La competencia y competitividad está en todas partes... Lo que los padres dudan es de si realmente es algo bueno, si se debería inculcar o si solo saca las peores partes para los niños. Hay muchas opiniones respecto a esto y es necesario tenerlo en cuenta cuando se quiera inculcar la competencia en los niños.
Hay quienes piensan que enseñar a los niños sobre la competitividad es algo bueno y otros que puede hacer más daño que bien. De cualquier manera, hay ventajas y desventajas en ambos pensamientos que debes conocer para poder elaborar tu propia opinión.
Beneficios potenciales
- Prepara a los niños para futuras situaciones de la vida real
- Desarrolla importantes habilidades para la vida, como la empatía?
- Expande la zona de confort.
- Ayuda a aprender del fracaso
Posibles inconvenientes
- Demasiada presión innecesaria?
- Conduce a los sentimientos negativos?
- Es destructivo para la autoestima
¿Es tan malo?
Los que están en contra de inculcar la competitividad en los niños, o incluso de exponerlos a competiciones en general, creen que la competencia es destructiva y tóxica. El temor es que se ejerce demasiada presión sobre los niños para ser los mejores, ya sea en un concurso de ortografía o en un partido de fútbol. También argumentan que puede causar estrés innecesario y ansiedad.
Quienes se oponen a la competencia creen que cuando los niños se ubican en entornos competitivos, a menudo se sienten decepcionados, derrotados y mal por ellos mismos. Peor aún, creen que puede ser destructivo para la autoestima, especialmente si sienten que no están a la altura o que no se les reconoce por sus esfuerzos. Para evitar estas experiencias negativas, muchos padres eliminan el aspecto competitivo de cada actividad y declaran a todos como ganadores. En otras palabras, es la mentalidad de "todos se llevan un trofeo".
La competencia saludable
Hay quienes piensan que no es tan malo y que es necesario para poder avanzar en la vida. Una competencia saludable podría ser bueno para los niños. Esto les preparará para ganar y perder en la vida adulta, preparándoles para lo que se podrán encontrar en su futuro. Las actividades competitivas también les ayudará a desarrollar habilidades importantes como la resistencia, la perseverancia y la tenacidad. También aprenden a seguir. turnos, animar a otros y desarrollar empatía.
Además, muchos entrenadores sienten que la crianza de los hijos no se trata solo de seguridad y protección, sino también de expandir la zona de confort de un niño. En otras palabras, la mayoría de los entrenadores sienten que es importante que los niños se acostumbren a la frustración que proviene de la competencia . Lo que es más importante, les ayuda a evitar el deseo de renunciar o rendirse cuando las cosas se ponen difíciles.
Si bien es importante que un niño sepa que está a salvo, también es importante permitir que un niño experimente la inestabilidad y la incertidumbre que proviene de situaciones competitivas.
Uno de los errores más grandes que cometen los padres es proteger a sus hijos del fracaso. El fracaso no es algo malo. Puede sentirse incómodo, pero es una maravillosa oportunidad para aprender. De hecho, aprender de los fracasos no solo puede motivar a los niños a trabajar más duro y mejorar una habilidad, sino que también puede ayudarles a convertirse en adultos más capaces que no se desmoronan la primera vez que las cosas se ponen difíciles. Los niños aprenden a perder y aún se sienten bien con sus esfuerzos... aumenta su resiliencia.
En definitiva, una competencia sana puede enseñar a los niños que no siempre son los mejores los que tienen éxito, sino los que realmente trabajan duro y se mantienen firmes, son los verdaderos ganadores. La clave es encontrar formas saludables para que tus hijos compitan.
Ahora, ¿qué piensas tú? ¿Es buena o mala decisión inculcar a los niños la competencia?