa es diferente respecto a otras.

8. Mantén siempre tu palabra

El hijo adoptado normalmente suele ser más sensible debido a las pérdidas que ha experimentado a edades tempranas, por eso es necesario mantener tus promesas en todo momento, incluso en cosas que a simple vista podrían parecer irrelevantes.

9. No tengas miedo de pedir ayuda

Sed realistas. Si sois padres adoptivos por primera vez es normal que os podáis sentir sobrepasados. Actualmente existen grupos de apoyo para estos colectivos como asociaciones de padres adoptivos. Hablar con alguien en la misma situación que vosotros os ayudará a desahogaros, así como acudir a un profesional que os pueda asesorar en casa de sentiros desbordados.

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