La educación que recibimos es una pieza clave para definir nuestro futuro. Importante resulta por tanto seleccionar del modo adecuado el centro de estudios al que acudiremos nosotros mismos o nuestros hijos cuando son pequeños. Es importante durante la enseñanza obligatoria, pero aún más si cabe durante la superior. Decidir a qué universidad ir puede definir tu futuro laboral, al tiempo que supondrá una experiencia que te marcará de por vida.
Los años universitarios son recordados por todo joven con una mezcla de cariño y melancolía. Suponen de verdad la entrada en la edad adulta. Más diversión, más responsabilidades, nuevas aventuras y retos por acometer. La universidad se convertirá durante unos años en el centro de todas esas experiencias así que no puede haber dudas de que se ha seleccionado la mejor posible para cada uno.
Decisión consensuada entre padre e hijos
Una de esas primeras decisiones importantes que tomará todo joven es elegir a qué campus irá. Hasta entonces no habrá tenido apenas poder de decisión en cuestiones relacionadas con su educación, son los padres quienes habitualmente deciden esto. Es importante que a la hora de seleccionar universidad el estudiante se involucre en la toma de decisión.
Al fin y al cabo él será el que tenga que acudir a clase y cursar los estudios elegidos durante los próximos años. Los padres también tienen derecho a opinar, pero principalmente deberán respetar la decisión del joven. En caso de no verla adecuada han de hablar con él, exponerle sus motivos y comprobar si toma la decisión que resulte correcta.
En ocasiones puede haber circunstancias económicas o físicas que imposibiliten que uno estudie donde realmente quiere. O puede que la nota de corte sea un impedimento para estudiar la carrera deseada. En ese caso hay que buscar la alternativa que resulte más conveniente y tratar de que sea aceptada por todas las partes implicadas.
Estudiar lo que realmente se quiere
La universidad ofrece hoy en día numerosos títulos y áreas de especialización por lo que, en ocasiones, el joven que va a convertirse en universitario tiene varias alternativas posibles. Ha de ser él quien decida cuál es su primera opción. Puede recibir consejo de padres, amigos, profesores y otros miembros de la familia, pero la decisión última ha de ser suya y ha de estar convencido de ella.
No hay nada más frustrante que estudiar cuatro años una carrera que no te interesa por el mero hecho de que tiene (supuestamente) más salidas laborales o porque es lo que tu padre hubiera querido estudiar y como no pudo quiere que lo hagas tú. Supondrá conflictos desde el primer momento y hay muchas posibilidades de que ni siquiera llegues a finalizar los estudios al verte incapaz de afrontarlo.
¿Estudiar fuera de casa?
Llegados a este punto es probable que hayas descubierto que la carrera que quieres estudiar no se imparte cerca de tu casa y que precisarás de un traslado. Aquí entran dos grandes factores: económico y sentimental. Ambos son igual de importantes y en ambos deberás sentirte respaldado por el resto de la familia a la hora de tomar la decisión.
Acudir a una universidad de otra comunidad autónoma supondrá dejar de vivir en casa -hasta entonces la mayoría de los jóvenes viven con sus padres. Esto significa separarte de tu familia y amigos y empezar una nueva vida en otro sitio. Habrás de hacer nuevos amigos y la relación con los que dejas se basará en llamadas de teléfono y mensajes instantáneos.
Hay gente que no se siente capaz de romper ese vínculo emocional, quizás porque no está preparado o quizás porque tiene una pareja y no quiere separarse de ella en estos momentos en que empieza la vida adulta. Analiza pros y contras de este traslado y comparte tus dudas con aquellos que te son cercanos para saber qué piensan. Después toma la decisión.
El viajar a otra ciudad para estudiar en la universidad supone un desembolso económico considerable, que en la mayor parte de los casos habrán de sufragar tus padres. Pregúntales si pueden permitírselo e infórmate de las becas a las que podrías tener acceso. Incluso puedes plantearte un trabajo a media jornada para colaborar con los gastos universitarios.
Has de tener en cuenta que además de la matrícula y todo lo relacionado con la carrera habrás de buscar un piso o una residencia en la que vivir y que necesitarás dinero para comida, viajes e imprevistos. Teniendo todo esto en cuenta puedes elaborar un presupuesto de cuánto te costaría la carrera y ver si es asumible.
¿Universidad pública o privada?
Una vez que se tiene claro qué se va estudiar en la universidad hay que plantearse dónde. Puede que exista un campus que imparte esa materia en la misma ciudad en que vives, que haya varios que lo hagan, que tengas opción de elegir entre estudios públicos o privados o que tengas que trasladarte a otra comunidad autónoma para poder estudiar lo que quieres. Empieza la búsqueda del campus perfecto.
Selecciona todas las universidades a las que podrías acudir, atendiendo a su ubicación, nota de corte y presupuesto, e investiga. Este trabajo puede llevar semanas pero encontrarás toda clase de facilidades para encontrar la información que precisas.
¿Qué es lo que interesa saber de una universidad?
Interésate por el plan de estudios de la carrera en que estás interesado, conoce el campus al que habrías de acudir, visita sus instalaciones e incluso pregunta a antiguos o actuales alumnos de la facultad para conocer su opinión. Hoy en día en internet existen numerosos foros sobre cualquier universidad. Te resultarán muy útiles.
Saber si ofrecen formación práctica, si tienen convenios con empresas que faciliten el día de mañana tu incorporación al mercado laboral o si ofrecen formación online son algunas de las cuestiones en que no se suelen pensar cuando se accede por primera vez a la universidad, pero que tendrán importancia más adelante. Has de tenerlas también en cuenta a la hora de tomar la decisión final.
Incluso puedes consultar los informes que se realizan habitualmente acerca de la calidad de las distintas universidades que existen en el país y en los que se valoran aspectos más técnicos de los vistos aquí. A partir de esa información podrás hacerte una idea de cómo sería tu paso por cada una de las facultades. Compara unas con otras, qué ofrecen unas y qué no otras antes de tomar la decisión.
Son numerosos los aspectos que se han de tener en cuenta a la hora de decidir qué carrera cursar como hemos visto anteriormente. Lo mejor es informarse con tiempo y tomar la decisión con margen para que sea lo más sosegada y razonable posible y evitar así errar por pensar en hacerlo a última hora.