Cuando los niños rondan el primer año empiezan a decir sus primeras palabras, aunque algunos niños son más precoces y comienzan a hablar incluso antes. Pero también entra dentro de lo normal que comiencen a hacerlo bastante después. La comunidad pediátrica marca este periodo entre los 12 meses y los 3 años, dividiendo en etapas el aprendizaje de la lengua.
Durante este tiempo se producirá lo que se conoce como la explosión del lenguaje hablado, no es posible determinar en que momento ocurrirá esto. Cada niño tiene un ritmo distinto y unas circunstancias diferentes. El entorno, la relación con otros niños de su misma edad y el trabajo por parte de los padres y las madres, será fundamental para que el niño alcance su meta final, conseguir expresarse a través del habla.
Como ves, es muy importante dedicar tiempo para trabajar en familia con el niño, ya que los pequeños aprenden a través de la imitación. A continuación, te mostramos una lista de consejos que puedes llevar a la práctica con tu hijo para ayudarle a aprender a hablar.
1. Cantar canciones
Para los niños es más fácil recordar las palabras a través de las canciones, porque lo asocian con la diversión. Cuando son tan pequeños solo aprenden lo que les llama la atención o les divierte. Si hay alguna canción en especial que le llame más la atención, prueba a decir la primera palabra en cualquier momento inesperado, tu hijo te prestará toda su atención a la espera de que la canción continúe.
Muchas canciones infantiles incluyen juegos de manos, como los cinco lobitos, y esto ayuda mucho a que los niños mantengan la atención mientras dura la canción y a imitar los movimientos.
2. Deja que responda tras una pregunta
Cuando preguntes a tu hijo si quiere algo, como agua o pan, dale tiempo suficiente para que pueda responder. Si es necesario, repite la pregunta de forma clara y utiliza el objeto en sí para que tu hijo pueda identificarlo y asociarlo con su palabra correspondiente. Muchos padres tienden a responder por los niños sin darles tiempo a pensar, esto puede causar que pierdan el interés por hablar.
También es importante recalcar el nombre de cada objeto cuando el niño pida algo, por ejemplo, si quiere un juguete y lo señala con la mano, recuérdale el nombre del juguete en concreto en forma de pregunta, ¿Qué quieres, el coche? Dale tiempo para procesar la información y repite la pregunta un par de veces. Después dale lo que haya pedido, aunque no lo haya pronunciado, de nada sirve frustrar al niño.
3. Utiliza un lenguaje adecuado a su edad
Habla con tu hijo utilizando frases cortas y palabras sencillas, que incluyan objetos de su entorno. Puedes sentarte en el suelo con tu hijo y mantener una conversación con él, háblale sobre los juguetes de alrededor, los personajes de un libro o los colores que adornen la estancia. Procura que no haya distracciones como la televisión para que su mirada se centre en tu boca, momento que debes aprovechar para vocalizar muy bien exagerando el gesto.
4. Trabaja el refuerzo positivo
Cuando tu hijo pronuncie una palabra, aunque esta esté mal dicha, felicítale y hazle saber que lo ha hecho muy bien. Aprovecha este momento para recordarle la palabra correcta, si el niño ve un coche por la calle y te dice brum-brum, el refuerzo positivo será decirle, si, es un coche. Pero además será muy importante que en cada frase apliques la expansión incluyendo una palabra más. Puede ser por ejemplo el color del coche, si es un coche azul, de esta forma se irá ampliando el conocimiento del niño, ya que, aunque aún no pronuncie la palabra, esta quedará en su cerebro.
5. Utiliza las preguntas de elección
Aprender a estructurar una frase requiere de mucho tiempo, para facilitar la tarea a los niños en lugar de preguntarles ¿qué quieres merendar?, plantea la pregunta ofreciéndole dos opciones, ¿qué quieres merendar, un plátano o un yogur? De esta forma el niño solo tendrá que decidir entre una de esas dos cosas y tendrá más facilidad para decirlo. En una pregunta abierta él mismo tendrá que pensar en todas las opciones que conoce y quizá pueda bloquearse, llegando a frustrarlo.
6. Fomenta las conversaciones telefónicas
A la mayoría de los niños les llama la atención el teléfono, es un aparato que les causa mucha curiosidad. Algo lógico ya que ellos ven como mantenemos conversaciones con personas que no están presentes, nos reímos o enfadamos con un aparato a la oreja. Procura que tu hijo reciba llamadas de algún familiar a diario, un abuelo, una tía o su padre o madre cuando no estén en casa. Se trata de utilizar frases cortas, preguntas sencillas que el niño pueda responder, ¿qué has comido hoy? O ¿qué has hecho en el parque?
Con unos minutos de llamada será suficiente, eso sí, es importante que no sea vídeo llamada para que el niño no tenga distracciones visuales, al igual que debes procurar no tener otro tipo de entretenimientos como la televisión, ya que el niño no mantendrá la concentración en la conversación.
7. Lee cuentos a tu hijo desde pequeño
Fomentar el hábito de la lectura en los niños, es muy importante desde que son muy pequeños. La lectura te ayudará a relajar a los niños para que concilien mejor el sueño, pero además te servirá para estimular el habla de cara a unos meses. No importa si no le has leído cuentos desde pequeño, nunca es tarde para comenzar, utiliza cuentos infantiles que tengan ilustraciones llamativas. La lectura es fundamental para que los niños aprendan a hablar.
Todos estos consejos son útiles para ayudar a tu hijo a formar frases cada vez más complejas, pero siempre tienes que buscar un momento adecuado para ponerlas en práctica. Si tu hijo está jugando, o si está cansado o si pasa por un momento de rabieta, no servirá de nada que intentes llevar a cabo alguna de estas acciones.
Hazlo cuando tu hijo esté descansado para que te preste toda su atención y dedica unos minutos al día a mantener conversaciones con él. Pronto tu hijo aprenderá a hablar y disfrutarás de su divertida lengua de trapo.