Este artículo va dirigido a todos aquellos padres y a todas aquellas madres que tienen hijos y no saben cómo manejar las situaciones que se avecinan. Los consejos que vamos a tratar a continuación es importante que los tengan los dos pilares del niño así que estad muy atentos y tenedlos muy en cuenta por la salud de los terceros.
No escoger entre uno y otro
El primer fallo garrafal es hacer que tus hijos escojan entre uno u otro. Ya desde que somos pequeños, el hecho de tener que escoger entre un amigo u otro cuando se enfadan es uno de los momentos más incómodos y estresantes que puedes vivir en un grupo. Entonces, imagínate tener que escoger entre tu padre y tu madre que normalmente es como escoger entre el Sol y la Luna. Es decir, los dos sois los pilares emocionales y estructurales más importantes de la vida de vuestro hijo. Por lo tanto, para poder evitar este primer error hay que mantener una cordura base. Si se puede, intentad acabar la relación de manera estable, sin situaciones agresivas o de riña.
En el caso de que no sea posible, debéis entender (los dos) que las parejas no duran para siempre y que vuestro hijo no tiene por qué posicionarse de parte de nadie porque no ha vivido ni vivirá toda vuestra trayectoria y no tiene por qué entender la cuestión de vuestro enfado con el otro.
Respeto como clave de convivencia
Debes aceptar que (si no ha habido problemas de abuso o de daño) es bueno que vuestro hijo se beneficie de tener una relación con ambos integrantes de la ex-familia. Deja que disfrute de tu ex pareja. Esto viene ligado al segundo fallo que es hablar mal del otro. Viene a ser parecido a lo primero, pero con una intención más sibilina y a largo plazo. ¿Por qué? Hablar mal de tu ex pareja a vuestro hijo solo tiene como fin que este acabe absorbiendo la misma opinión que al final terminará trabajando y formando argumentos ilógicos solo para defender esa postura.
Estás transmitiendo tus propias opiniones a una persona que no deberías, sobre todo porque no está en etapa de crear sus propios argumentos ni reflexionarlos. Es cierto, el matrimonio no salió como igual se tenía pensado, quizá no querías acabar con él o cualquier otra razón, pero deja que tu hijo no lleve esa carga contra nadie porque no forma parte. Otra cosa que puede pasar es que tu hijo o hija no tome partido en las malas opiniones que procesas por la ex pareja o que incluso las vea mal y termine por pensar mal de ti. Si vuestro hijo tiene una personalidad más fuerte, es muy posible que te termine dando una sorpresa y a tus argumentos llenos de resentimiento.
No involucres a tus hijos
Esto nos lleva al siguiente error. Evita que tus hijos se tengan que enterar de todo lo que piensas sobre tu ex pareja. No es un confidente ni un amigo. Seguramente lo que más quiera en momentos así es irse a jugar con sus amigos y olvidarse de todo.
Normaliza la situación, si el niño va a visitar a la ex pareja, trátalo con naturalidad. Después del divorcio, el niño visitará a esa persona o viceversa y tiene que verse como el que va al cine. Mientras la situación transcurra con normalidad y no haya ningún indicio de abuso o daño, sigue siendo su otro pilar importante así que déjalo ir sin tener la sensación de que te está abandonando o de que está yendo con una mala persona porque hace unos años o meses no era así y puedes estar añadiéndole un estrés que podría ser fácilmente quitado y evitarías problemas futuros.
Ligado con la faceta de no hacer de nuestro hijo el confidente de todas nuestras opiniones respecto a la ex pareja, tampoco lo utilices de mensajero. Eso lo único que demuestra es que no te puede ni ver con tu ex pareja y en el caso de que así sea, demuestra que no puedes mantener una compostura madura después del divorcio. Está claro que es posible que necesites tiempo, pero una vez lo hayas digerido, no mandes a tus hijos que le digan cierta cosa a tu ex pareja. Puedes tratarlo por teléfono o cara a cara, pero siempre manteniendo la compostura y más aún si está tu hijo delante.
Si resulta que estás aguantando esta manera de actuar de tu ex pareja por hacer bien al niño, has de hablar con la el susodicho o la susodicha y hacerle entender que no es manera de actuar delante del niño y ni si quiera en privado. Si sigue sin entenderlo, lo mejor que puedes hacer es no tener ningún trato con él salvo cuando es sumamente necesario.
Apoyo en red de amistades
En el caso de que tuvieses una buena relación con tu ex pareja y el divorcio fuese calmado, puede ocurrir que te siga gustando porque, al fin y al cabo, la ruptura no fue dañina. Sin embargo, llegados al divorcio normalmente las decisiones son definitivas y no es sano para ti que tras haber intentado volver con tu ex pareja sigas intentándolo sin querer ver que el matrimonio se ha acabado. No te agobies, céntrate en reconstruir tu propia vida de manera positiva e incluso anímate a conocer nueva gente. Uno de los fallos es estar en pareja y que el resto del mundo desaparezca.
Tu pareja es tu compañero o compañera de vida, pero no quiere decir que sea tu mundo así que sigue saliendo con tus amigos de siempre y sigue haciendo actividades sin tu pareja ya que, si ocurre el divorcio, realmente no vas a sentir un vacío tan grande.
Espero que estos breves consejos os ayuden y sobre todo pensad cómo os sentiríais si os hacen escoger entre vuestras dos personas más queridas. Seguramente os ayude a entender las decisiones que tenéis que tomar para no dañar a vuestro hijo.