El dolor de cabeza es uno de los dolores más comunes. Afecta a la zona del cuello, la cabeza y el cuero cabelludo. El más habitual es la cefalea tensional provocada por tensiones musculares en la zona de los hombros, de la mandíbula, de la cabeza y el cuello. Puede venir de varias causas, ya sean físicas como posturas inadecuadas o un traumatismo craneal, o psíquicas como el estrés o la depresión. El dolor puede presentarse cuando se padece otras enfermedades comunes como el resfriado o la gripe. También cuando se produce fiebre o en el síndrome premenstrual. Normalmente, desaparece con analgesia.
Breves apuntes sobre el dolor de cabeza
Un tipo de dolor de cabeza frecuente es lo que se conoce como jaquecas o migrañas. Consisten en dolores agudos de carácter punzante, palpitante, saltón o pulsátil. Son muy intensos y aunque normalmente afecten a un lado de la cabeza, pueden extenderse a ambos. Habitualmente, antes de que empiece el dolor, la persona nota otros síntomas como náuseas o problemas de visión, lo que se denomina "aura". Además, el dolor se intensifica en los desplazamientos. Las causas que producen migraña pueden ser variadas y el resultado de la unión de múltiples factores.
La genética es un factor que desencadena la migraña
Igualmente ocurre con el alcohol. Los trastornos del sueño, dormir poco o en exceso, también pueden incidir en su aparición. Asimismo, hay que tener en consideración otros factores ambientales como los cambios de temperatura, pasar mucho tiempo delante del ordenador, los ruidos, etc. No hay una edad concreta para padecerlas. Sin embargo, es frecuente que se inicien entre los 10 y los 30 años, aumentando su incidencia durante la pubertad.
También se puede sufrir dolor de cabeza rebote producido por el consumo abundante de medicamentos. En cuanto a clases de dolores de cabeza encontramos: las cefaleas en brotes, que son muy intensas y agudas. Surgen durante unos meses, varias veces al día para luego desaparecer por un tiempo; y la cefalea sinusal, causada por la sinusitis que es la inflamación de los senos paranasales en los conductos que se encuentran en mejillas, nariz y ojos. En ocasiones más raras el dolor puede ser un síntoma de enfermedades como meningitis o tumores cerebrales.
Los dolores de cabeza en los niños. ¿Cuándo acudir al médico?
Los niños suelen sufrir dolores de cabeza semejantes a los de los adultos. En muchas ocasiones, un catarro, una infección de oídos o bucal y los acontecimientos que producen tensión y estrés en los niños pueden provocar un dolor de cabeza. Es decir cualquier acontecimiento relacionado con su salud y su entorno puede ser el causante del dolor. Conviene observar la frecuencia con la que se produce el dolor y las circunstancias ambientales en las que se produce. Si el niño ha estado jugando y hacía mucho calor, si se ha caído, si está triste por algún problema en el colegio o tiene miedo por alguna película que ha visto, si ha dormido mal. Muchas veces pueden sufrir una cefalea tensional momentánea, que disminuirá al tomar analgesia.
Si se repite a lo largo del tiempo se debe acudir al pediatra
Por otro lado, es conveniente que los padres se fijen en cómo se produce el dolor de cabeza en sus hijos, es decir, si viene acompañado de otros síntomas. Si siente ganas de vomitar o si se encuentra mareado. Además, si el niño no se encuentra bien antes y después del dolor, puede ser un síntoma de una enfermedad. Que los padres observen a sus hijos resulta muy importante a la hora de concretar un diagnóstico. Los niños pueden mostrar dificultades para expresar los síntomas o cómo se encuentran.
Las migrañas infantiles siguen la misma evolución que las de los adultos. Así que se hará necesario observar si se produce el "aura" o síntomas previos. Otros factores que pueden ayudar a cuantificar y clasificar los síntomas pueden ser la disminución del nivel de atención, problemas momentáneos o persistentes en la visión (luces seguidas por el típico agujero negro que precede al dolor), sensación de hormigueo, falta de energía, fiebre y cualquier síntoma evidente de infección, pérdida de interés por actividades lúdicas y por otras que le gustan, problemas escolares...
Diagnóstico y tratamiento
Para tratar los dolores de cabeza comunes no es necesario acudir al médico. Si el dolor es fuerte, conviene que el niño descanse y en todo caso darle algún medicamento analgésico como fármacos con acetaminofeno.
Sería útil un diario en el que se anotarán los días de dolor
Para delimitar las causas físicas, el médico realizará una revisión del sistema nervioso, de la visión y de la parte posterior del ojo para descartar problemas cerebrales producidos por aumento de presión. También en un examen de estas características se evaluará la presión arterial.
Si al niño se le diagnostica migraña, se intentarán concluir los factores que la desencadenan. Es muy posible que el médico prescriba una dieta libre de chocolate, nueces o de queso. Lo más normal es que se receten algún tipo de analgésico, sedantes y /o vasoconstrictores suaves. Si el niño padece migrañas crónicas, su médico lo enviará al especialista para considerar la prescripción de un medicamento más intenso como la ciproheptadina y el propranolol.
En caso de cefalea tensional es importante informar al médico de si el niño ha tomado algún medicamento para poder ajustar una dosis efectiva y no sobrecargar su organismo de analgesia que podría incluso producir y agravar los dolores de cabeza. Los más comunes son el acetaminofeno, con o sin codeína y el ibuprofeno, de gran poder analgésico.
Remedios caseros contra el dolor de cabeza
La administración de analgesia en grandes cantidades puede resultar nociva para la salud, puesto que a mayor dosis continuada, será menos eficaz e incluso empeorará el problema. Una alternativa para evitar sobrecargar a los niños de un medicamento o la combinación de varios es complementar los tratamientos con remedios caseros que pueden ayudar a paliar el dolor y no afectarán negativamente a su salud. Algunos de ellos son
- Acostar a los niños en una habitación fresca y no muy iluminada.
- Realizar ejercicios de respiración.
- Aplicar compresas húmedas en la frente y cuello, alternando calor y frío.
- Aplicar en las sienes y las muñecas unas gotas de aceite esencial de hisopo.
- Masajes en cuello y nuca.
- Mover brazos y manos con energía para que la sangre puede fluir y la cabeza se descongestione.
- En la misma línea, sumergir las manos en agua caliente durante períodos de cinco minutos.
- Bañar a los niños con agua templada. Al mismo tiempo se les debe dar una infusión de menta.
- Dar unas cucharadas de miel en cuanto el niño sienta que comienza el dolor.
- Baños de vapor de romero.
- Hervir con aceite una naranja y ponerla sobre la sien del niño.