Cuando descubres la noticia de que estás embarazada, es posible que te emocionases y fuese la noticia más bonita de tu vida. Pero cuando empiezas a pensar en el tamaño de tu casa o en los muebles que necesitarás, es posible que empieces a agobiarte porque vives en una casa o piso bastante pequeño.
La vida actual hace que las parejas cada vez deban vivir en casas o pisos más pequeños, porque no es posible acceder a viviendas más grandes por culpa del precio de las mismas. El nivel de vida es demasiado elevado y los sueldos en cambio, parece que se quedan estancados. Por eso, muchas familias deben acomodarse en pisos más pequeños y criar a sus hijos en ellos.
Vivir en un hogar pequeño ya es complicado solo para una persona, ¡pues imagina cuando se trata de una familia! Sin embargo, si estás en un piso pequeño es posible que puedas encontrar ventajas que casas más grandes no te proporcionan. Puedes sacar lo mejor de tu casa pequeña si tienes un bebé, ¡o más!
Piensa de forma diferente
Debes empezar a pensar de forma diferente, no pienses que tu casa es peña, piensa en todas las posibilidades que puede ofrecerte. Piensa en las cosas que necesitarás para tu bebé (solo las imprescindibles) y después piensa cómo podrás colocarlas en tu casa. Así podrás comenzar a reorganizar tu casa con tiempo para adaptarla a tu vida con tu bebé cuando llegue a tu vida. Serás capaz de maximizar el espacio que tienes disponible en cada estancia de tu hogar.
El siguiente paso es deshacerse de todos los muebles excesivos y comenzar a reconocer las cosas por la casa, experimentando con diferentes configuraciones, hasta que encuentres la mejor para las nuevas necesidades.
Aprovecha el espacio que tienes
Todas las cosas tienen espacios que no se utilizan, esos espacios serán muy importantes para ti. Busca lugares para almacenar las cosas. Utiliza las esquinas y los rincones con cajas bonitas de almacenamiento. Por ejemplo, guarda las mantas en una caja bonita en un rincón en ligar de guardarlas en el armario.
Aprovecha los espacios verticales
Cuando tu bebé pueda caminar, querrá tocarlo y alcanzarlo todo. Para evitar posibles peligros, es necesario aprovechar el espacio vertical. Utiliza espacios de almacenamiento verticales y ponlas en tus paredes para poder guardar todo aquello que deba estar fuera del alance de tu bebé explorador.
Reutiliza
Uno de los mejores conejos es reutilizar las cosas. Por ejemplo, si tienes maletas, puedes utilizarlas cuando no viajas para guardar cosas que no utilizas diariamente. También si tienes una cama canapé, utiliza la parte baja de la cama, para poder guardar zapatos u otros artículos que puedan estar fuera del alcance.
Sé práctico
Los bebés crecen rápido y necesitan muchas cosas, por lo que es una buena opción confiar en tu instinto y tener solo lo necesario. Por ejemplo, el cambiador no es importante, puedes cambiar a tu bebé en la cama. Cuando tu bebé deje de utilizar algunas cosas como por ejemplo, la hamaca del bebé puedes regalarla o venderla para quitarlo de en medio.
Cuando compres cosas para tu bebé, piensa en práctico. Si necesitas una cuna, es mejor comprar una que sea evolutiva, de esta manera la tendrás por lo menos hasta que tu hijo cumpla 7 u 8 años. Es mejor optar por productos que sean prácticos y polivalentes. Busca también elementos que sean plegables, que puedas guardar con facilidad.
Tu casa pequeña no tiene que ser un problema si sabes cómo aprovechar los espacios y cómo sacar provecho de los artículos que tu bebé vaya necesitando. Sobre todo debes pensar siguiendo la siguiente máxima: 'menos es más'. A veces no es necesario tener más cosas para estar bien satisfecho con las cosas que tienes, es mejor pensar práctico y conseguir buenos resultados de los productos que tengas.