El sueño es muy importante para todas las personas, sin embargo para los recién nacidos lo es todavía más. El descanso es reparador y relajante, pero son muchas las razones por las que algunos bebés no pueden dormir bien, se despiertan durante la noche o lloran. Es muy común que a lo largo del desarrollo y el crecimiento de los bebés, los padres nos encontremos en algún momento con el problema del sueño y el llanto. Por ello es fundamental conocer la importancia del sueño; las horas que cada niño necesita descansar y que dependen de su edad; saber qué hacer cuando nuestro hijo llora y no duerme, así como los metodos más efectivos para dormir al bebé y ayudarle a conciliar el sueño.
La importancia del sueño del bebé
Durante el proceso mental del sueño, el cuerpo se relaja reduciendo la frecuencia respiratoria y cardíaca, mientras que la mente procesa información que hemos ido almacenando en la memoria.
El sueño tiene dos fases que se van alternando: la fase no-REM que dura la mayor parte del descanso, y la fase REM que es la fase en la que se sueña. Sin embargo, en los bebés ocurre al contrario, y la fase REM predomina sobre la no-REM, estimulando y agilizando el desarrollo mental y el sistema nervioso. Además, durante las horas de descanso del bebé, el cuerpo segrega la hormona del crecimiento por lo que es fundamental que los bebés descansen correctamente para desarrollar un crecimiento normal.
¿Cuánto y cuándo debe dormir un bebé?
A medida que el bebé va creciendo y desarrollándose, su forma de dormir y descansar cambia. Por eso es fundamental conocer las horas en las que necesita descansar y como varían a lo largo de su desarrollo. Por norma general, cada trimestre disminuyen una hora de sueño, mejorando el descanso nocturno y reduciendo las horas de siesta.
Entre los tres y los seis meses los niños comienzan a comprender las rutinas de sueño y permanecen despiertos durante más horas. A partir de los seis meses y por norma general, descansan 11 horas durante la noche y cuatro en las siestas.
A partir de los doce meses, los bebés duermen una media de 14 horas diarias. Comienzan a mejorar las horas de sueño nocturnas, descansando entre once y doce horas. A su vez, las horas de la siesta se van reduciendo poco a poco y suelen dormir una media de dos o tres horas.
Llegados los quince meses, la calidad del sueño mejora y descansan una media de 13 horas en su totalidad, repartidas en 11 horas de descanso nocturno y dos horas de siesta durante el día.
Para saber si nuestro hijo duerme lo suficiente, debemos observar su comportamiento y estar atentos a determinados tipos de conducta. Si debemos despertar al niño cada mañana, si no hace falta dormir al bebé porque se duerme antes de la rutina de sueño o si por la noche se encuentra demasiado excitado e incluso con mal humor, puede deberse a la falta de sueño.
¿Por qué lloran los bebés y no duermen?
El problema del llanto del bebé surge cuando no es capaz de dormir. Esto puede deberse a que aún no tenga establecida la rutina que le ayuda a conciliar el sueño y descansar o porque su horario se vea trastocado. El llanto del niño también puede deberse a que se encuentre mal, ya sea porque tenga cólicos o por otra dolencia. Ante tal situación, debemos acudir siempre para saber qué le ocurre y calmarlo.
Mientras los bebés duermen, en muchas ocasiones, emiten una especie de quejido e incluso llanto. Esto no debe ser motivo de preocupación, ya que puede ocurrir que el bebé esté soñando en fase REM. Por eso, nunca debemos despertarlos cuando esto ocurre puesto que trastocaríamos sus horas de sueño y su rutina.
Trucos para hacer que el bebé duerma mejor
Uno de los metodos más efectivo para dormir al bebé, es establecer rutinas. Para ello debemos tener en cuenta que los cambios deben ir introduciéndose poco a poco, para no trastocar sus hábitos de golpe. Las rutinas son fundamentales para que los niños aprendan a conciliar el sueño, lo que a la larga mejora la calidad del mismo y le beneficia en su desarrollo psicomotriz.
Aunque las primeras semanas pueda resultar un poco difícil, sobre todo para los padres primerizos, debemos intentar mantener despierto a nuestro hijo en determinadas ocasiones, por ejemplo durante el baño o un paseo. Para ello, lo más eficaz es hablarle. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no podemos estimularlo en exceso, ni mantenerlo despierto más horas de las que necesita ya que a la hora de descansar le puede costar más debido a la gran cantidad de estímulos que ha tenido durante el día.
A la hora en la que nuestro hijo deba dormir, estableceremos una rutina eliminando los estímulos más activos: hablar poco y en susurros, bajar intensidad de la luz del dormitorio, encender una música relajante, son algunos de los trucos que ayudarán al bebé a acostumbrarse a diferenciar el día de la noche. Además, es recomendable calentar la cuna con una mantita o incluso con la plancha antes de meterlo el ella.
Otro de los metodos más frecuentes para dormir a los niños es acunándolos y después acostarlos en la cuna. Sin embargo debemos tener especial cuidado con esto, ya que es fundamental que nuestro hijo aprenda a dormir en su cuna.
Puede ocurrir que el niño llore antes de dormir. Lo primero que debemos hacer ante esto es no agobiarnos y mantener la calma. Hay muchos bebés que lloran entre cinco y diez minutos antes de quedarse dormidos en la cuna.
Además, tenemos que tener siempre controlada la temperatura de la habitación. Esta debe ser como mínimo de 18º y no debe sobrepasar los 20º, ya que es una temperatura agradable y adecuada y que ayudará a que el niño no se despierte por frio o por exceso de calor.