La vuelta al cole ya está aquí y aunque suponga un alivio para los padres, sabedores que durante unas horas no tendrán que preocuparse de los niños porque estarán bien atendidos mientras ellos trabajan o se dedican a otros menesteres, puede ser muy duro tener que separarse de los más pequeños. Esto es especialmente importante cuando se les deja por primera vez en la guardería. No es extraño que sea tan duro, o más, para los padres que para los hijos.
El primer día de guardería de un niño es muy importante, puesto que supone para él salir del entorno familiar para introducirlo en otro diferente, en que encontrará nuevos amigos y no estará protegido en todo momento por sus padres o cualquier otro familiar cercano. Supone r omper un hilo en la conexión entre padres e hijos.
Es muy probable que el primer día de guardería sea el momento en que más tiempo se alejen los padres del pequeño. Hasta entonces seguramente los habrán dejado una tarde o una noche con abuelos o tíos, pero nunca los han puesto en manos de alguien que no sea del entorno más cercano, ni durante tantas horas.
Supone, además, reconocer que a partir de entonces van a ver mucho menos a los hijos. Probablemente el inicio de la guardería coincida con la vuelta definitiva al trabajo de los padres y eso también se puede volver duro. El primer día de guardería supone un punto de inflexión en esta nueva relación y es habitual que no siempre se lleve bien.
Si es tu caso, o simplemente quieres prevenirlo para no llevarte un berrinche cuando dejes al pequeño en la guardería, en Bekia te hemos preparado una serie de consejos para que afrontes mejor este primer día de distancia y lo superes con éxito.
Prepárate con días de antelación
El primer día de guardería es muy importante para los hijos, pero también supone cierto trabajo para los padres. Hay que preparar ropa nueva para el curso, etiquetar sus pertenencias, comprar utensilios especiales que deba llevar, hacer la mochila... No supone un gran trabajo, pero es algo que no debes dejar para el último día. Si lo vas preparando con un par de semanas de antelación no supondrá ningún esfuerzo y te ayudará a hacerte a la idea de que se acerca ese primer día.
Días antes o semanas antes conoce la guardería en que vas a dejar a tus hijos. Eso te hará sentirte más convencido del paso que vas a dar. En los centros suele haber jornadas abiertas antes del periodo de matriculación y su existencia está plenamente justificada. Si los padres conocen el sitio donde van a dejar a sus hijos varias horas cada día se sentirán menos mal al hacerlo.
Puedes conocer cómo son las instalaciones, pero también a los maestros. Puedes conversar con ellos para transmitirles algunas preocupaciones que pudieras tener, si hay algo que deban saber de tu hijo (como si sufre algún tipo de alergia) o quieres conocer más a fondo el modelo educativo que siguen. Son profesionales y te lo mostrarán en ese momento, así que puedes estar tranquilo de dejar a tus hijos con ellos.
Si el niño es muy pequeño no será casi consciente de que lo llevas a la guardería, pero si tiene algo más de tiempo sí que lo hará. Es entonces cuando debes explicarle que va a ir a clase, que va a conocer a otros niños y debes mostrarle esta experiencia como algo positivo -porque en realidad lo es. No destaques el hecho de que va a suponer una separación de vosotros. Si tus hijos te ven contento con ese cambio ellos lo asumirán mejor que si te ven triste, porque lo identificarán entonces como algo negativo.
Mantente ocupado el primer día
Es una forma de ir mentalizándote para cuando llegue el gran día. Otra es mantenerte ocupado ese día. Si cuando vayas a dejar a tu hijo en la guardería luego regresas a casa no harás otra cosa que darle vueltas al hecho de que lo has dejado allí. Existe cierto sentimiento de culpabilidad entre los padres -normalmente sólo dura los primeros días- por dejar a sus hijos al cuidado de personas desconocidas, especialmente cuando es muy pequeño.
Organízate. Programa qué vas a hacer tú en el primer día de guardería de tu hijo. Si tienes que reincorporarte al trabajo eso te permitirá estar entretenido, pero si no es así planifica qué hacer. Piensa alguna actividad que elimine ese sentimiento de culpabilidad, que te demuestre que tú necesitas ese tiempo para ti mismo. Es importante que no te sientas culpable por dejar al niño en la guardería, pero también que evites sentirte triste por ello y, mucho menos, transmitírselo al pequeño. De ser así puedes provocarle cierto rechazo a ir y entonces la situación de dejarlo allí el primer día será mucho peor.
El tiempo de adaptación
En las guarderías son conscientes de que para algunos padres e hijos es muy difícil separarse el primer día durante una jornada completa, por lo que plantean periodos de adaptación. Esto supone que las clases comienzan un jueves o un viernes, días próximos al fin de semana, para que la semana se haga más corta.
Además, esa adaptación supone que en los primeros días los niños no están en la guardería una jornada completa, sino que el primer día se quedan un par de horas, al siguiente tres... El tiempo se va prolongando paulatinamente para que la incorporación no sea tan drástica para los pequeños, pero también para sus padres.
El primer día de guardería puede resultar duro para ambos, pero hay que tener en cuenta que pasa pronto. El segundo te costará menos, el tercero aún menos y cuando el niño lleve una semana en la guardería lo habrás asumido con toda la normalidad.