Es extraño que un niño de menos de 5 años tengas un comportamiento excesivamente agresivo, pero no es imposible que esto suceda, sobre todo si se dan las circunstancias adecuadas. Por ejemplo, un niño que crece en un hogar donde la violencia es habitual y se ve como algo normal a pesar de las consecuencias devastadoras tanto físicas como emocionales, entonces es más que probable que un niño de menos de 5 años tenga un comportamiento agresivo.
Pero si las circunstancias citadas no es lo que ocurre en tu hogar y tu hijo de menos de 5 años tiene un comportamiento agresivo, entonces será necesario pensar qué es lo que está ocurriendo y por qué. Cuando tu hijo arremete agresivamente contra un compañero o miembro de la familia, el shock y la consternación pueden ser tus primeras reacciones.
Aunque es desagradable e incluso vergonzoso, los niños menores de 5 años pueden caer en patrones de comportamiento agresivo, gracias a la ampliación de la independencia y la falta de habilidades de comunicación, sin necesidad de que exista un ambiente negativo en su hogar. No te pierdas qué puedes hacer en el caso de que tu hijo tenga un tipo de comportamiento agresivo.
Intensidad
Al igual que algunos adultos tienen personalidades más intensas que otros, los niños pequeños a menudo también caen en estas categorías. Por ejemplo, cuando alguien o algo le frustra, un niño tranquilo puede encogerse de hombros y pasar a otra cosa. Un niño intenso podría enfrentar el obstáculo de frente, con los puños agitándose para conquistarlo y querer ganar a toda costa.
Examina las motivaciones
Puede haber una variedad de motivaciones que alimente la agresión en un niño pequeño. Un niño puede atacar agresivamente para tratar de atraer la atención de los padres; incluso la atención negativa puede ser deseable para algunos niños.
Un niño también puede tener problemas con el comportamiento agresivo si se siente celoso, nervioso, infeliz o ansioso. A veces, la agresión puede ser simplemente el resultado de un niño pequeño que carece de habilidades sólidas de comunicación para expresar sentimientos y emociones extremos. Una disciplina excesivamente dura o un entorno hogareño que incluye violencia física también podría llevar a un niño pequeño a atacar agresivamente a los demás.
Habilidades de enseñanza
Cuando tu hijo muestra un comportamiento agresivo, necesitará ayuda para controlar sus sentimientos y su comportamiento. Cuando veas señales de advertencia de que tu hijo se siente frustrado o enfadado, interrumpe lo que esté sucediendo y conecta con él. Establece contacto visual, pon tu brazo alrededor de tu hijo y esfuérzate por distraerle de sus emociones explosivas.
Con una voz tranquila y controlada, puedes decirle algo como: "Puedo ver que te estás enfadando por esperar tu turno. Entiendo que te sientas frustrado. Sin embargo, no está bien lastimar a otros cuando nos sentimos enfadados. Usa las palabras en lugar de usar tus manos o pies para hacer daño a otros".
Busca ayuda profesional
En algunos casos, puedes descubrir que los sentimientos negativos y la agresión de tu hijo exceden los parámetros normales. Si tu hijo parece salirse de control fácilmente y con frecuencia, argumenta incesantemente con los adultos, parece buscar maneras de molestar a otras personas y, por regla general, actúa de manera rencorosa, es posible que deba buscar ayuda profesional para controlar y resolver la agresión de tu hijo.
Primero puedes pedir una cita con su pediatra para comunicarle lo que le está pasando por si tiene que derivarle a otro profesional de salud mental. Pero de manera paralela será adecuado que busques la raíz del problema de este comportamiento con la ayuda de un psicólogo infantil privado. Entre todos se podrá mejorar el comportamiento de tu hijo para que pueda vivir con sus emociones más tranquilas.